En la vasta galaxia del cine de ciencia ficción, a menudo nos encontramos con mundos que capturan nuestra imaginación y nos hacen cuestionar nuestra realidad. Tal es el caso de «Aniquilación», una obra que ha permanecido como una de las joyas más intrigantes y complejas del catálogo de Netflix. Estrenada en 2018, esta película no solo ofrece un festín visual, sino que también invita a la reflexión profunda sobre temas como la identidad, la transformación y lo desconocido. Sin embargo, ah, el tiempo es cruel, y el 11 de marzo de 2025, la película dejará la plataforma. Así que, ¿qué mejor manera de revisitarla que ahondar en su significado y su autor?
¿Por qué le tenemos tanto cariño a la ciencia ficción?
La ciencia ficción ha tenido un lugar especial en nuestros corazones desde tiempos inmemoriales (vale, tal vez no tanto, pero ustedes entienden la idea). ¿Cuántas veces hemos soñado despiertos con otros mundos, viajes intergalácticos o incluso robots que nos hacen café por la mañana? Es un género que no solo nos entretiene, sino que también nos empuja a cuestionar el futuro de nuestra humanidad y la relación que tenemos con la tecnología y la naturaleza.
Sin embargo, «Aniquilación» va un paso más allá. No se contenta con presentar una narrativa lineal y predecible; más bien, te atrapa en un torbellino de imágenes y conceptos que pondrán a prueba incluso a los espectadores más astutos.
La mente maestra detrás de la obra
Alex Garland, el director y guionista, es un nombre que resonó con fuerza en el ámbito del cine de ciencia ficción moderno. Con éxitos como «Ex Machina» y «Devs», Garland se ha ganado la reputación de abordar la ciencia ficción con una profundidad filosófica, lo que puede ser tanto un deleite como un desafío para sus audiencia. Él reconoce que la ciencia ficción permite explorar lo desconocido, y «Aniquilación» es un claro ejemplo de ello.
Personalmente, recuerdo la primera vez que vi «Aniquilación». Era una noche oscura y tormentosa (como en las mejores novelas de terror). Me senté en mi sofá, una bolsa de palomitas en mano, sin expectativa. Pero, a medida que avanzaba la película, me di cuenta de que no solo estaba viendo una historia, sino que estaba siendo desafiado a entenderla, a interpretarla.
La trama original: un viaje dentro de la zona X
La película basa su narrativa en el primer libro de la trilogía «Southern Reach» de Jeff VanderMeer. Pero, aunque leí el libro, he de confesar que no entendí todo. El contenido es tan surrealista y complejo que, en ocasiones, me sentí como un pez fuera del agua. Pero así es la vida, ¿no? A veces no tenemos que entender todo para disfrutarlo.
La historia comienza cuando el marido de la bióloga Lena, interpretada por Natalie Portman, regresa de una misión secreta en la zona X, un área que ha sido acordonada por el ejército debido a extraños fenómenos. Lena, al ver que su esposo no es el mismo, decide unirse a un grupo de científicas que se aventuran en esta zona para descubrir qué está sucediendo. ¿Suena emocionante? ¡Sí! Pero también un poco aterrador.
Imagínense estar en un lugar donde la naturaleza se comporta de manera extraña, y donde hay criaturas indescriptibles que podrían ser tanto fascinantes como mortales. La zona X es un personaje en sí misma, un mundo donde las reglas de la biología parecen haber sido completamente reescritas. Desde las plantas que brillan en la oscuridad hasta los perturbadores «híbridos» de las criaturas, cada elemento añade una capa de misterio y fascinación.
La experiencia visual y sonora
Uno de los aspectos más destacados de «Aniquilación» es, sin lugar a dudas, su diseño de producción. Las imágenes son asombrosas y, a menudo, inquietantes. A medida que los personajes se adentran más en la zona X, uno se siente como si estuviera participando en una experiencia psicodélica. Las plantas se deforman de manera surrealista, y la banda sonora, dirigida por el brillante Geoff Barrow y Ben Salisbury, crea un ambiente sonoro que aplasta cualquier duda sobre lo que estamos viendo. ¿Algo así como un viaje alucinante sin necesidad de sustancias ilegales? Totalmente.
