En un giro que podría ser parte de una trama de película de acción, un youtuber español ha sido detenido por la Guardia Civil por enseñar a sus más de un millón de suscriptores cómo fabricar explosivos. Sí, lo has leído bien. No se trataba de un simple tutorial sobre cómo hacer slime o preparar galletas; no. Este individuo se dedicaba a desglosar, paso a paso, la fabricación de mezclas explosivas, generando preocupación y asombro en igual medida. Pero, seamos honestos, ¿quién pone un «me gusta» a un video sobre cómo hacer un lanzallamas y no se pregunta qué demonios está pasando?

De YouTube a la cárcel: el recorrido del contenido irresponsable

Cuando escuchamos sobre detenidos por fabricar explosivos, es fácil cerrar el teléfono y pensar que eso no podría suceder en este mundo de gente famosa mostrando su día a día. Pero este caso no es un episodio aislado. La Guardia Civil en España ha desmantelado un taller clandestino, donde nuestro protagonista jugaba al químico loco en una finca familiar, cerca de una zona residencial. En un momento dado, estar en su canal no solo implicaba ver un tutorial; implicaba realmente un riesgo inminente.

El auge de los tutoriales peligrosos

La era digital ha facilitado el acceso a toda la clase de información, y el mundo de YouTube es el rey de esta tendencia. Pero, seamos sinceros, ¿de verdad creemos que todos los «tutoriales» son inofensivos? Cada vez es más común ver vídeos que cruzan la frontera entre la creatividad y la irresponsabilidad. Desde recetas de cocina hasta ciencia DIY (hazlo tú mismo), la línea se vuelve borrosa. Y este “youtuber” decidió brincar esa línea de una forma espectacularmente peligrosa.

Imagina abrir YouTube para buscar un video sobre cómo hacer un batido verde detox y, en cambio, ver a alguien destruyendo un coche con termita. Es perturbador, ¿no? ¡Hasta yo me sentiría mal por acercarme al botón de «suscribir»!

Un riesgo inminente para la seguridad pública

La situación es aún más alarmante considerando que estos vídeos fueron vistos más de 106 millones de veces. Imagina que un porcentaje de esos espectadores pueda verse influenciado, tomando sus enseñanzas para intentar hacer sus propios explosivos. ¡Eso es suficiente para hacer que cualquier padre se preocupe!

La Guardia Civil ha advertido sobre el grave riesgo que supone que personas con mala intención (u otras que simplemente piensan que todo es un juego) puedan replicar lo que vieron en estos tutoriales. La posibilidad de que un grupo violento o terrorista obtenga la “receta” de estas mezclas explosivas a través de un video de YouTube es aterrador. La irresponsabilidad infinita de un solo individuo podría tener repercusiones que afectan a toda la sociedad.

¿De quién es la culpa realmente?

Siempre hay un debate sobre la responsabilidad en el contenido online. ¿Deberían las plataformas tener más control sobre lo que se publica? En un mundo donde las leyes de la libertad de expresión son tan flexibles, el papel de las plataformas para delimitar lo que se puede postear es fundamental. Debemos preguntarnos: ¿hasta dónde llega la libertad de crear contenido? Las plataformas deben encontrar un equilibrio entre libertad de expresión y la seguridad de la comunidad. Todos hemos visto el meme cómico de “si esto no es ilegal, debería serlo,” y este caso puede estar en la primera fila de esa discusión.

Precedentes: cuando la creación digital se torna peligrosa

El arresto del youtuber no es un caso aislado. En 2022, otro individuo fue detenido en Galicia por construir explosivos siguiendo las instrucciones de un video de un canal similar. Lo que debería ser un contenido divertido y entretenido se convierte en una vía para criminalidades serias. Cada año aparecen más casos que reflejan que no todos los tutoriales están destinados a fines inofensivos.

