¡Hola a todos! Hoy quiero hablarles de un tema muy relevante que ha estado dando vueltas en el mundo de la televisión, especialmente en el ámbito de la representación femenina. Y es que, ¿quién no ha tenido un pequeño desliz en directo? Recientemente, en el popular programa El Hormiguero, el presentador Pablo Motos tuvo un “patinazo” al confundir a la actriz Macarena Gómez con Macarena García. No es un chiste ni una anécdota menor, ya que este pequeño error se convirtió en el catalizador de una conversación profunda sobre el papel de las mujeres en la industria audiovisual.

El incidente que abrió la puerta a una gran conversación

Pablo Motos, en un momento de nerviosismo y quizás un poco de presión, se vio arrastrado a un momento incómodo donde, por un instante, la atención se desvió de su invitada hacia el humor del momento. Imagine esto: la actriz entra al plató y el presentador se confunde en su nombre. Lo que podría haber sido un simple tropiezo verbal se transformó en un recordatorio cómico de cuán a menudo los nombres, los rostros y las trayectorias de las mujeres en la televisión pueden ser pasados por alto.

“¿En serio? Me voy del programa”, decía Macarena Gómez con una fingida indignación. Y es que, admitámoslo, todos hemos tenido esos momentos en los que preferiríamos esconder la cabeza en un agujero. A Motos no le quedó más remedio que reírse: “Soy idiota también, porque no se había dado cuenta nadie y estaban con un cartel que ponía ‘Gómez’”. A veces, la televisión nos regala estas joyas que, aunque incómodas, son totalmente humanas.

Mujeres en la ficción: Un llamado a la acción

Lo que quiero resaltar de esta anécdota es cómo, a raíz de la confusión inicial, las actrices abordaron un tema fundamental durante su conversación: la representación de las mujeres mayores de 50 años en la ficción. ¡Por favor! ¿Cuándo vamos a dejar de lado la idea de que la narrativa solo puede ser interesante si la protagonista es una joven de 20 años?

Macarena Gómez y su colega, la periodista, mencionaron un dato desgarrador: solo el 25% de los papeles protagónicos en la ficción española son interpretados por mujeres de esa franja de edad. Esto es serio, y no estoy tratando de hacer un drama. Más bien, quiero que piensen en el mensaje que esto envía. ¿Dónde quedan las historias de las mujeres que han vivido, amado, luchado y aprendido a lo largo de décadas?

Héroes y héroes: La lucha por la visibilidad

La industria audiovisual está llena de grandes talentos. De hecho, últimamente hemos visto una corriente emocionante de director@s que están rompiendo moldes y ganando premios tanto a nivel nacional como internacional. Personajes como Paula Ortiz, Carla Simón y Alauda Ruiz de Azúa están abriendo caminos para una representación más realista y diversa de la mujer.

Como amante del cine, no puedo evitar emocionarme al pensar en el impacto que una representación adecuada puede tener en la vida de muchas mujeres. Y no solo se trata de ver más mujeres en la pantalla, sino de ver a esas mujeres en la complejidad de sus vidas. Estoy hablando de quienes no tienen una volcánica historia de amor, pero sí un fabuloso sentido del humor y una vida llena de experiencias que compartir.

La importancia de la conversación

La conversación que se desató por el pequeño tropezón de Motos en El Hormiguero es crucial. Macarena Gómez al final del día, lo que quería era llamar la atención sobre una realidad que no podemos ignorar. “La plataforma AXN lo lanza para que tomemos conciencia y la industria se embarque en algo muy necesario”, decía. Allí está la clave. Se trata de una invitación abierta a guionistas, productores y cineastas para unirse a un movimiento que clama por un cambio en la narrativa.

¿No les parece fascinante?

Hay tantos relatos valiosos por contar, y muchas mujeres esperando una oportunidad para ser las protagonistas de sus propias historias. La maldición de ver los mismos arquetipos una y otra vez nos hace perder la riqueza de la experiencia humana en toda su diversidad.

La presión sobre el físico: Una conversación difícil

La discusión no se detuvo solo en la representación. Lucas, el famoso del dúo musical Andy y Lucas, también fue tendencia recientemente por abrirse sobre su cirugía estética. Lucas se mostró vulnerado al decir: “Lo hice mal”, refiriéndose a su operación de nariz. ¿Qué tan a menudo vemos a figuras públicas compartiendo sus inseguridades?

Y aquí es donde la conversación se vuelve aún más interesante. La presión de verse bien, de estar en forma y de encajar en los estándares estéticos de la sociedad puede afectar a cualquiera; y no solo a los jóvenes. La búsqueda de la belleza puede llevar a decisiones que, en retrospectiva, podrían no haber sido las mejores. La honestidad de Lucas al hablar sobre su propia experiencia resuena con muchas personas, y es un recordatorio de que todos somos humanos, de que todos tenemos inseguridades.

Así que, mientras reímos y compartimos anécdotas sobre esos momentos incómodos de la vida, también debemos reconocer la carga que muchos llevan en silencio. Aquellas mujeres de 50 años o más, que han visto el mundo cambiar mientras ellas eran relegadas a los márgenes.

Las historias que no estamos contando

Regresando al tema de la representación en la ficción, analicemos por un momento cuánto puede influir la ausencia de estas historias. Una madre o abuela que hace malabares para criar a sus hijos o nietos, que enfrenta las dificultades del paso del tiempo, o que, simplemente, vive el día a día con una sonrisa. Esas son historias que merecen ser escuchadas.

¿Por qué no hay un ‘Sexo en la ciudad’ para mujeres de 50 años? ¿O un thriller donde las heroínas son mujeres de más edad? Hay algo muy poderoso en dar voz a aquellas que han sobrevivido a las tormentas de la vida y han emergido más sabias y fuertes.

Lo que podemos hacer

La buena noticia es que no todo está dicho. La conversación está en marcha, y podemos ser parte de ella. Si eres guionista, productor o simplemente un aficionado al cine, ¡anímate a dar ese paso y a escribir esos papeles diversos! La demanda está ahí. Ahí estamos, como público, esperando ver una representación auténtica y veraz de la vida.

Entre todos, podemos hacer que estas historias vean la luz. Crear grupos de discusión, hablar sobre el contenido que vemos y demandar más variedad en las historias son algunas formas de marcar la diferencia.

Reflexiones finales: Un camino hacia la visibilidad

Es emocionante pensar en el futuro de la representación femenina en la ficción. Estamos en un momento en el que las voces de las mujeres, independientemente de su edad, están empezando a ser escuchadas. Y el pequeño “patinazo” de Pablo Motos, inesperadamente, se convirtió en el punto de partida de una conversación crítica y necesaria.

Así que, estimados lectores, la próxima vez que vean a una mujer de 50 años en una serie o película, piensen en las historias que aún están por contar. Piense en la riqueza que podemos obtener de sus vidas, de sus seres queridos y, sobre todo, de sus experiencias.

Después de todo, la vida es un gran escenario. ¡Y todos deberían tener la oportunidad de brillar!