La vida moderna parece dictar una regla de oro: no hay tiempo. Cualquiera que haya asistido a una reunión de trabajo, a un almuerzo ni siquiera como un descanso o a un café furtivo con amigos, seguramente ha escuchado ese susurro colectivo de desesperación. La pregunta es: ¿por qué sentimos que el tiempo se nos escapa de las manos? Tal vez la respuesta está en el encantador libro de Mapi Hermida, «Sí te da la vida», donde nos invita a revisar nuestra relación con el tiempo.
¿De dónde surge esta sensación de falta de tiempo?
Si bien ahora soy un apasionado del tiempo y cómo administrarlo, debo admitir que en mi vida anterior, cada minuto contaba. Recuerdo una tarde en la que estaba a punto de salir a una reunión importante cuando de repente, mi reloj marcó una hora diferente de la que esperaba. ¿Cómo era posible? Me sentí como un mago cuyo truco había fallado. La verdad es que la vida se siente como un eterno juego de Jenga, donde sientes que una sola pieza más podría derribar toda tu edificación. Pero ¿por qué vivimos en un eterno equilibrio de hacer y ser?
La respuesta está clara en la obra de Mapi Hermida. Todos nos hemos convertido en esclavos del “hacer”. Hoy en día, la productividad se ha convertido en el distintivo del éxito. El resultado es que nos atrapa en una rueda de hámster, girando cada vez más rápido pero sin avanzar hacia lo que realmente nos importa. ¿No es curioso cómo a veces, menos es más?
El impacto de la falta de tiempo en nuestra salud mental
Lo que muchos no consideran es que esta constante búsqueda de productividad no solo afecta nuestra vida personal, sino que también se ha asociado con problemas de salud mental. Hermida menciona que sentir que no se controla el tiempo puede generar ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales. Yo lo noté en mí mismo cuando, una semana de trabajo intenso, terminé sintiendo que no podía respirar, efecto colateral de una agenda sobrecargada.
¿Alguna vez te has sentido así? Te despiertas a las 7 de la mañana, pero ya a las 8, sientes que el mundo te ha atropellado. Esto es algo que nadie debe experimentar. La falta de tiempo se transforma en un ladrón de energía, motivación y felicidad. Mapi lo define a la perfección al mencionar que es como vivir en “modo automático”.
Los ladrones de tiempo: ¿quiénes son y cómo combatirlos?
Hablemos de «ladrones de tiempo». Son esos pequeños cacos invisibles que, sin que nos demos cuenta, roban esos minutos valiosos. Yo tengo uno que es particularmente notorio: la procrastinación. Ah, ese dulce pecado. Recuerdo el día en que decidí que, después de leer solo cinco páginas de aquel libro que me había fascinado, iría a comenzar mi proyecto de trabajo… que nunca inició.
Hermida menciona varios ladrones comunes, como el perfeccionismo, el multitasking mal gestionado y la sobrecarga digital. Pero aquí hay una curiosidad: ese scroll infinito en redes sociales puede parecer inofensivo en el momento, pero… ¿bajo qué costo? ¡Podríamos haber estado aprendiendo una nueva receta de cocina o simplemente respirando, que también cuenta!
¿Cómo podemos identificarlos? Estrategias simples, pero efectivas. Llevar un diario de cómo pasamos nuestras horas puede ser revelador. Te lo aseguro, te encontrarás a ti mismo preguntando: «¿realmente pasé dos horas enteras viendo videos de gatos?» En ese momento, el equilibrio entre tiempo productivo y tiempo de valor comienza a cobrar sentido.
El tiempo productivo versus el tiempo de valor
Mapi distingue entre tiempo productivo y tiempo de valor. El tiempo productivo son aquellas horas en las que cumplimos con nuestras obligaciones. Sin embargo, el tiempo de valor es el que utilizamos para hacer lo que realmente amamos.
He aprendido que hacer un espacio para lo que amo, incluso si eso significa decir ‘no’ a alguna responsabilidad laboral, puede llevarme a ser más efectivo en ambas áreas. Así que sí, mientras mis colegas se estresaban por un informe en la oficina, yo estaba disfrutando de una tarde de escritura en mi café favorito.
Entonces, ¿cómo equilibramos nuestras responsabilidades laborales con nuestras necesidades personales? Hermida aconseja establecer límites claros y no menospreciar el tiempo para uno mismo. Esta es una lección que tomé en serio, y la verdad es que marcar mi horario personal en mi calendario ha hecho maravillas.
Colores del tiempo: la gestión visual que revolucionó mi calendario
Un concepto fascinante del libro es la teoría de los colores para gestionar el tiempo que Mapi comparte. Ella propone tres colores: rojo, blanco y azul.
- Rojo representa el tiempo intenso, dedicado a responsabilidades y metas.
- Blanco es ese tiempo vacío que no tiene sentido.
- Azul es el socio brillante del tiempo de valor, donde pasamos momentos significativos.
Mi objetivo desde que leí su libro ha sido aumentar el tiempo azul en mi vida. De hecho, he comenzado a dedicar más tiempo a mis pasiones, como el dibujo (aunque, lo admito, mis habilidades pueden ser más cercanas a un niño de 5 años). ¡Pero cada trazo cuenta!
Mañanas milagrosas: el secreto para un buen inicio
Vamos a hablar de esas “mañanas milagrosas” que menciona Mapi. Para mí, las mañanas siempre han sido un campo de batalla. Pase lo que pase, la cama siempre terminaba ganando. Pero leer sobre cómo pequeños cambios en la rutina matutina pueden transformar un día me hizo darme cuenta de que era hora de cambiar el juego.
Desde que implementé un par de prácticas matutinas —meditación, escritura y ejercicio corto— siento que tengo un ligero control sobre mi día antes de enfrentar el torrente de correos y mensajes. Además, retrasa el momento en que debo dejar mi taza de café y sumergirme en el caos. ¿No te gustaría también tener un momento de paz?
La tecnología como aliada y enemiga
Hoy, en nuestra vida cotidiana, la tecnología juega un papel ambivalente. Es útil y problemático a la vez. Nos conecta, pero también nos distrae. Todos hemos tenido esa experiencia de sentarnos a trabajar y, ante la tentación, abrir Instagram solo para “ver las historias de una amiga” y terminar tres horas después en el reino de los memes.
La clave, según Hermida, es usar la tecnología de manera consciente. Así que, como consejo sabio, propongo programar “momentos sin pantalla”. Fue un reto al principio, te lo prometo. Pero darme espacios de desconexión ha sido uno de los regalos más grandes que me he hecho a mí mismo. ¿Has probado ese método alguna vez?
Conclusiones: ¿qué nos llevamos de «Sí te da la vida»?
Al final del día, el mensaje que Mapi nos transmite es poderoso y claro: el tiempo no se gestiona, se vive. Cuestionarnos si realmente estamos dedicando nuestro tiempo a lo que importa es una reflexión que nos impulsa a ser más felices. El tiempo es ese regalo invaluable, y es nuestra responsabilidad cuidarlo y consumirlo sabiamente.
Así que, ¿estás listo para tomar el control de tu tiempo y redescubrir lo que realmente importa en tu vida? Te animo a que te sumerjas en «Sí te da la vida». Tu yo del futuro te lo agradecerá.
Y si después de todo decides no hacer nada con tu tiempo, al menos en la próxima reunión podrás hablar sobre lo que viste en ese video de gatos. ¡Quién sabe! A lo mejor, en algún punto, se vuelve una anécdota hilarante para compartir.