¿Alguna vez te has encontrado en una situación donde todo parece perder el control y solo cuentas con tus instintos y habilidades de supervivencia? Quizás la respuesta está teñida de risas y anécdotas de excursiones fallidas, pero la realidad es que las montañas son un lugar tan hermoso como peligroso. De hecho, el equipo de la Guardia Civil de montaña está viviendo un repunte en los rescates, una tendencia que se ha profundizado en las últimas semanas, especialmente en torno al final del 2024 y el inicio del 2025. En este artículo, echaremos un vistazo a sus recientes intervenciones, lo que nos enseñan y por qué estas historias son más que solo datos.

El recuento de rescates: un final y un principio intenso

El último fin de semana de 2024 fue nada menos que caótico para los valientes rescatistas del Greim de Benasque, ya que realizaron hasta 15 intervenciones. Puedes imaginarte cómo es el día de Año Nuevo para ellos, mientras la mayoría de nosotros estamos cómodamente en casa disfrutando de las uvas. Parece un trabajo duro, ¿verdad?

La aventura de un senderista accidental

Uno de los rescates más notables ocurrió el 31 de diciembre. A las 12:50, un vecino de Zaragoza de 42 años, en su reciente búsqueda de aventura, sufrió un fuerte dolor en el gemelo tras una caída en Llanos de Hospital. Me atrevo a decir que no es exactamente la forma en que uno quiere despedir el año. Tras dar el aviso, la Guardia Civil, junto con una unidad aérea y un sanitario del 061, se movilizó rápidamente. A menudo, cuando escuchamos “rescate”, pensamos en héroes de película, pero el verdadero heroísmo se da en la planificación y ejecución de un rescate que, aunque a veces parece rutina, es prueba del esfuerzo humano en su máxima expresión.

La segunda llamada

Un poco más tarde, a las 16:35, el Greim tuvo que responder a la emergencia de un hombre de 54 años que había perdido el conocimiento en el Bosque de la Mosquera, también en Benasque. Imagina la tensión y la preocupación de quienes se encontraban con él, mientras que el resto de su grupo probablemente pensaba en lo que harían para la cena de fin de año. Este tipo de situaciones no solo requieren habilidades técnicas, sino también un corazón enorme y una mente fría.

Inicio del 2025: tres rescates en un día

La llegada del Año Nuevo no trajo descanso, y tan solo 24 horas después, el 1 de enero de 2025, el equipo de rescate tuvo que atender tres emergencias. Uno de sus primeros llamados fue para un parapentista que sufrió una caída en la zona del Pico Albarún, llevándose consigo un susto monumental y una buena historia para contar. A veces me pregunto: ¿Qué pensarán estos aficionados a los deportes extremos cuando son rescatados? ¿Sentirán vergüenza, miedo o solo agradecerán la llegada del equipo de rescate?

¿Perdido… y encontrado?

Otro rescate dejó entrever una faceta más amable y hasta cómica de las montañas. Un senderista se perdió junto a su perro cerca del Pico Picón. Imagínate la escena: un hombre de 38 años de Huesca, con su mascota, rodeados de árboles y rocas, dándose cuenta de que el mapa no está funcionando como debería. Lo bueno es que tanto él como su perro fueron finalmente evacuados sanos y salvos. Aquí es donde a veces yo me pregunto: ¿Deberíamos llevar un GPS o solo confiar en nuestra intuición? Personalmente, creo que una batería externa de celular nunca está de más.

El riesgo de la aventura

Pero no todo fue risas y anécdotas. Uno de los rescates fue un poco más serio, un senderista de 50 años de Valencia que sufrió una caída y se fracturó la tibia y el peroné en el Pico Pacino. En cuestión de minutos, el Greim de Panticosa estaba en pleno funcionamiento, mostrando una vez más que actuar rápido puede ser la diferencia entre una aventura memorable y una tragedia.

