La magia de Italia es inmensa, pero hay un rincón que destaca por su belleza natural, su historia y su gastronomía. Hablamos de los lagos italianos. Desde el majestuoso Lago Maggiore hasta el encantador Lago Como, cada parada es una experiencia que queda grabada en la memoria y, si me permites un consejo, en tus fotos de Instagram. Pero aclarémoslo: este no es un viaje solo para tomarse selfies, sino para empaparse del ambiente y saborear cada instante.
Acompáñame en este road trip por el norte de Italia donde, a lo largo de una semana(¡Sí, solo una semana!), podremos explorar lo mejor que ofrecen estos destinos. ¿Listos para la aventura? Yo sí, aunque ya tengo hambre solo de pensarlo.
La joya del lago Maggiore: Stresa y las islas Borromeas
Comenzamos nuestro viaje en Stresa, un pequeño pueblo que parece sacado de una novela romántica. Situado a la orilla del Lago Maggiore, este lugar ha sido un destino favorito de la alta burguesía europea desde el siglo XIX. Imagínate caminando por sus hermosas calles bordeadas de villas lujosas y jardines florecidos. Spoiler: hay muchas flores, así que prepara tu nariz para una experiencia aromática única.
Pero como en todos los buenos relatos, aquí hay un giro: la verdadera atracción se encuentra en las islas Borromeas. Embarcarse en un bote hacia ellas es casi un requisito ceremonial. La Isola Bella, hogar de un impresionante palacio de estilo barroco, ofrece una experiencia visual que podría hacer sonrojar a cualquier obra maestra. Y no es solo la arquitectura, ¡los jardines son de ensueño! Imagina perder la noción del tiempo en medio de terrazas floridas, pavos reales y arte en cada rincón. ¿Alguien dijo Instagram? 📸
Y mientras exploramos la Isola Madre, también debemos mencionar el teatro de marionetas diabólicas. Sí, has leído bien. Un teatro de marionetas en el que las criaturas del escenario tienen algo de misterio. ¡Ideal para aquellos que buscan algo fuera de lo común!
Orta: un giro inesperado
A apenas un corto trayecto en coche de Stresa, encontramos el lago de Orta. Este lugar ofrece un ambiente más íntimo y tranquilo. Su encanto radica en el pueblo de Orta San Giulio, donde las casas de colores pastel parecen susurrar historias a quien decida escucharlas. ¿Te imaginas caminar por sus empedradas calles en una tarde de primavera? Yo lo hice, y puedo decirte que es pura magia. Eso sí, las floraciones de primavera hacen que tus ojos se sientan como si estuvieran en un festival de colores.
Una parada obligatoria aquí es el restaurante Al Sorriso, con tres estrellas Michelin. Si no estás acostumbrado a la cocina de lujo, prepara tus sentidos para un festín que hará que tu paladar se enamore. El menú combina la sencillez con una sofisticación que resalta lo mejor de los ingredientes locales. La ternera Fassone es un sueño culinario, o como dirían en Italia, “un abbraccio per il mio cuore”. 🥩💕
Varese: el veraneo de los milaneses
Siguiendo nuestro viaje hacia Varese, nos encontramos con una ciudad que es un sinónimo de verano para la nobleza milanesa. Aquí, el Palazzo Estense es un majestuoso recordatorio del pasado, rodeado de jardines que invitan a un picnic o, por qué no, a una siesta. ¿Sabías que los nobles milaneses comenzaron a construir mansiones aquí en el siglo XVII? A partir de este hecho (que podría ser de una telenovela), la ciudad se ha convertido en una auténtica joya.
Y si te gustan las galerías de arte, la Villa Panza es un must. La colección de arte contemporáneo que alberga es tan impresionante que te hará sentir un poco más culto (o al menos intentarlo). ¡Un consejo! Si estás allí, no te olvides de disfrutar de un café italiano en una de las terrazas; lo necesitarás para seguir con tu aventura.
El esplendor del lago de Como
Habiendo dejado atrás Varese, llegamos al lago de Como, conocido por su forma de Y invertida. Aquí, cada pueblo tiene su propio carácter. Comienza en Como, donde la historia de la industria de la seda cobra vida. Visita el Museo della Seta y sorpréndete con la tradición textil que ha forjado la economía local.
Y si te gusta el arte, seguramente encontrarás inspiración en la Villa Olmo y sus jardines. Es un lugar encantador para dar paseos: un pequeño secreto, pero perfecto para las fotos de atardecer. Pero por favor, no te olvides de degustar un gelato en uno de los cafés.
Bellagio: El rincón postal
Es visitando Bellagio cuando realmente comienzas a entender por qué este lugar es conocido como “La Perla del Lago”. Con calles empedradas y casas de colores, cada esquina parece querer contarte una historia. Las jardines de Villa Serbelloni no te dejarán indiferente; son un espectáculo. Pero lo que realmente me enamoró fue la esencia del lugar, un aire de tranquilidad y encanto.
¿Qué tal una aventura en lancha? La empresa Barindelli tiene lanchas rápidas, y si hay algo mejor que recorrer el lago por tierra, es hacerlo por agua. ¡Que el viento sople en tu cabello mientras navegas hacia el atardecer!
Tremezzo y Varenna: entre mansiones y flores
En el camino hacia Tremezzo, te toparás con la impresionante Villa Carlotta. Sus jardines no solo son hermosos, sino que están repletos de historia y arte. Imagina caminar en medio de rododendros mientras admiras esculturas de renacentistas. Es como estar en una pintura viviente.
Finalmente, te recomiendo que crucemos a Varenna. Este pueblo es un sueño. Los caminos de flores y sus viejas villas te transportarán a otro tiempo. No puedes dejar de pasear por las calles que descienden hasta el lago. 🏞️
Bérgamo: el gran final
Termina tu road trip en Bérgamo, una ciudad que merece ser explorada. Su Piazza Vecchia, considerada la plaza más bonita de Europa por Le Corbusier, es el corazón de la ciudad. Si alguna vez has deseado pasear por un lugar que se siente como un viaje atrás en el tiempo, aquí lo tienes.
A medida que te despidas de Italia y de sus lagos, lleva contigo más que recuerdos; llévate la conexión con la naturaleza, la cultura y, por supuesto, la gastronomía. Y si decides volver, que no te sorprenda que Italia siempre tenga algo nuevo que ofrecer, especialmente cuando se cuenta con la belleza de un lago que nunca se olvida.
Así que, mis queridos lectores, espero que ya estén llenos de ganas por packear sus maletas y embarcarse en esta aventura. Y recuerda: el verdadero lujo de viajar está en perderse entre la belleza y explorar lo que te rodea. ¡Hasta la próxima!