A medida que pasan los años, hay refuerzos que nos sugieren que el pasado no es tan lejano. Una de estas referencias ineludibles es el Festival de Otoño en Madrid, un evento que ha redefinido la cultura escénica en la ciudad durante cuatro décadas. ¿Quién mejor para hablar de su evolución que Pilar de Yzaguirre, la mente maestra detrás de su concepción y desarrollo?

El nacimiento de un fenómeno cultural

Pilar recuerda los inicios del festival, un período cargado de incertidumbre pero también de esperanza. Cuarenta años atrás, nadie imaginaba el impacto que tendría en el paisaje teatral de Madrid. “Había gente que se indignaba con lo que hacíamos. Pero yo estaba tranquila,” dice ella con una tranquilidad admirable. ¿Qué es lo que ella vio en este festival que otros no vieron? Tal vez fue la visión. O podría ser simplemente pasión. La magia detrás de la creación es a menudo una combinación de amor y unequívoca necesidad de compartir.

En 1985, el evento presentó un hito: el ‘Mahabharata’ de Peter Brook, un espectáculo de once horas que quedó grabado en la memoria de todos los presentes. ¡Once horas! Eso es más tiempo del que pasamos al día de pie en la fila del supermercado, ¿verdad? Pilar cuenta cómo logró co producirlo: “No había dinero, no había un lugar donde presentarlo… pero era tan hermoso.” A veces, en la vida, lo que importa no es el cómo sino el porqué.

La anécdota de la Reina: un estreno memorable

La atmósfera en el estreno del ‘Mahabharata’ fue eléctrica. “Recuerdo que Javier Solana, el entonces ministro de Cultura, se sentó en las escaleras. ¡Fue un caos total!» La aparición de la Reina Doña Sofía, que llegó inesperadamente, solo añadió más presión. “Peter Brook estaba enfadadísimo. ¡No es una Reina demócrata!” Pero lo notable no fue solo el espectáculo, sino la comunidad que se creó a su alrededor. Como dice Pilar, “el público no se quería ir después de once horas de espectáculo.” ¿Puede haber mayor éxito que atrapar la atención del público así?

Una visión hacia el futuro

Con el paso de los años, Pilar ha traído a muchos otros artistas internacionales. Este año, su objetivo ha sido traer ‘The Seven Streams of the River Orta’ de Robert Lepage. “Aunque el presupuesto es mucho menor, me empeñé. Lepage lo entendió y quiso ayudarme.” Aquí, Pilar nos recuerda que muchas veces nuestra pasión puede abrir puertas que el dinero no podría. ¿Acaso el arte no trasciende el costo?

Para ella, el arte es una herramienta esencial que nos ayuda a expandir nuestras perspectivas. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo se siente un artista al ver su obra presentada en un escenario internacional? Pilar lo resume con una frase poderosa: “El amor y la pasión están por encima de todo.” Pero suena fácil decirlo, ¿no crees? En realidad, se necesita valentía para seguir esa voz interna, sobre todo en un entorno donde el presupuesto es siempre una preocupación.

La influencia en los creadores españoles

A través del Festival de Otoño, Pilar ha logrado impactar a una nueva generación de creadores españoles. Su historia con Wajdi Mouawad es un gran ejemplo. “No había entradas, pero finalmente me senté en una silla plegable. A los 15 minutos ya estaba pensando ‘¿cómo lo traería a España?’” Aquí hay una lección sobre la perseverancia. ¿Realmente hay un mejor motivador que la emoción genuina? Por supuesto, Mouawad se convirtió en un referente, y Pilar fue la vía para que muchos le conociéramos.

En el ámbito del teatro, la emoción es lo que realmente cuenta. Como sostiene Pilar, “el teatro es aquello que es capaz de mover al ser humano, de trasladarle.” ¿Te has sentido alguna vez completamente perdido en una obra de teatro? Esa es la magia, el objetivo cumplido, cuando el público se pierde, se emociona y se transforma.

La autenticidad detrás del arte

Una de las cosas más hermosas de esta conversación es la honestidad que Pilar despliega. Ella nos recuerda que “hay que sentir, no solo entender.” Cuando lleva una obra al escenario, su objetivo es mucho más que una mera presentación; busca generar emociones, provocar reacciones genuinas en el público, porque, al final del día, “si no sientes, no puedes ser un buen programador.”

En tu vida diaria, ¿cuántas veces nos permitimos sentir? La rutina muchas veces nos priva de esa experiencia primaria. Desde la forma en que vemos una película hasta cómo hacemos un picnic en el parque, permitirnos sentir plenamente puede cambiar la forma en que experimentamos la vida.

Un legado que perdura

Hoy, el Festival de Otoño es un referente no solo en Madrid, sino en toda Europa. ¿Por qué? Porque ha sabido adaptarse y evolucionar con el tiempo. Como Pilar menciona, “no siguen faltando creadores excepcionales que marcan el paso.” Cada año, el festival se llena de nuevos rostros y talentos, cada uno con su propia historia, lista para ser contada.

La cultura está viva. Es un ciclo interminable de creación y renovación. Y el festival ha sido un catalizador crucial en ese proceso. Pilar nos invita a ser parte de esta aventura, a abrir nuestras mentes y corazones a lo nuevo. ¿Te atreverías a sumergirte en lo desconocido?

Reflexiones finales

Los festivales culturales no son solo eventos; son experiencias que nos remodelan como individuos. Pilar de Yzaguirre ha demostrado que, a través del arte, podemos crear conexiones profundas, abrir diálogos insospechados y, en última instancia, cambiar vidas. Su viaje es sólo un reflejo de lo que todos podemos lograr en nuestra propia esfera.

Al final del día, ¿no queremos todos sentir? El teatro, las artes escénicas, son un camino hacia ese sentimiento profundo y auténtico. Así que, la próxima vez que decidas asistir a un evento cultural, recuerda lo que Pilar nos ha enseñado: siente, no entiendas. Porque lo que realmente importa en la vida es dejarse llevar por esas corrientes de emoción. ¡Nos vemos en el teatro!