La emoción de los gamers y aficionados a los videojuegos está en su punto más alto con el lanzamiento de Neva, la segunda obra de Nomada Studio, tras el rotundo éxito de Gris, que no solo fue un juego, sino una pieza de arte interactiva. Mientras los entusiastas esperan ansiosamente la llegada del nuevo título, me encuentro sumido en reflexiones sobre la evolución de la industria del videojuego, así como sobre el camino que ha recorrido este pequeño pero entregrande estudio barcelonés.

El legado de gris: un éxito que pesa

Es inevitable que al hablar de Neva se haga referencia a Gris. ¿Cómo competir con un juego que vendió más de tres millones de copias y fue aclamado en los prestigiosos Game Awards? Esa es la pregunta que Conrad Roset y su equipo han tenido que responder mientras trabajan en su nuevo proyecto. La presión es real. Yo, como gamer que he sentido la adrenalina de múltiples lanzamientos, puedo empatizar con ese nerviosismo. A todos nos gustaría que nuestro segundo disco después del primero, que fue un clásico instantáneo, no sea el “nuevo disco de la banda que no logró repetir el éxito”. ¿Quién no ha vivido ese dilema en su propia vida al enfrentar expectativas?

Roset confiesa su ansiedad acerca de la recepción de Neva: «Queremos que se venda para poder seguir trabajando de esto». Esta frase resuena con un toque de realidad que suele olvidarse en el glamour de la industria del entretenimiento. El arte necesita financiación, y la lucha por la existencia de un estudio independiente puede ser ferazmente intensa.

Breve historia de un pequeño estudio

Recuerdo la primera vez que escuché sobre Nomada Studio, me pareció que era como esas pequeñas bandas que hacen su camino con corazón y esfuerzo. «Queríamos hacer un videojuego sin mucha ambición,» dice Roset, lo que suena casi como el mantra de aquellos que empiezan cualquier proyecto con anhelo, pero poco esperan de las críticas. La historia de un pequeño estudio que se va labrando una identidad en una industria donde los titanes como EA y Activision dominan el panorama es ciertamente inspiradora.

Nomada Studio comenzó con la intención de publicar un solo juego, un sueño compartido por tantos, pero el éxito de Gris los llevó a reconsiderar su camino. En lugar de quedar atrapados por la brillantez de su primer título, decidieron seguir adelante, porque sí, a veces hay que arriesgarse. ¿No les ha pasado que, después de un gran triunfo personal o laboral, sienten la presión de repetirse? A todos nos ha pasado: acabar un proyecto y pensar «¿Ahora qué?».

La esencia de Neva

Con Neva, la historia gira en torno a la figura de Alba y su vínculo con un lobo llamado Neva. Desde el primer vistazo, la profunda conexión entre los personajes es palpable. La idea de cuidar y proteger es un eco del viaje personal de Roset como padre. La paternidad puede ser un camino glorioso y a la vez desalentador, y aquí hay paralelismos entre la crianza y el desarrollo de un videojuego: ambos requieren paciencia, amor y un toque de valentía para enfrentarse al mundo.

La transición narrativa que Roset establece entre Gris y Neva es emocionante. Mientras Gris aborda la salud mental desde una perspectiva onírica, Neva busca conectar profundamente con las emociones a través de la historia de cuidar y criar. Aquí surge la pregunta: ¿qué tan bien empatizamos con los personajes que, en principio, están lejos de nuestra realidad? La respuesta es sorprendentemente simple: la empatía puede ser una herramienta poderosa en la narración. Al igual que en la vida real, las conexiones genuinas generan un poderoso vínculo entre el jugador y el juego.

La estética como protagonista

Al igual que su predecesor, Neva es un festín visual. Si alguna vez te has visto atrapado viendo clips de Gris en YouTube por su arte impresionante, te alegrará saber que Neva también es un deleite para la vista. Roset se inspira en varias influencias artísticas, como las obras de Studio Ghibli y la técnica de acuarela de los impresionistas. La estética no es simplemente un fondo: es una parte fundamental que moldea la experiencia del juego. Recuerdo cuando jugué Gris; perdía la noción del tiempo simplemente contemplando los colores y escenas que parecían salidas de un lienzo.

Esta obsesión por la belleza visual no solo se traduce en gráficos, sino que también envuelve al jugador en un ambiente que trasciende el juego mismo. Las luces y sombras en Neva crean una atmósfera que habla de lo hermoso y lo decadente a partes iguales, lo que añade un tono de melancolía que me hace pensar: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a sacrificar por lo que amamos?