Octava maravilla: la relación entre montañistas y rescatistas

Es fascinante cómo los montañistas y rescatistas comparten un profundo respeto mutuo. Los primeros, con su ardiente sed de aventura, exploran los rincones más difíciles; los segundos, con su increíble formación y dedicación, están allí para asegurar que la aventura no se convierta en tragedia. En este juego de vida y muerte de las montañas, a menudo nos olvidamos de lo crucial que es la preparación. Aquí se plantea una pregunta importante: ¿Qué tan bien estamos equipados para una aventura?

Piensa en esto: la última vez que fuiste de excursión, ¿te llevaste el equipo apropiado? Ahora, no se trata de tener una tienda de campaña de lujo o un mapa antiguo de las montañas de los años 80, pero un par de botas decentes, algo de agua, y un buen sentido de la dirección (que a menudo olvidamos habiendo crecido en la era de Google Maps) son vitales.

Lecciones de los rescates

Los rescatadores no solo hacen su trabajo, sino que también nos enseñan, de manera a veces un poco abrupta, a apreciar la naturaleza y sus peligros. Aprendemos que no importa cuán experimentados seamos, siempre hay imprevistos que pueden suceder. La verdad pura y dura es que la montaña puede parecer un gran patio de juegos, pero también es un lugar donde se debe ir con respeto y precaución.

Preparación: el mejor amigo del montañista

De acuerdo con un informe reciente, se estima que cerca de un 40% de los rescates se podrían prevenir con la preparación adecuada. ¿Cuántos de nosotros nos hemos aventurado al aire libre sin considerar el pronóstico del tiempo? Levanto mi mano, porque me acuerdo de haber salido un día soleado y luego haberme encontrado con un temporal inesperado. Te aseguro que esa es la última vez que desprecié las predicciones meteorológicas.

Si alguna vez sientes que te encuentras entre la espada y la pared (o en este caso, entre el monte y el desfiladero), recuerda: antes de salir, echa un vistazo a esos pequeños detalles que pueden parecer insignificantes. Los pronósticos meteorológicos pueden parecer solo una molestia, pero tener información sobre el frío, la lluvia o la presión atmosférica podría cambiar el resultado de tu excursión.

El poder de la comunidad

También, no olvidemos la importancia de ir acompañado. ¿Alguien ha dicho que una aventura en solitario es la mejor manera de comunicarse con la naturaleza? Si bien es cierto que los momentos de contemplación en solitario son importantes, la comunidad y la cooperación son vitales. El tercer rescate del primer día de 2025, el del senderista y su perro, es una buena representación de cómo un simple paso en falso puede llevarnos a perder el rumbo.

La comunidad de montañistas se convierte en un fuerte aliado. Cuando compartimos nuestras experiencias, estamos creando un legado de conocimiento que puede ayudar a otros a evitar los mismos errores que cometimos alguna vez. Piensa en ello como una hermandad de personas que quieren lo mismo: disfrutar de la montaña mientras se mantienen seguros.

Cierre: aventurarse con responsabilidad

Al final del día, salir a la naturaleza es un aprendizaje continuo. Cada visita a las montañas es un recordatorio de que, aunque la aventura llama, la precaución y la preparación son nuestros mejores aliados. La Guardia Civil de montaña está ahí para hacernos recordar que nuestras decisiones pueden influir no solo en nuestras vidas, sino también en las de los demás.

Así que la próxima vez que planees una escapada, piensa en lo que realmente necesitas llevar contigo. Y quién sabe, la montaña puede darte una de esas experiencias inolvidables y, al mismo tiempo, permitirte regresar a casa para contar la historia – en lugar de necesitar que alguien la cuente por ti.

Al final, en este viaje llamado vida, siempre recordemos que la montaña puede ser nuestro mejor amigo, si la tratamos con el respeto y cuidado que merece. Porque aunque todos anhelamos esas bellas vistas, nunca debemos olvidar que la seguridad es nuestra mejor elección de equipaje. ¡Feliz montaña!