Recuerdo la primera vez que escuché esa banda sonora; era como si el sonido me estuviera envolviendo, llevándome a un viaje a través de mis propios miedos y ansiedades. En una escena particularmente impactante, me encontraba tan inmerso que casi olvidé lo que significaba la realidad. Esa es la magia de «Aniquilación».
¿Es el verdadero horror lo desconocido?
La película maneja el horror de una manera única e inteligente. En lugar de mostrar monstruos aterradores al estilo de las típicas películas de terror, «Aniquilación» opta por dejarnos vislumbrar el horror a través de lo desconocido. La verdadera amenaza no son solo las criaturas, sino la incapacidad de los personajes para entender lo que está sucediendo a su alrededor. Y seamos sinceros, ¿cuántos de nosotros hemos estado en situaciones en las que sentimos que no tenemos control? Cuando veo esta película, me hace reflexionar sobre mi propia vida y las veces que me he sentido perdida. Porque, al fin y al cabo, todos enfrentamos una zona X en algún momento.
La forma en que cada mujer del grupo lidia con sus traumas pasados es especialmente reveladora. Natalie Portman, Tessa Thompson, Gina Rodriguez, Jennifer Jason Leigh y Tuva Novotny abordan sus propios fantasmas mientras se enfrentan al horror externo, un paralelismo que añade un nivel emocional a la historia.
Reflexiones sobre la identidad y la transformación
Una de las temáticas centrales de «Aniquilación» es la exploración de la identidad. En la zona X, los personajes experimentan cambios que no solo afectan su entorno físico, sino su propia esencia. ¿Qué sucede cuando se nos altera lo que creemos que somos? A través de la transformación de las criaturas en la película, se plantea una pregunta inquietante: ¿somos realmente quienes creemos ser o somos solo una combinación de nuestras experiencias y la influencia del mundo que nos rodea?
Este proceso de transformación resuena particularmente con la idea de autoconocimiento. Al igual que Lena, todos enfrentamos momentos en la vida donde debemos preguntarnos: «¿Soy yo quien quiero ser?”. Muchas veces nos encontramos atrapados en nuestras propias zonas X, pero la clave está en cómo elegimos enfrentarlas.
La relevancia contemporánea de «Aniquilación»
Ahora, aquí estamos, mirando hacia el futuro, en marzo de 2025, con la noticia de que «Aniquilación» está a punto de salir del catálogo de Netflix. Esta decisión me deja con las ganas de debatir: ¿realmente necesitamos catalogar todas las películas en categorías tan estrictas? «Aniquilación» se siente como una experiencia atemporal. Su relevancia no solo radica en sus efectos visuales o su narrativa compleja, sino en su capacidad para resonar emocionalmente con lo que nos está sucediendo en este momento.
Vivimos en tiempos inciertos, y la idea de lo desconocido y lo extraño se ha vuelto parte de nuestro día a día. La pandemia, la transformación de nuestras interacciones sociales, la rápida evolución de la tecnología… Cada nuevo desafío parece desdibujar aún más las líneas de nuestra identidad. En este contexto, «Aniquilación» se convierte en un espejo de nuestras ansiedades colectivas.
Conclusión: ¿Qué legado dejará «Aniquilación»?
Lo que me lleva a preguntarme: ¿cuál será el legado de «Aniquilación»? A través de sus complejas imágenes y narrativas, nos ofrecerá siempre un refugio para cuestionarnos a nosotros mismos, un recordatorio de que el verdadero horror puede residir en nosotros, en nuestra incapacidad para enfrentar nuestras propias verdades. La película es un viaje tanto hacia lo externo como hacia lo interno.
Como amantes del cine, debemos celebrar obras como «Aniquilación», que nos llevan a mayores alturas al explorar la psique humana. Puede ser una película que te ponga en la cuerda floja y que te haga cuestionar, pero así es como el arte a menudo funciona: nos desafía a mirar más allá de la superficie y a confrontar nuestras propias realidades.
Así que, si tienes la oportunidad antes del 11 de marzo, no dudes en darle un vistazo. Y recuerda, está bien no entender todo al principio; a veces, lo importante es disfrutar del viaje. Porque, en el fondo, todos estamos buscando nuestra propia zona X, ¿no crees?