¿Quién dijo que ser famosa es fácil? Si hay alguien que puede hablar de la realidad que se oculta tras el brillo y glamour del mundo del espectáculo, esa es Úrsula Corberó. Atormentada por el síndrome del impostor, lidiando con su ascenso a la fama desde una edad temprana y ahora intentando abrirse camino en el competitivo mundo de Hollywood, la actriz ha compartido su experiencia con un tono refrescante y una gran dosis de autoironía. Pero, ¿cómo pasó una actriz de televisión a ser un nombre conocido internacionalmente? Vamos a descubrirlo juntos.

Los comienzos de una estrella

Nacida en San Pedro de Vilamajor, una pequeña localidad de Cataluña, Úrsula inició su carrera a los 12 años. ¿Te imaginas con esa edad ya lidiando con las luces y el maquillaje? No todos son capaces de soportarlo, y ella aún recuerda ese momento con una mezcla de nostalgia y risas. “Comencé en la serie Mirall trencat y desde entonces no he parado”, dice, como si no fuera gran cosa. Claro, no todos tenemos el poder de brillar a tan temprana edad.

Fue en 2008, con su papel en Física o Química, cuando su nombre empezó a sonar en todas partes. Pero, como ella misma admite, la fama no es siempre lo que parece. “La fama no me gusta; me gusta ser el centro de atención, uno decide cuándo quiere serlo”, confiesa entre risas. Así que, aunque todos queramos ser parte de ese mundo glamuroso, es evidente que la actriz no se deja llevar por el brillo superficial. ¿Qué hay detrás de ese rostro conocido? Bastantes inseguridades y, honestamente, un toque de locura que la hace aún más auténtica.

La fama y el complejo del impostor

A menudo hablamos de los grandes que han superado el síndrome del impostor, pero ¿qué hay de aquellos que aún están lidiando con él, incluso tras conseguir el éxito? Corberó se define a sí misma como una “impostora” en el buen sentido de la palabra. “A veces pienso que si no tuviera el morro que tengo, no habría llegado a ningún sitio”, dice con una sonrisa. Pero, ¿qué es realmente ser una impostora? Ella lo describe como una habilidad para adaptarse y transformarse, tal como lo hace cada vez que se pone delante de una cámara.

Esto me recuerda a mí cuando empecé a escribir este blog. La ansiedad de ser “el impostor” siempre está presente. Ser honesto sobre estas inseguridades, claro está, es parte del camino hacia la aceptación. Pero no debemos olvidar que ser «impostor» significa también innovar y crear, algo que Corberó ha hecho a lo largo de su carrera.

Del cine español a la meca del cine: Hollywood

Pasar del cine español a trabajar con actores como Eddie Redmayne en un proyecto como Chacal no es tarea fácil. Corberó experimentó un verdadero choque cultural cuando aterrizó en Hollywood. “Es un mundo muy piramidal”, afirma. Sus primeras experiencias allí la llevaron a cuestionar todo lo que había aprendido en su carrera en España. Aquí es donde hace una reflexión interesante: “He tenido la gran fortuna de encontrarme con actores y gente maravillosa, pero no todos son así. Hay mucha hipocresía”.

Y lo dice alguien que ha trabajado con algunos de los mejores. Entonces, ¿es Hollywood realmente el sueño que muchos pensamos que es? Al final, Úrsula concluye que, aunque hay mucho talento en España y las cosas están cambiando, todavía hay mucho estigma hacia el cine español en la tierra de las oportunidades. “Hay mucha gente fuera que no consume enormemente cine de otro lugar que no sea el estadounidense”, lamenta.

La búsqueda de la autenticidad

Una de las cosas que más me resonó durante la entrevista fue cómo ella trata de encontrar autenticidad en un mundo tan superficial. Se aleja de las comparaciones, de la idea de ser “la actriz profunda y misteriosa”. ¿Por qué todos sienten que necesitan llevar esa etiqueta? Corberó tiene su propio enfoque: “Me gusta sentirme femme fatale, cute, reír, llorar y, sobre todo, gustarme en cualquier forma”. Apunta que no hay una única forma de ser auténtico, sino muchas.

Esto me hace reflexionar sobre nuestras propias redes sociales. Todos queremos mostrar lo mejor de nosotros, pero, ¿acaso eso no nos aleja de la realidad? Úrsula cree en la idea de romper con la negatividad de las palabras. Por ejemplo, ser un «impostor» no tiene que ser malo. “Hay que quitar hierro a las cosas”, aconseja. Quizás deberíamos aplicar esta lógica a nuestras propias vidas: quitarle valor a lo que consideramos “negativo”.

La importancia de la amabilidad en la industria

Otro aspecto interesante que Úrsula menciona es el trato hacia los demás, especialmente a los miembros del equipo técnico. “He visto a actores tratar mal a personas del equipo y creo que eso habla mal de ellos”, comparte. Esto es algo que no se escucha a menudo en el mundo del espectáculo, donde el ego a menudo tiene ganas de hacer estragos.

Entender cómo el comportamiento de una persona puede reflejar su verdadera esencia es algo que me ha enseñado mucho. ¿Cómo se puede saber que alguien es bueno si no trata a quienes están detrás de cámaras con respeto? Hablando de respeto, Corberó lo ve claro: “Uno se siente que tiene que intervenir si ve que un compañero trata a alguien mal”.

Mirando hacia el futuro: dirección y cambio

Con un ojo puesto en el futuro, Corberó está interesada en la idea de dirigir. Sin embargo, la abrumadora idea de lidiar con un set y un equipo la hace dudar. “Siento mucho respeto por los directores. Me encantaría, pero tendría que meditarlo”, confiesa con la sinceridad que la caracteriza.

Las palabras de Corberó sobre la dirección me hacen pensar en todos esos momentos de incertidumbre que enfrentamos durante nuestras propias vidas. Y a veces, simplemente se necesita tiempo para meditar y tomar decisiones importantes. No se siente sola, ¿verdad? Todos estamos en un viaje similar en algún momento de nuestras vidas.

Conclusione: ¿qué podemos aprender de Úrsula Corberó?

La historia de Úrsula Corberó es una montaña rusa llena de aprendizajes, desafíos y mucha autenticidad. Desde su lucha con el síndrome del impostor, hasta sus reflexiones sobre la fama, el cine español y su futuro incierto en Hollywood, nos ofrece valiosas lecciones sobre cómo vivir en un mundo que a menudo nos presiona a encajar en moldes.

Al final del día, no se trata solo de seguir a una figura famosa. Se trata de reconocer nuestra humanidad compartida. Así que, próximo que te sientas como un impostor o que la vida te esté dando un giro inesperado, recuerda a Úrsula: la autenticidad se encuentra en encontrar tu propia voz y abrazar tanto tus inseguridades como tus talentos.

Así que, la próxima vez que te sientas fuera de lugar, dale un pequeño guiño a la historia de Corberó. Después de todo, nunca se sabe en qué emocionante viaje puede llevarnos el presente.