La tecnología avanza a pasos agigantados y, en la actualidad, la inteligencia artificial (IA) es uno de los campos más intrigantes y competitivos. El 24 de abril de 2023 marcó un hito en esta carrera cuando Rusia anunció el lanzamiento de GigaChat, un chatbot que, a priori, pretendía posicionarse como competidor de ChatGPT. Pero, hagamos un análisis más profundo: ¿realmente puede GigaChat competir con gigantes como OpenAI o Google? La respuesta a esta pregunta nos lleva a explorar las ambiciones rusas en el ámbito de la IA y sus recientes movimientos geopolíticos.

Un vistazo al panorama de la inteligencia artificial

Sabemos que la IA es la nueva frontera tecnológica y, como ciudadano curioso (y probablemente tus amigos también lo sean), no puedes evitar preguntarte en qué punto se encuentra Rusia en esta carrera. A pesar de que el país tiene un legado en la ciencia y la tecnología, según el Índice Global de IA de Tortoise Media, ocupa la posición 31 entre 83 países evaluados en términos de desarrollo de la inteligencia artificial. Eso puede no sonar tan mal hasta que te das cuenta de que sigue lejos de países como EE.UU. y China, que dominan en este ámbito.

Como si esto fuera poco, imagínate a Vladímir Putin perplejo, mirando las filas de ingenieros, mientras piensa: «Necesito un plan, y rápido». Así que, ya a fines de 2023, el Kremlin empezó a revelar su estrategia: una cooperación estrecha con China en desarrollo de IA. Pero, ¿es esto una señal de desesperación, o es una jugada astuta?

GigaChat: el héroe que no sabía que necesitaba Rusia

El lanzamiento de GigaChat fue, en algunos círculos, celebrado casi como una especie de «salvador tecnológico». Cualquier fanático de la tecnología puede recordar el primer encuentro con un chatbot. Para muchos de nosotros, esas interacciones eran fascinantes, pero también un poco cómicas. Recuerdo una vez que traté de convencer a un chatbot de que el chocolate era, de hecho, un grupo de frutas. No saqué nada en claro, pero definitivamente me divertí.

GigaChat, por su parte, promete ofrecer algo más que un simple eco de líneas preprogramadas. Este nuevo chatbot tiene la ambición de descentralizar el conocimiento y hacer que la IA sea más accesible para los ciudadanos rusos. Sin embargo, el gran desafío es claro: ¿puede GigaChat realmente competir con modelos más avanzados que han sido entrenados con enormes volúmenes de datos y mejoras continuas?

La búsqueda de chips: un obstáculo significativo

El desarrollo de la inteligencia artificial no basta con algunas líneas de código ingenioso; se necesita un hardware robusto. Aquí es donde la historia se vuelve interesante. El CEO de Sberbank, German Gref, ha admitido que las GPU para IA son los componentes más difíciles de conseguir en Rusia debido a las sanciones impuestas por EE.UU. y sus aliados. Imaginen eso: mientras la mayoría de nosotros solo nos preocupamos por encontrar una buena oferta en nuestra tienda de electrónica, Gref se enfrenta a un bloqueo tecnológico que limita la búsqueda de chips para impulsar la IA.

En este contexto, Vladímir Putin orquesta una danza delicada, buscando alianzas que le permitan sortear estos obstáculos. La asociación con China se presenta como la mejor opción para superar estos problemas en la obtención de tecnología de semiconductores. La nación asiática no solo se enfrenta a sanciones similares, sino que también ha logrado avances notables en el campo de la inteligencia artificial. ¿Quién puede culpar a Putin por querer moverse en la misma dirección?

La alianza con China: un paso hacia adelante o un callejón sin salida

En el ecosistema global de la tecnología, las asociaciones son esenciales. BRICS, que reúne a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se ha convertido en una plataforma clave para que Rusia busque apoyo. Juntos, representan más del 40% de la población mundial y alrededor del 25% del PIB global. Pero, aquí surge una inquietante pregunta: ¿una alianza construida sobre la necesidad es sostenible?

A medida que los esfuerzos para integrar los sistemas de IA en sus economías continúan, el Kremlin podría estar jugando a una partida a largo plazo. Sin embargo, si en lugar de alianzas genuinas esto se convierte en una relación de dependencia, ¿dónde quedará la autonomía en el desarrollo de la IA en Rusia?

¿Puede la historia repetirse en el ámbito tecnológico?

La historia tiene una manera curiosa de repetirse, y a menudo los patrones pueden ser alarmantes. Mirando hacia atrás, me recuerda a períodos de la Guerra Fría, donde la competencia no solo se basaba en la carrera armamentista, sino también en avances tecnológicos. Ahora, no estamos en una carrera de misiles, sino en una carrera de chips, algoritmos y datos. ¿Estamos realmente comenzando una nueva «guerra fría digital»?

Lo que es seguro es que, mientras países como EE.UU. continúan invirtiendo y desarrollando su tecnología, Rusia tiene un largo camino por recorrer. GigaChat, aunque sea un paso hacia adelante, tal vez no sea suficiente para cambiar la narrativa. Así que, mientras nos preguntas acerca de tu asistente virtual, los líderes de Rusia están buscando desesperadamente la manera de conseguir ventaja.

La estrategia de los países en carrera por la IA

Por otra parte, el lanzamiento de GigaChat también pone sobre la mesa la urgencia con la que los actores globales deben avanzar en el desarrollo de IA. Cada día, se integran más herramientas impulsadas por IA en la vida diaria de las personas. Desde asistentes virtuales hasta algoritmos de recomendación que influyen en nuestras compras, la IA está aquí para quedarse.

Las grandes corporaciones están apostando por la inteligencia artificial, y países como Estados Unidos y China hacen inversiones exorbitantes para quedarle inmortal. Podríamos decir que, por un lado, esto genera un ambiente de competencia que prima la innovación, pero también despierta preocupaciones de regulación y ética.

¿Y qué pasa con la IA en países menos desarrollados? Esta es otra conversación que necesita más atención. ¿Cómo será su papel en el futuro de la IA en un mundo donde países fuertes son los que están creando las reglas del juego?

Reflexiones finales: ¿qué pasará con GigaChat?

Mirando hacia el futuro, hay muchas incertidumbres en relación con GigaChat y la estrategia de Rusia para avanzar en el campo de la inteligencia artificial. Si bien Putin busca posicionar a su país en la segunda ola de la revolución tecnológica, la realidad es que la competencia se intensifica cada vez más. GigaChat podría ser el primer paso, pero quizás le falta la “salsa secreta” que propicia el éxito.

Sin embargo, no todo está perdido. Si Rusia opera de manera inteligente y se apoya en sus aliados, como China, puede encontrar nuevas y creativas formas de integrar la IA en diversas áreas, lo que podría permitirle cerrar la brecha tecnológica. Un futuro lleno de incertidumbres, pero también de oportunidades, nos espera.

Mientras tanto, aquí me quedo, con un ojo en los avances de GigaChat y otro en las últimas noticias de la tecnología, disfrutando de cada nuevo capítulo en esta fascinante historia. ¿Te imaginas qué nos deparará el futuro de la IA? Recuerda, el mundo nunca deja de sorprendernos.