En los últimos días, Venezuela se ha visto sacudida por una serie de intoxicaciones masivas en colegios que han dejado a todos atónitos. ¿Cómo es posible que fenómenos en plataformas como TikTok o Instagram estén afectando a niños y adolescentes de esta manera? En este artículo, exploraremos no solo los eventos recientes, sino también cómo los retos virales, que muchas veces parecen inofensivos, pueden tener consecuencias devastadoras. Así que prepárate y acompáñame en este viaje por un mundo donde las redes sociales y la juventud se entrelazan de formas peligrosas.

Un bosquejo de la situación actual en Venezuela

Primero, hagamos un breve repaso de lo que ha sucedido. Según la información reciente, en varios colegios de Venezuela, se han registrado intoxicaciones de decenas de estudiantes, y todo parece estar ligado a un preocupante reto viral. El 5 de noviembre, un estudiante de 14 años destapó un frasco con una “sustancia líquida de color rosado”, provocando un evento que afectó a 94 personas en una escuela de Barinas. Solo tres días después, 85 estudiantes en Portuguesa también terminaron intoxicados, esta vez por una “presunta sustancia química no identificada”.

Diosdado Cabello, ministro de Interior y figura prominente en el Partido Socialista Unido de Venezuela, no dudó en señalar que este problema es parte de los peligros inherentes a las redes sociales. En su programa “Con el mazo dando”, planteó la necesidad urgente de regular los contenidos que circulan en estas plataformas. Los datos recientes demuestran que lo que comenzó como un simple desafío para pasar el rato puede terminar teniendo un impacto drástico en la salud de los más jóvenes.

Pero, ¿qué es exactamente lo que está sucediendo aquí?

El lado oscuro de los retos virales

¿Recuerdas esos días de juventud donde la mayor preocupación era si ibas a conseguir que tus amigos te aprobaran una acrobacia en el parque? Bueno, ahora los jóvenes de hoy están enfrascados en retos virales que no solo son incómodos, sino, como hemos visto recientemente, extremadamente peligrosos.

¿Qué es el reto ‘chroming’?

El reto que ha cobrado protagonismo en los incidentes recientes es el chroming. Este consiste en inhalar sustancias tóxicas de aerosoles, desodorantes, pinturas e insecticidas. La idea detrás de este desafío es, en pocas palabras, lograr un efecto “eufórico” o “alterador”, lo cual, seamos honestos, suena mucho más atractivo cuando se ve en un video lleno de efectos especiales y música pegajosa.

Yo, como muchos de ustedes, solía pensar que esos desafíos en línea eran solo eso: desafíos. Recuerdo haber visto a un grupo de amigos hacer el “reto del canela” en la escuela secundaria. No me atreví a participar, ni por asomo. Pero cuando veía sus rostros tosiendo y riendo al mismo tiempo, me preguntaba si realmente había algo de peligro. Ahora entiendo que, lejos de ser algo inocente, puede haber consecuencias que escapan a nuestro entendimiento.

Consecuencias y riesgos de los retos virales

Tengamos en cuenta que, si bien al principio pueden parecer solo una broma, los riesgos son absolutamente reales. La inhalación de sustancias químicas puede llevar a daños respiratorios, problemas neurológicos, e incluso la muerte. Y aquí es cuando la cosa se pone seria.

¿Alguna vez te has preguntado cuántas de esas “las ví en internet” se convierte realmente en “las viví en la vida real”? El hilo de nuestros desafíos digitales puede convertirse fácilmente en un tejido de tragedias físicas y emocionales. La sociedad tiene la responsabilidad de proteger a sus jóvenes de las nocivas tendencias que circulan en la red.

La necesidad de regulación en las redes sociales

Lo que está sucediendo en Venezuela resuena con muchas otras partes del mundo. Las redes sociales han dado voz a millones de personas, pero también han permitido que los retos dañinos se difundan a gran velocidad. Si al menos una porción de los retos virales resultan ser perjudiciales, ¿deberíamos sentarnos y esperar a que sucedan incidentes más graves para actuar?

Lo que Diosdado Cabello ha dicho sobre la necesidad de regular el uso de las redes sociales no es descabellado. Pero, ¿quién debe ser el árbitro en esta discusión? He contrapesados mis propias experiencias en estas plataformas y veo la dificultad de establecer límites. Pero temer que nuestros hijos puedan ser seducidos por un desafío peligroso es algo que deberíamos considerar seriamente.

Imagínate por un momento que eres un padre. Tu hijo acaba de comenzar a ver TikTok, y de repente le cuentas sobre lo que realmente le sucedió a ese chico en la escuela. ¿No querrías que hubiera alguna forma de evitar que él se uniera a un desafío que pone en riesgo su vida? Sin dudas, la respuesta es sí.

Educación y concientización: la primera línea de defensa

Ahora, antes de que arranquemos con la prohibición total de las redes sociales (lo cual, seamos sinceros, es bastante poco práctico), es vital considerar la educación como un recurso clave. La educación sobre los peligros de estos retos debería ser prioritaria.

Los colegios pueden comenzar programas de concientización para que los jóvenes comprendan los riesgos. De la misma forma que charlamos sobre la importancia del uso de cinturones de seguridad o no fumar, también podemos hablar sobre el uso responsable de las redes sociales.

Además, compartir historias reales de cómo estos retos han afectado vidas puede ser un excelente enfoque. A veces, escuchar la historia de un amigo o alguien cercano impacta más que una charla de adultos que parece predicar. Todos hemos escuchado esas historias en la televisión, pero, ¿y si fueran historias que tú viviste o escuchaste volviendo del colegio?

La responsabilidad compartida de todos

La responsabilidad de proteger a los jóvenes de los retos virales no recae solo en las escuelas o en los padres. Las plataformas sociales también deben asumir parte de la carga. ¿Qué están haciendo estas empresas para asegurar que su contenido sea seguro? En junio de 2023, un informe de Pew Research Center demostró que más del 60% de los jóvenes han estado expuestos a contenido dañino en línea. Están trabajando en una variedad de soluciones, pero, evidentemente, hay un largo camino por recorrer.

Lamentablemente, a menudo es más fácil poner la vista en el lado negativo de las cosas. No es un secreto que las redes sociales pueden ser un campo de batalla, y muchos jóvenes sienten la presión constante de ser parte del próximo gran fenómeno viral. La falta de regulación puede resultar en una pérdida de vidas inimaginable, y eso resulta inaceptable.

Reflexiones finales

La situación en Venezuela no es un caso aislado; representa una problemática mundial que nos involucra a todos. La conexión entre la juventud y las redes sociales es un tema dinámico, y los retos virales son solo una de las muchas complejidades de la vida moderna. Nos enfrentamos a un dilema diario: ¿banalizamos el sufrimiento o hacemos algo al respecto?

Si algo nos enseña la experiencia de otros países, incluido Venezuela, es que no podemos mantenernos al margen esperando que el problema se solucione solo. Necesitamos estar alertas y educados tanto en el uso seguro de las redes sociales como en las consecuencias de estas prácticas.

Quizás, solo quizás, la próxima vez que veamos a un grupo de adolescentes en línea haciendo un reto, podamos recordar estas historias y actuar antes de que se conviertan en una nueva tragedia. ¿No te parece que vale la pena intentarlo? Al final del día, todos queremos un futuro mejor para nuestras generaciones venideras, y ese futuro incluye un uso más responsable de la tecnología que ha llegado para quedarse.