Cuando piensas en la figura de Steven Pinker, probablemente te venga a la mente su inconfundible cabello rizado y esos ojos que parecen analizar el mundo con un enfoque científico casi desapasionado. Ser taladrado por días de noticias negativas puede hacer que te preguntes: «¿Realmente estamos progresando?». La respuesta, según Pinker, es un rotundo «¡Sí!». En su reciente intervención durante el foro World in Progress en Barcelona, este psicólogo de Harvard nos lanzó una inyección de optimismo que, para quien está acostumbrado a ver el mundo a través de lentes pesimistas, puede parecer casi revolucionaria.
La otra cara de las noticias: ¿Realmente todo está mal?
En un mundo donde las noticias parecen seguir la misma fórmula: un apocalipsis tras otro, Pinker nos recuerda que hay más historias de éxito de las que los medios suelen informar. ¿Quién puede culparnos por tener una visión sombría? La constante exposición a catástrofes, guerras y crisis económicas puede hacer que la humanidad parezca un barco a la deriva. En un chiste que se volvió viral, se decía que en la sala de redacción de un canal de noticias se reunían cada mañana para decidir «¿cómo cundir el pánico hoy?». Pero, ¿qué pasa si empezamos a mirar más allá de lo que nos muestran las portadas?
El progreso es real y aquí están los datos
Pinker está convencido de que, aunque existen problemas serios, el progreso humano es más tangible de lo que creemos. En sus presentaciones, parece casi desafiar a su audiencia: «¿Sabían que estamos viviendo más y mejor que nunca?». Con su tontería habitual, abre su ponencia con: «Si sientes que el mundo se va a hundir, quizás debas mirar los números un poco más de cerca». Y así, se lanza a desglosar los conceptos que, para muchos, pueden parecer como magia.
- Nuestra esperanza de vida ha aumentado drásticamente: Si comparamos el presente con el estado de la humanidad en 1760, el promedio de vida se ha duplicado. ¡Es como vivir dos vidas en una!
- Menos violencia a nuestro alrededor: ¿Sabías que la tasa de asesinatos en países occidentales está en su nivel más bajo? Comparado con épocas pasadas, las probabilidades de ser víctima de un homicidio se han reducido considerablemente.
- Menos hambre en el mundo: Aunque la pandemia del COVID-19 generó un retroceso, las cifras están mejorando y los niveles de hambruna se sitúan ahora como en 2009.
Pinker no se detiene ahí; también subraya que, a pesar de los sobresaltos económicos, existe un crecimiento en el PIB que es digna de mención. ¿Sabías que la pobreza extrema ha disminuido notablemente en las últimas décadas? Desde un abrumador 90% hace 200 años, ahora nos acercamos a niveles que serían inimaginables para nuestros antepasados.
El futuro brilla más que el gris pesimismo
Dame un buen café y un par de gráficos, y cualquier día de estos podría defender la teoría de que el mundo es, sí, un lugar mejor. Pero, en vez de eso, simplemente voy a ponerme en la mente de Pinker y plantear algunas preguntas que ilustran su punto.
- ¿Qué tan a menudo pensamos en la evolución de los derechos humanos? Pinker destaca que la homosexualidad está siendo menos criminalizada a nivel global. ¿No es eso un paso gigante hacia adelante?
- ¿Y la abolición de la esclavitud? Si bien aún persisten prácticas nefastas en algunas partes del mundo, es innegable que se han dado pasos significativos hacia su erradicación.
En tiempos de inseguridad como los que vivimos, ¿no resulta empoderador saber que hay más personas viviendo en el gozo de la libertad que nunca antes?
Un vino, dos copas: la eterna lucha entre optimismo y cinismo
Pinker, con su característica honestidad, reconoce que no se trata de ver el vaso medio lleno todo el tiempo. «El progreso no significa que todo irá bien para todos en todas partes,» dice. ¡Bravo, Steven! Este tipo de claridad es refrescante. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase «todo pasa por algo» en contexto de situaciones desafortunadas? Pero, en su presentación, se da cuenta de que los problemas son inevitables, y ahí reside el verdadero desafío.
La razón, la ciencia y el humanismo: pilares del progreso
Pinker habla de la razón y la ciencia como luces que pueden guiarnos en tiempos oscuros. Su crítica hacia el «retroceso» que a veces percibimos en ciertos ámbitos —populismo, moral religiosa, nacionalismo autoritario— es clara. Con un leve guiño, se despacha con una frase que podría hacer reír a cualquiera en un debate acalorado: «No creo que podamos hacer el amor con el nacionalismo».
Si hay algo que aman los científicos, es desafiar creencias arraigadas. Así que cuando Pinker habla de humanismo, se refiere a la capacidad de los seres humanos para progresar racionalmente sin importar el trasfondo cultural o religioso.
Conclusiones de un foro lleno de luces
Al despedirse, Pinker deja a los asistentes pensando: ¿Podemos seguir construyendo sobre este progreso? La respuesta corta es: sí, pero no sin esfuerzo. A través de decisiones conscientes y un enfoque basado en datos, podemos abrazar un futuro donde la esperanza no sea una rareza, sino la norma.
Con su estilo ecléctico, Pinker se las arregla para presentar el mundo como un lugar en el que la ciencia y la razón son las mejores compañeras de vida. Aunque está claro que hay desafíos en el horizonte, su perspectiva optimista respira vida nueva. Después de todo, el progreso no está garantizado, pero por lo menos podemos intentarlo.
En resumen, mientras escuchaba a Pinker en el foro, no podía evitar pensar que quizás tienes tanto poder como los científicos que miran el futuro con sus gráficos llenos de números. La verdad es que, si uno mira con atención, puede encontrar más razones para sonreír que para preocuparse. ¿Y tú, en qué lado del vaso estás?
Si hay un mensaje que se puede obtener de su charla es este: no dejes que las malas noticias nublen tu juicio. El mundo tiene sus desafíos, sí, pero también tiene su belleza y su progreso. ¿Te atreves a alzar la vista y notar las maravillas que están sucediendo a tu alrededor?