Las relaciones abiertas están más en el ojo público que nunca. Y aunque muchos de nosotros hemos oído hablar de ellas, pocas veces nos atrevemos a tocarlas con un palo largo, ¿no es así? Parecen el perfecto tema de conversación para una reunión de amigos, pero cuando se trata de contárselo a nuestras familias o amigos cercanos, las dudas surgen y el sudor comienza a empaparnos la camiseta. ¿Te suena familiar?
De acuerdo con la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 41,4 % de los españoles cree que es totalmente aceptable mantener relaciones sexuales fuera de la pareja. Pero a pesar de lo que dicen las encuestas, no es fácil «salir del armario» sobre nuestras propias relaciones liberales, tal y como le sucedió a Aurora y Felipe. ¿Por qué sucede esto? Hoy vamos a explorar el mundo de las relaciones abiertas y todo lo que conllevan.
Historias de vida: el coraje de Aurora y Felipe
Un día, Aurora y Felipe decidieron dar un giro de 180 grados a su vida. Casados desde 2002 y con dos hijas, comenzaron a cuestionar la norma de la monogamia. Bajo la premisa de que “si alguna vez hemos tenido relaciones con otras personas antes de casarnos, ¿por qué no podríamos hacerlo de nuevo?”, se lanzaron al mundo del swinging (intercambio de parejas). Al principio, su historia podría parecer como tomada de un thriller moderno o una novela de corte bohemio, pero lo cierto es que se trataba simplemente de dos personas que querían explorar su sexualidad en términos de honestidad y respeto mutuo.
Una noche, mientras cenaban, sus dos hijas les preguntaron sobre lo que realmente estaba sucediendo en sus vidas. «Mamá, papá, ¿tenéis una relación abierta?» Se honraron con la verdad. “Les educamos para que siempre fueran sinceras, así que no podíamos mentirles», explicó Aurora. ¿Te imaginas? Esa conversación en la mesa familiar debe haber sido más inesperada que encontrar un unicornio en el jardín. Pero lo hicieron, y aunque no era lo que sus hijas esperaban, lo respetaron.
Salir del armario: un tema espinoso
Salir del armario emocionalmente sobre tus elecciones amorosas puede ser una tarea titánica. Al mencionar su relación con amigos y familia, Aurora mencionó que «la gente es muy mala». Tal vez ello explique por qué, a pesar de que un alto porcentaje de la población es receptiva a la idea de relaciones no monógamas, tanto como el 56 % aún tiene visiones tradicionales y conservadoras sobre el amor.
La carga emocional de la sociedad
Hablemos claro: hay un estigma asociado a salir del armario en este contexto. «Si realmente te quisieras, no harías estas cosas», es un argumento que todavía resuena. Pero, ¿realmente tenemos que aceptar esas definiciones de amor en una sociedad que evoluciona rápidamente?
Arola Poch, psicóloga y sexóloga de la plataforma Wyylde, afirmó que una vez que decidimos romper con la exclusividad de la monogamia, se abren muchas posibilidades. Y no sólo en el ámbito sexual, también en el emocional. Sin embargo, estas posibilidades pueden ser aterradoras.
La pregunta que surge aquí es: ¿por qué, cuando se trata de relaciones amorosas, nos sentimos obligados a manejar la opinión pública? La naturaleza humana es compleja, y a menudo anhelamos la aceptación social, incluso más que nuestra satisfacción personal.
El delicado arte de la comunicación
Cuando hablamos de relaciones abiertas, la comunicación es clave, y quizás la parte más compleja. La honestidad se vuelve un pilar fundamental. Al hacerlo, a menudo tenemos la oportunidad de fomentar el entendimiento y derribar mitos, no solo sobre nuestras vidas, sino sobre la forma en que otras personas perciben el amor.
En una charla sobre relaciones no convencionales, Arola sugiere que es conveniente comenzar por un terreno común. ¿Y si comenzáramos hablando de una serie que todos conocen? “Me encantó lo que hicieron en la última temporada de ‘Sex Education’, ¿no crees?”, podrías abrir la conversación de esa manera. Valorar el terreno te permitirá evaluar la disposición de la otra persona para una conversación más profunda sobre tus elecciones.
Creando una red de apoyo
En el complejo proceso de salir del armario sobre relaciones no monógamas, contar con una red de apoyo es crucial. Este grupo debe ser comprensivo, y sería ideal que también se encontraran en situaciones similares. Al fin y al cabo, tener personas a tu alrededor que no te juzguen puede hacer que el camino sea mucho más sencillo.
Pero, ¡cuidado! Siempre es bueno establecer límites. No hay necesidad de abrirte ante todo el mundo si no estás listo para manejar preguntas incómodas. Si el tema surge de forma natural en una conversación, genial. Pero no te sientas obligado a dar un discurso sobre tu vida amorosa en la próxima reunión familiar a menos que estés claramente seguro de que será recibido bien.
Afrontando los prejuicios
En la vida, no podemos evitar encontrar a personas que tienen perspectivas limitadas. ¿Te parece familiar esa mirada de desaprobación cuando mencionas que estás en una relación abierta? Es un clásico. La clave es prepararse para enfrentar las críticas. Está bien si la gente no entiende tu situación, siempre y cuando tú estés en paz con tus elecciones.
En palabras de Poch, “La pregunta no es cómo puedes querer a dos personas a la vez, sino cómo puedes querer verdaderamente a cada una de ellas”. Ahí lo tienes. Podrías incluso dar un paso más y compartir recursos como libros o podcasts que profundicen en el tema de la no monogamia, demostrando que hay múltiples formas de amar y relacionarse.
La vida puede ser más rica
A medida que las parejas como Aurora y Felipe desafían las normas tradicionales y logran vivir sus relaciones en base a la confianza, honestidad y respeto, nos muestran que hay más formas de experimentar el amor. La relación que han construido les ha permitido encontrar alegría en su entorno familiar y en un mundo que, a menudo, los exhorta a sentirse culpables.
Al compartir sus experiencias, lo hacen con la visión de normalizar las relaciones abiertas. Después de todo, si de algo está lleno este mundo es de posibilidades. La curiosidad, cuando se gestiona de manera saludable y consensuada, puede llevarnos a descubrir nuevas dimensiones del amor.
Reflexiones finales: ¿tú qué piensas?
Entonces, para cerrar con broche de oro, reflexionemos: ¿sería posible vivir en una sociedad donde se acepten diferentes tipos de relaciones sin juzgar? ¿Estamos listos para adaptarnos a nuevas formas de amor? La respuesta es multifacética, y depende de cada individuo, pero lo que es indiscutible es que el amor, en sus múltiples formas, siempre será válido.
Así que, la próxima vez que suelten una mirada escéptica ante tus elecciones amorosas, sonríe y recuerda que como dice el refrán, «cada uno es dueño de su propia vida». ¿Y tú, qué exploraciones te atreverías a hacer en nombre del amor?