¡Bienvenidos a otro rincón del vasto mundo del teatro! Hoy quiero compartir con ustedes algo muy especial sobre una obra que está dando mucho de qué hablar en Madrid. Se trata de ‘The Second Woman’, una performance única que desafía las convenciones y nos obliga a mirar de frente las dinámicas de poder entre géneros. Y no solo eso, sino que golpea con la fuerza de un puñetazo en la cara las estructuras de género que aún persisten en nuestra sociedad. Pero antes de que nos adentremos en este análisis, quizás deberíamos servirnos un vaso de algo fuerte. ¿Un whisky? ¿O acaso fideos chinos?

¿Qué es ‘The Second Woman’?

Imagínense esto: una mujer, vestida de rojo, recibiendo a un hombre cualquiera en un cubículo transparente. Este es el escenario que crea María Hervás, la protagonista, en una obra que no es exactamente teatro, ni tampoco una instalación artística, sino algo que simplemente es. Durante 24 horas, María recibe a 100 hombres durante 15 minutos cada uno, casi como si estuviera en una rueda de citas speed-dating. Pero, en lugar de buscar romance, lo que se investiga son las dinámicas de poder y las diferentes masculinidades que se manifiestan ante ella. La obra, creada por Nat Randall y Anna Breckon, es un complejo experimento que examina cómo la percepción de género afecta nuestras interacciones.

Y, por si esto no fuera suficiente, hay un pequeño giro: la base del texto está inspirada en la película de John Cassavetes Noche de estreno, que también jugaba con la idea de la dualidad entre el artista y la obra. La diferencia es que aquí, la experiencia se vuelve palpable y se siente como si estuvieras en una especie de realidad interactiva, donde cada intervención del visitante se convierte en una contribución al enfoque sobre cómo se define lo masculino y lo femenino en nuestra cultura.

La experiencia de María Hervás

María es una actriz que se define a sí misma como un “samurái” de la salud. En su preparación para ‘The Second Woman’, no se sometió a un riguroso régimen físico, aunque también es cierto que entrena diariamente y lleva una vida sana. Su enfoque fue más sobre cómo conectarse emocionalmente con los diferentes hombres que pasaban por su cubículo. Y es que cada uno de ellos tiene directrices, pero también libertad para aportar sus propias palabras y actitudes. ¡Imaginen la cantidad de personalidades que ha podido estudiar en esas 24 horas!

Me pregunto: ¿qué pasaría si tuviéramos esa oportunidad en la vida real? ¿Cómo cambiarían nuestras percepciones de los demás si pudiéramos ver lo que hay detrás de la máscara?

Un contexto provocador

Para entender la magnitud de ‘The Second Woman’, hay que ponerlo en el contexto cultural actual, donde el movimiento #MeToo ha dejado una huella indeleble. María comenta sobre su propia experiencia en la industria, y aunque no ha sido víctima de abuso directo, ha sentido como mujeres otros tipos de violencia sutil: productores que asumían un grado de intimidad que jamás deberían haber considerado. La obra no solo explora la fragilidad que puede experimentar una mujer en un espacio dominado por hombres, sino que también hace hincapié en una conversación más profunda sobre el consentimiento y el respeto.

Ahora dirigiéndome a los hombres que puedan leer esto, ¿alguna vez han estado en una situación donde su comportamiento fue condicionado por las expectativas culturales? Es un campo minado, ¿verdad?

La necesidad de empatía

Una de las preguntas más provocativas que surgen de esta obra es: ¿realmente entendemos lo que significa la empatía en contextos de género? María deja claro que, en su experiencia, hay hombres que se sienten atraídos por su imagen, a menudo llevándolos a suponer que pueden acceder a ella de una manera que está completamente fuera de lugar. Es este tipo de pensamiento el que perpetúa el ciclo de violencia y malentendidos entre géneros. Y aunque no creamos que todos los hombres son así, creo que todos hemos estado en situaciones raras donde podríamos haber actuado de manera diferente.

Incluso yo, en cierto momento, me encontré en una conversación con un amigo que insistía en que ciertas actitudes eran “normales”. ¿No es hora de que empecemos a cuestionar qué entendemos por normal?

La polarización social y su impacto en el arte

La reflexión de María sobre el feminismo revela algo interesante: aunque no le gusta ser parte de un movimiento organizado, reconoce que hay una creciente necesidad de escucharse mutuamente. Nos habla de un feminismo “comunitarista” que busca apoyar a las mujeres en su lucha por igualdad, pero que también aboga por un tratamiento justo de los hombres. Aquí es donde la conversación se vuelve aún más compleja. En las redes sociales, se están arrojando todo tipo de acusaciones, algunas merecidas, otras quizás un poco distorsionadas.

¿Qué pasa cuando la línea entre justicia y venganza se vuelve difusa? María cree en la libertad de expresión y en que todos debemos ser responsables de nuestras palabras. Sin embargo, también reconoce que la cultura de la cancelación puede hacer que algunos piensen más de una vez antes de expresar sus opiniones.

El futuro del teatro como herramienta de cambio

En un mundo donde lo ligero y lo banal tienden a dominar, el teatro se presenta como una oportunidad para explorar lo profundo. María destaca cómo muchas personas buscan algo de “ligereza” al final de un día agitado, pero también hace hincapié en que el arte puede ser un espacio para explorar el dolor, la incertidumbre y, sobre todo, el crecimiento personal. Con una carrera que incluye varias obras que exploran temas feministas, María está en la intersección de la actuación y de una narrativa crítica necesaria.

Pero eso plantea la pregunta: ¿qué futuro le espera al teatro en un mundo que cada vez se siente más abrumado por la tecnología y el consumo rápido?

Conclusión: Abriendo la puerta a una nueva conversación

‘The Second Woman’ no es solo una representación del teatro contemporáneo, sino una llamada a la acción sobre lo que significa ser un hombre o una mujer en nuestra sociedad hoy. Nos invita a preguntarnos: ¿estamos dispuestos a enfrentar nuestras propias dinámicas de poder? ¿Seremos capaces de abrir un espacio seguro para el diálogo y el entendimiento?

Así que, mientras disfrutamos de una noche en el teatro, recordemos que cada actuación es una oportunidad para reexaminar nuestras propias creencias y comportamientos. Tanto si eres un espectador casual como un crítico de arte, esta obra es un recordatorio de que el cambio comienza con una conversación. Y, quién sabe, tal vez un día estemos listos para romper el cubículo transparente y entrar en una discusión real sobre lo que significa ser humano.

Y si alguna vez te encuentras en un cubículo rojo al lado de María Hervás, tal vez deberías estar preparado. Porque en ese rincón del teatro, nada se queda sin explorar. ¿Te atreverías?