El pasado 22 de octubre de 2023, una joven llamada Shirel Golan fue hallada sin vida en su apartamento en el asentamiento de Porat, en el centro de Israel. Esta noticia, que paraliza de inmediato el corazón, no solo es un eco de una tragedia personal, sino también un reflejo doloroso de los efectos psicológicos de los eventos traumáticos en el contexto de la violencia y la guerra. Golan había cumplido únicamente 22 años, y su historia nos recuerda que hay historias detrás de cada tragedia, que muchas veces el dolor no se ve a simple vista, y la falta de apoyo puede llevar a desenlaces devastadores.

¿Qué pasó realmente?

La historia de Shirel se entrelaza con los horrores que tuvo que enfrentar el 7 de octubre durante el Festival Supernova. En medio del caos, ella y su pareja intentaron escapar en un vehículo, pero pronto se dieron cuenta de que la situación era insostenible. Se escondieron en un arbusto, aguardando horas hasta que finalmente un policía los encontró. Sin embargo, lo que no sabían era que estaban a punto de perder a otros compañeros que, en un giro cruel del destino, serían asesinados en un ataque posterior.

¿Cuántas veces hemos escuchado historias similares de personas que, en un instante, se ven arrastradas a situaciones que les cambiarán la vida para siempre? Con cada relato, nos damos cuenta de que el trauma psicológico puede ser igual de devastador que las heridas físicas. Las secuelas no siempre son visibles, y para Shirel, la herida interna fue profunda. Presentó síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), que llevaron a varias hospitalizaciones, aunque la ayuda que necesitaba no siempre estuvo a su alcance.

El dilema de la salud mental en tiempos de crisis

Lamentablemente, la falta de apoyo psicológico en muchas situaciones de crisis -como las que han vivido Golan y sus compatriotas- es un problema recurrente. Según su hermano Eyal, «el Estado de Israel mató a mi hermana dos veces». Esta fuerte declaración habla de una realidad que muchos enfrentan: el sistema de salud mental a menudo se queda corto en la atención a quienes han sobrevivido a eventos traumáticos.

Por supuesto, el Ministerio de Bienestar y Servicios Sociales de Israel ha defendido su posición, afirmando que se brindó atención adecuada a Golan. Sin embargo, la percepción de la familia es diferente. ¿Comparten otras familias la misma experiencia? Esta pregunta subraya la seriedad de una situación que podría no estar recibiendo la atención que merece.

La importancia del apoyo comunitario

¿Alguna vez has sentido que tu dolor no es válido? Esa sensación puede ser abrumadora, y para quienes han sobrevivido a traumas tan impactantes, esto puede ser el punto de quiebre que los lleve a la desesperanza. Es crucial que las comunidades se unan para brindar el apoyo necesario; en este caso, el apoyo psicológico que bien podría haber salvado una vida. No se trata solo del sistema de salud pública; también se trata de cómo cada uno de nosotros responde al sufrimiento de los demás.

En mi propia vida, he visto cómo el apoyo de amigos y familiares puede marcar una gran diferencia. En una ocasión, un buen amigo pasó por una crisis personal tras una ruptura dolorosa. En lugar de encerrarse en su dolor, comenzamos a salir, hablar y hacer actividades juntos. Con cada conversación y cada risa compartida, el peso de su tristeza disminuía poco a poco. ¿No es eso exactamente lo que muchas personas necesitan? Un pequeño empujón, un abrazo solidario.

Alianzas necesarias en salud mental

Los trastornos de estrés postraumático no son exclusivos de eventos bélicos; los desastres naturales, las crisis sociales y las experiencias personales difíciles también pueden causar estragos en la salud mental. En esos momentos, es vital que la atención no solo provenga del Estado, sino también de organizaciones no gubernamentales y grupos de apoyo comunitario. Juntos, podríamos construir un entorno más solidario y comprensivo.

De hecho, en medio del conflicto y la violencia, ciertos programas han surgido para brindar asistencia a los sobrevivientes. Tanto el Ejército israelí como otras organizaciones están haciendo su parte, pero ¿es suficiente? ¿Deberíamos todos involucrarnos más? La respuesta es un claro y abrumador «sí». En estos momentos de crisis, debemos recordar que la salud mental no es un lujo, es una necesidad.

Reflexionando sobre el duelo y la cura

Después de la muerte de Golan, su familia y amigos no solo enfrentan la pérdida de una vida, sino que también lidian con la angustia de la falta de apoyo del sistema al que le confiaron el bienestar de su ser querido. Esta situación nos debe invitar a la reflexión. ¿Qué tan bien estamos atendiendo a quienes sufren y cómo podemos mejorar?

Las políticas deben ser más inclusivas y efectivas en el tratamiento del TEPT. Programas de duelo, sesiones de terapia grupal y recursos accesibles son solo algunos ejemplos de lo que se podría implementar para ayudar a las personas a sobrellevar sus traumas.

Humanizando la tragedia

A veces, cuando oímos sobre tragedias como la de Golan, nos olvidamos de que detrás de la noticia hay personas reales, historias individuales llenas de sueños y aspiraciones. Ello es fundamental si deseamos cambiar nuestra perspectiva y abogar por una mejor atención a la salud mental.

Imaginemos a Shirel, una joven que, como cualquiera de nosotros, tenía un futuro lleno de posibilidades. Tal vez quería viajar, estudiar arte, o simplemente disfrutar de la vida. Sin embargo, se vio atrapada en una situación que no eligió, y su historia se convirtió en la voz de aquellos a quienes se ha silenciado.

Conclusiones

La historia de Shirel Golan es un recordatorio trágico de que la violencia no se limita a las balas y las explosiones. A menudo, el trauma psicológico puede ser tan devastador como la fuerza física. Esto nos invita a repensar nuestras prioridades y cómo podemos mejorar el bienestar de aquellos que han sobrevivido a experiencias complejas.

El Estado de Israel, junto con otros actores de la sociedad, debe considerar estrategias más efectivas para abordar el TEPT y quienes lo sufren. Cada vida es valiosa; cada historia merece ser escuchada. A veces, unos minutos de atención pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Si algo se puede aprender de la historia de Shirel, es que nunca debemos subestimar el poder de la empatía. Ofrecer un oído atento o simplemente un abrazo puede ser el primer paso para ayudar a alguien a encontrar la luz en medio de su oscuridad.

Así que, ¿qué puedes hacer tú? Tal vez se trata de un pequeño gesto, un llamado a un amigo o simplemente prestar atención a quienes te rodean. La salud mental necesita nuestro compromiso colectivo, porque en la vida, como en la guerra, la mayor batalla a menudo se libra en la mente. ¡Así que salgamos y luchemos juntos!