Evolucionando a través del tiempo

Al pensar en el proceso de creación, es inevitable notar que Neva fue concebido durante la pandemia. La crisis mundial ha moldeado a muchos creadores de formas inesperadas. La falta de interacciones típicas ha hecho que muchos reflexionen sobre sus relaciones interpersonales y sobre cómo esas conexiones nos definen. Roset afirma que la idea surgió cuando comenzó a ser padre, y me resulta fascinante cómo la vida personal puede influir en la creación artística.

¿Alguna vez han estado tan inmersos en su vida personal que, al mirar hacia atrás, se dan cuenta de que todo lo vivido ha sido un material inagotable para su creatividad? Neva es un testimonio de ello, anclando la historia en el amor entre padre e hijo, pero también explorando la soledad y la necesidad de entender a aquellos que amamos. Este enfoque multidimensional es lo que hace que un videojuego trascienda y resuene con la audiencia en un nivel más profundo.

La jugabilidad: un viaje emocional

La jugabilidad en Neva se presenta como un viaje emocional y no simplemente como una serie de niveles para completar. A medida que avanzas a través de las estaciones y resuelves enigmas, el vínculo entre Alba y Neva evoluciona. Este enfoque es refrescante y desafiante, especialmente en un mundo donde muchos títulos favorecen la acción sin un propósito más profundo.

Al decir que las batallas en Neva son más como puzles, me hace recordar mis propios enfrentamientos en videojuegos donde el enfoque en la estrategia y el pensamiento crítico superan la mera repetición de ataques. ¿No es este un ejemplo de cómo, en la vida real, los conflictos que enfrentamos requieren más que solo fuerza bruta para resolverse?

Un equipo que trabaja en sinergia

Uno de los aspectos más enriquecedores sobre Nomada Studio es el enfoque colaborativo. Roset se reconoce a sí mismo como parte de un equipo que ha aprendido a confiar en las habilidades de los demás. El proceso espontáneo y orgánico de crear un videojuego se convierte en una danza de creatividad y desafío personal. En mi propia experiencia, he visto que confiar en otros a menudo produce asombrosos resultados. ¿Quién diría que dejar ir el control podría darnos una obra aún más poderosa?

Roset también menciona la importancia de cuidarse a sí mismo. «Los recursos y el dinero ganados tienen que ir a ese tipo de calidad de vida, que también es calidad artística.» Este pensamiento es crucial en un mundo donde a menudo sacamos lo mejor de nosotros mismos a través del agotamiento. A veces, en nuestro afán por triunfar, olvidamos que la creatividad verdadera proviene de un lugar de paz interior.

Mirando hacia el futuro

Mientras Nomada Studio se adentra en los caminos del futuro con otros proyectos en mente, estoy entusiasmado por ver qué más tendrán reservado para la comunidad de videojuegos. Hablar de las expectativas es natural, pero lo emocionante es cómo desafían esas expectativas a través de su arte. Su camino nos recuerda que el videojuego no es solo entretenimiento, sino una forma de arte que puede resonar y tocar nuestras fibras más íntimas.

Con el lanzamiento de Neva, no solo estoy emocionado por lo que he jugado, sino también por lo que vendrá. Roset y su equipo han puesto su corazón en este juego, y ese amor es palpablemente visible en cada fotograma, cada sonido e incluso en la historia que cuentan. ¿Quién sabe? Tal vez después de Neva, se conviertan en un faro de inspiración para futuras generaciones de creadores, recordándonos que, a pesar de las dificultades del camino, la pasión y la creatividad siempre encontrarán su camino.

Conclusiones finales: ¿Qué dejaremos atrás?

Así que, amigos, mientras exploramos el mundo de Neva y experimentamos la aventura de Alba y su lobo, debemos preguntarnos: ¿Qué legado queremos dejar? En un momento de creciente interés por los videojuegos como forma de expresión, Nomada Studio nos recuerda que detrás de cada pixel hay una historia esperándonos.

Desde el arte visual que nos invita a detenernos en cada escena, hasta las narrativas emocionales que nos llevan a reflexionar, Neva es más que un simple videojuego; es un puente que conecta experiencias humanas profundas. Y, como cualquier verdadero maestro, esta obra logra emocionarnos y hacernos reír, todo mientras nos deja pensando en las sombras que todos llevamos dentro.