Desde tiempos inmemoriales, la idea de viajar ha estado impregnada de aspiraciones, exploraciones y sueños. Viajar es, en efecto, uno de los actos más universales que podemos disfrutar. Pero, ¿alguna vez has pensado en lo que implica realmente dar la vuelta al mundo? No solo en términos de distancia geográfica, sino también de los desafíos que enfrentan las mujeres cuando se embarcan en tales viajes. Hoy, quiero hablarte sobre Nellie Bly, una pionera en el periodismo que, en el siglo XIX, desafió las normas de su época al emprender un viaje que sería recordado por generaciones.

La historia de Bly no es solo inspiradora, es un testimonio del coraje, la determinación y la inteligencia de aquellas mujeres que abrieron caminos en un mundo a menudo hostil. En este artículo, exploraremos la vida de Nellie Bly y su contemporánea Elizabeth Bisland, así como el impacto cultural que sus hazañas tuvieron en la sociedad de su tiempo, y de cómo esa herencia persiste hoy en día.

La exposición ‘En Route’: Un homenaje a las mujeres viajeras

En un contexto donde las mujeres aún luchaban por ser reconocidas como aventureras, y donde sus voces eran generalmente ignoradas, la exposición “En Route” del Vaticano emerge como una celebración de estos viajes audaces. Esta muestra, que se basa en el seminal libro de Julio Verne, «La vuelta al mundo en 80 días», no solo recuerda las hazañas de Phileas Fogg, sino que también destaca a seis mujeres extraordinarias que desafiaron las limitaciones de su época.

¿Qué pasó en 1889?

En 1889, el interés por los viajes de Bly se disparó cuando ella desafió al director del periódico New York World, Joseph Pulitzer, a permitirle dar la vuelta al mundo en menos de 80 días. Este fue un momento crucial, no solo porque representó un desafío personal, sino porque el mismo Pulitzer dudaba de las capacidades de las mujeres para aventurarse solas. Es el equivalente a que tu jefe te diga que necesitarás un «acompañante masculino» para ir a comprar café. ¿Te resulta familiar la idea?

Sin embargo, el ingenio de Bly no solo le permitió llevar a cabo el desafío, sino que lo hizo de forma espectacular. Después de asegurar la oportunidad a través de su determinación —y quizás un poco de amenaza de competencia— la periodista comenzó su odisea. Por supuesto, no podemos olvidarnos de Elizabeth Bisland, quien, en un vuelo de competidora noble, también emprendió su propio viaje alrededor del mundo pero yendo en dirección opuesta. Lo que comenzó como un desafío individual se convirtió en un episodio épico que capturó la imaginación del público.

La travesía de nellie bly: más que un simple viaje

La ruta de Bly fue rica en héroes cotidianos, momentos hilarantes, y, oh sí, un par de contratiempos inesperados. Desde perder un tren (quien no lo ha hecho, ¿verdad?) hasta asistir a un festival en Japón, su historia fue más que una simple carrera contra el tiempo; fue una experiencia de vida que desbordaba curiosidades.

En ocasiones, se detuvo a conocer a Julio Verne en Amiens, pues, ¿quién no quisiera tener una charla con la mente que había imaginado su aventura? ¿Te imaginas la anécdota en una cena? «¡Sí! Conocí a un autor que imaginó todo esto antes de que existiera Google Maps.»

A medida que Bly pasaba por diferentes culturas y comunidades, forjaba conexiones humanas que desafiaban cualquier estereotipo de la época. Estos encuentros fueron vitales para mostrar cómo se entrelazaban el periodismo y la moda, ofreciendo un nuevo espacio para el reconocimiento femenino.

La competencia: Elizabeth Bisland

Mientras Bly cruzaba océanos y continentes, Elizabeth Bisland no se quedaba atrás. Tardó 76 días en completar su viaje, y aunque no logró vencer a Bly en el tiempo, su esfuerzo aún merece celebrarse. Es fácil pensar que solo una ganó, pero ambas lograron hacer historia. Para ponerlo en perspectiva, esto es como tener dos amigos ganando el mismo premio, pero de maneras diferentes. Las anécdotas de Bisland también aportan valor a este relato, revelando cómo cada aventura femenina tenía un matiz único.

Impacto cultural de estas viajeras

La visión de ambas periodistas durante esos viajes fue más que un mero desafío físico; era una afirmación de que las mujeres también podían y debían ocupar espacios de aventura e información. La exposición ‘En Route’ busca reflexionar sobre este impacto cultural, presentando no solo el contexto histórico, sino también el significado real de estos viajes.

La directora artística de Christian Dior, Maria Grazia Chiuri, reflexiona sobre cómo estas mujeres no solo necesitaban equipaje, sino también una transformación de su vestimenta para adaptarse a su nuevo entorno. En este caso, el vestido se convierte en un símbolo de empoderamiento, un medio para llevar la vida de forma activa. Porque, honestamente, ¿quién puede correr una maratón con un vestido de gala?

El legado de las palabras

La exhibición también incorpora la filosofía de Simone de Beauvoir sobre la identidad femenina. Su célebre frase “Femininity, the trap” habla del lenguaje asociado a las mujeres que, aunque aparentemente positivo, puede ser restrictivo en su esencia. Chiuri toca este tema a través de textiles y arte visual, planteando preguntas sobre la percepción cultural que aún resuenan en nuestras vidas hoy en día.

¿Alguna vez te has sentido atrapado por una etiqueta? El camino hacia la libertad personal y cultural es una travesía en sí, y la exposición busca explorar lo que significa ser una mujer viajera en la actualidad.

El viaje personal de Lorenzo Jovanotti

La exposición también colaboró con el artista italiano Lorenzo Jovanotti, quien conceptualiza su propia experiencia de viaje a través de la música y el arte. Este enfoque de ordenar las emociones y los recuerdos muestra cómo las historias pueden estar interconectadas. Y mientras escuchas los ecos de su música, quizás te preguntes… ¿realmente hay un regreso al hogar, o cada viaje transforma nuestra esencia?

Conclusión: La importancia de sus caminos

La exposición ‘En Route’ es un testimonio del poder transformador de las aventuras de Bly y Bisland, y cómo estas mujeres desafiaron las limitaciones de su tiempo, allanando el camino para futuras generaciones. Su legado sigue resonando, llamándonos a cuestionar y redescubrir nuestro propio lugar en el mundo, sea en las páginas de un libro o en la experiencia directa.

Esto nos lleva a una pregunta directa: ¿Cómo afecta tu vida la forma en que percibes el viaje? Para mí, cada viaje, ya sea un corto paseo a la tienda, un viaje en tren a otro estado o un vuelo a través del océano, siempre trae consigo un trozo de descubrimiento personal. Y aunque no todos los viajes sean aclamados, cada uno trae su propia historia.

En resumen, la historia de Nellie Bly y Elizabeth Bisland es un poderoso recordatorio de que el espíritu aventurero no tiene género. Y más allá de eso, su legado perdura, invitándonos a todos a explorar el mundo con curiosidad, valentía y, quizás, un poco de humor. Después de todo, la vida es una aventura que se merece ser vivida, ¿no crees? Entonces, ¿estás listo para tu próximo viaje?