Recuerdo una vez cuando traté de hacer una receta viral de cocina que prometía ser «infalible» y al final, solo me salió un desastre y mi perro terminó comiéndose la mayoría. ¡Esos son los riesgos de seguir tutoriales online! Pero, ¿qué pasa cuando se trata de explosivos? No hay un «desastre de cocina» que uno pueda simplemente limpiar con una escoba.

El atractivo del contenido extremo

Vamos a ser realistas; la naturaleza humana tiene un atractivo curioso hacia lo extremo. Siempre hay un grupo de personas que encontrarán emocionante una demostración de poder, ya sea en un entorno seguro o peligroso. Tal vez sea esa adrenalina que algunos sienten al ver vídeos de explosiones, que traen un sentido de catarsis, aunque erróneamente.

Este youtuber tiene toda la configuración del héroe de acción: vistas, suscriptores, y un atractivo casi rebelde. Pero, lamentablemente, el ego y la fama pueden cegarnos a las verdaderas consecuencias de nuestras acciones.

¿Lo divertido o lo peligrosamente irresponsable?

Volviendo a nuestro protagonista, el hecho de que subiera más de 60 videos sobre la fabricación de explosivos y armas artesanales es un testimonio de la delgada línea que existe entre el entretenimiento y la irresponsabilidad. En un momento, al estar frente a su cámara, podría haber estado pensando: «¡Esto va a ser un éxito!» sin pensar en lo que implicaría en la vida real. Su «entretenimiento» pasaba a convertirse en una amenaza; no una ligera, sino una que podría verte en la primera plana de un periódico.

Sin embargo, no solo fue un acto de imprudencia individual. Como comunidad, también debemos reflexionar sobre lo que consumimos. ¿Deberíamos simplemente ignorar ciertos contenidos solo porque pueden atraer a más espectadores? O es posible que se deba desarrollar un enfoque donde plataformas como YouTube utilicen sus algoritmos para desmontar material inapropiado de manera más eficaz.

Prevención: lo que se debe hacer

Este es un claro recordatorio de que la educación digital debe incluir una enseñanza sobre la responsabilidad de compartir contenido, tanto para creadores como para espectadores. La idea de que todo se puede encontrar en línea, debería ir acompañada de una responsabilidad sobre qué y cómo lo hacemos.

Pequeñas acciones pueden hacer grandes cambios. Por ejemplo, promover que los usuarios revisen la credibilidad de aquellos a quienes siguen. Tal vez dedicar un vídeo a la seguridad en el hogar sea más útil que uno sobre cómo destruir algo: ¿quién sabe? Puede que salven más vidas de lo que imaginamos.

¿Estamos cediendo un poco demasiado?

En nuestra vida diaria, la idea de preparar una cena puede causar quizás un poco de ansiedad, ¿pero el pensamiento de un vídeo sobre explosivos? ¡A eso ni nos atreveríamos a asomarnos! Y sí, hay un poco de humor aquí, pero se trata de reconocer que no todos los riesgos son igualmente visibles.

Debemos celebrar el talento creativo de las personas, pero siempre con el asterisco de que debemos ser responsables en nuestros contenidos. No debería ser cuestión de #NoMoreExplosivesTutoriales; debería ser un recordatorio de qué tipo de contenido estamos produciendo y consumiendo.

Cierre y reflexión: lo que podemos aprender

La detención de este youtuber es una lección sobre los peligros que corremos al acceder a información irresponsable. Es un clarísimo recordatorio de que no todo, aunque esté disponible online, debería ser accesible o replicado. Hacia el futuro, espero que tanto creadores como seguidores reflexionen sobre sus acciones y su impacto.

Y tú, ¿qué piensas al respecto? ¿Cuál es tu opinión sobre el contenido irresponsable en plataformas como YouTube? Nos gustaría escuchar tus pensamientos. Con leyendas y peligros emergentes en la esfera digital, el diálogo se vuelve crucial.

Así que, la próxima vez que estés a punto de hacer clic en un video con un título atractivo y un poco de peligro, piensa dos segundos y pregúntate: «¿Qué tan lejos estoy dispuesto a llegar por un click?»