Cada año, el encendido de las luces de Navidad en Valencia es uno de esos momentos que no solo marcan el inicio de la temporada festiva, sino que también se convierten en una poderosa declaración de espíritu comunitario. Este año, sin embargo, el evento ha cobrado un significado profundamente conmovedor, ya que se ha llevado a cabo en honor de las víctimas de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó la provincia el 29 de octubre. ¿Qué tal si nos sumergimos en la magia y la emotividad que envolvió esta noche especial?
Un acto lleno de significado
El evento comenzó puntualmente a las 19.00 horas en el Salón de Cristal, donde se inauguró un belén artístico que, además de ser una representación de la escena navideña, lleva consigo importantes homenajes. Más que un simple montaje, este belén incorpora un emocionante símbolo: una rosa blanca para recordar a los que perdieron tanto durante la tragedia, recordándonos que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para la belleza, la solidaridad y la esperanza.
La voz de un narrador resonó en la plaza del Ayuntamiento, recordando que la DANA no había robado la ilusión del pueblo valenciano. De hecho, si hay algo que caracteriza a Valencia, es la resiliencia de su gente. Pero, ¿acaso no es fascinante cómo, a pesar de las dificultades, el pueblo se une con más entusiasmo para celebrar?
La magia de las luces
Tras una breve introducción, el momento culminante llegó: el encendido del árbol de Navidad, que en esta ocasión alcanzó los 25 metros de altura. Las falleras mayores de Valencia 2025, Berta Peiró y Lucía García, junto a sus cortes de honor, realizaron el honor de iluminarlo. Alumnas de la vida me alejo un poco de lo que es puro protocolo, ya que, como saben, soy más de la filosofía del «¡Que ilumine el gran árbol y que comiencen las fiestas!». Pero al ver cómo la ** alcaldesa María José Catalá** destacaba que el árbol simboliza la “Estrella de la Solidaridad”, me di cuenta de la relevancia del mensaje.
Con cada luz que se encendía, la plaza cobraba vida, convirtiéndose en un “cielo estrellado”. ¡Quién diría que una plaza oscura podría transformarse en un auténtico espectáculo! Los efectos especiales combinado con los juegos de luces crearon un ambiente de magia que no se ve todos los días. El hecho de que la celebración coincidiera con el día de la patrona del sector pirotécnico sólo añadió más brillo al evento.
Un homenaje a quienes ayudan
Dentro del belén, se podían encontrar figuras que rendían homenaje a los voluntarios que se dejaron la piel en las poblaciones afectadas por la DANA. ¿Han visto alguna vez un belén que represente la solidaridad? En este, el voluntario vestido con ropa manchada de barro y equipado con pala y escoba nos recordó que todos podemos ser parte de la solución, si tan solo estamos dispuestos a ayudar.
Este acto resonó en mis recuerdos personales. Recuerdo la vez que un grupo de voluntarios decidió ayudar en mi vecindario tras una tormenta inesperada. Una mezcla de preocupaciones y risas, pero al final, el sentimiento de comunidad nos unió de una manera que una cena de Navidad no podría lograr. Esa energía, esa disposición a levantarse y ayudar, me recordó lo verdaderamente bello que es formar parte de una comunidad.
La música como parte del homenaje
La música también jugó un papel central en la celebración. El Coro Juan Bautista Comes interpretó la conmovedora composición Voces de València del profesor Rei Ortolá. Esta pieza, viralizada tras la tragedia, servía como un medio para transmitir el «dolor» y la «solidaridad» de un pueblo que no se rinde. Mientras las notas flotaban por la plaza, sentí que la música era un reflejo de la emoción, unite, contenida pero poderosa.
¿Qué otros momentos de celebración han marcado nuestra historia reciente? Muchos de nosotros podemos pensar en veces en que la comunidad se ha reunido a través de la música y la danza, creando lazos más fuertes que el acero. La música es, sin duda, el lenguaje universal que nos une, especialmente durante las festividades.
Calles iluminadas y corazones cálidos
De forma simultánea, la luz se expandía por la plaza, llegando a las calles del centro histórico, avenidas, grandes vías, barrios y pedanías de la ciudad, bañando todo con un cálido resplandor. Valencia, ¡te amo! Tu belleza no solo reside en tus edificios y calles, sino también en las redes de amor y solidaridad que se tejen entre tus ciudadanos. Cada rincón, cada luz encendida es un recordatorio de que nunca estamos solos en nuestras luchas.
Tuve una reflexión el otro día mientras paseaba por el Centro Histórico; vi una familia disfrutando de las luces, sus sonrisas brillando tanto como las decoraciones. ¿Acaso no es eso lo que queremos todos? Momentos de felicidad y unión en medio de la adversidad.
El legado del belén
El belén de este año no solo rememora a las víctimas de la DANA, sino que también rinde homenaje a la tradición navideña de Valencia. Este año, además de las figuras clásicas, hay un guiño a los oficios tradicionales, presentando a una buñolera, que se une a herreros, carpinteros y alfareros. Un recuerdo de que la Navidad no solo es un momento para dar regalos, sino también para recordar nuestras raíces y tradiciones.
La riqueza cultural que se respira en las festividades, con los sabores y olores de la gastronomía, es una muestra palpable de la historia que llevamos dentro. Desde mis días de estudiante, recuerdo las ferias de invierno donde la comida era el verdadero protagonista, y las risas llenaban el aire.
Los reyes y el duelo
Cerrando la serie de homenajes y celebraciones, los Reyes de España se unirán al funeral por las víctimas de la DANA en la Catedral de Valencia el próximo lunes. Esta visita es un gesto claro de que, en los momentos de duelo, la unidad se vuelve esencial. Sería magnífico ver cómo líderes se encuentran con la comunidad para continuar el hilo de la esperanza en estos días difíciles.
El acto de los Reyes en este momento tan significativo nos lleva a preguntarnos: ¿qué aspectos de nuestra historia y cultura debemos seguir fomentando para que nuestra comunidad continúe floreciendo y resistiendo frente a cualquier adversidad?
Reflexiones finales
Así, la Navidad en Valencia ha comenzado, pero no solo con luces y adornos, sino con un poderoso mensaje de solidaridad, esperanza y recuerdo. En un mundo donde a veces parece que solo importa el brillo superficial, Valencia nos recuerda que la verdadera luz proviene de nuestras acciones colectivas y de nuestro amor por el prójimo.
Así que, mis amigos, cuando piensen en cómo celebrar estas fiestas, recuerden que podemos hacer la diferencia. Ya sea encendiendo luces, repartiendo sonrisas o ayudando a los necesitados, cada pequeño gesto cuenta. ¡Brindemos por un diciembre lleno de luz, amor y, por supuesto, toneladas de turrón!
Valencia se ha vuelto más que un lugar festivo; se ha convertido en un símbolo de lo que significa ser humano: compasivo, resiliente y, sobre todo, solidario. ¡Felices fiestas a todos!