Si alguna vez te has encontrado en un ascensor, te habrás sentido, de alguna manera, en un pequeño mundo suspendido en el aire. Y aunque la probabilidad de que un ascensor caiga contigo dentro es considerablemente remota — ¡solo un 0.0000015%! — ¿qué harías si, de repente, ese pequeño mundo se convierte en una experiencia de caos? En esta era de la información, son fundamentales los consejos prácticos sobre supervivencia y seguridad, y es aquí donde entra en juego el experto sanitario y divulgador, Miguel Assal.
La realidad de la caída de un ascensor
Antes de que te sientas ansioso por el simple hecho de pensar en un ascensor cayendo, dejemos algo claro: nuestra infraestructura moderna es bastante segura. Puede que hayas visto alguna película de acción donde se desata un caos en el ascensor, pero en la vida real, los sistemas de seguridad de estos aparatos están diseñados para soportar incluso circunstancias extremas, como un terremoto. Así que, ¡respira hondo y relájate un poco!
Pero, ¿qué pasa si, contra todo pronóstico, estás dentro y se produce una caída? ¿Estás listo para afrontar esa situación? Miguel Assal tiene algunos trucos bajo la manga que pueden marcar la diferencia.
Desmitificando el salto antes del impacto
Una de las creencias más comunes es que saltar justo antes de impactar puede salvarte. ¡Ay, amigo! Este mito es más común que una selfie en Instagram, y como muchas cosas en esta vida, no es tan sencillo. Según Assal, intentar calcular el momento exacto del impacto para saltar podría ser tan efectivo como intentar atrapar aire con las manos.
La verdad es que si decides saltar, es probable que termines golpeando tu cabeza en el techo del ascensor. ¡Y eso no suena muy divertido, verdad? Por lo tanto, la primera regla es evitar el salto. En su lugar, es importante adoptar una posición que maximice tus posibilidades de sobrevivir.
La posición correcta: ¿cómo protegerte en un ascensor en caída?
Assal recomienda lo siguiente: en caso de que el ascensor comience a caer, tú debes tumbarte boca arriba en el centro del ascensor. Suena lógico si lo piensas, y es un poco como elegir el mejor lugar en un restaurante. No solo estás asegurando que tu cabeza esté protegida, sino que también estás distribuyendo el peso de tu cuerpo de tal manera que reduce la fuerza del impacto.
Imagínate un pequeño grupo de amigos en un sofá. Si todos se sientan juntos, el sofá aguanta mejor el peso que si cada uno se sienta en un extremo opuesto. Exactamente lo mismo pasa con tu cuerpo en un ascensor: si te desplazas al centro, el impacto se distribuye de manera más uniforme, lo cual podría mejorar tus posibilidades de sobrevivir. Ahora, ¿es esto una garantía de salir ileso? Probablemente no, pero al menos estamos hablando de aumentar las probabilidades.
La importancia del control emocional en situaciones de emergencia
Ahora, hablando de situaciones de emergencia, alguna vez has sentido esa horrible sensación en el estómago cuando te das cuenta de que te olvidaste de comprar el pan antes de volver a casa. Imagínate sentir lo mismo, pero a una escala completamente diferente mientras un ascensor se dirige hacia un destino incierto. La clave aquí es mantener la calma.
Es fácil dejarse llevar por el pánico, pero recordar que los sistemas de seguridad son efectivamente robustos puede hacer que tu mente se enfoque más en la solución que en el problema. Si tienes la mente clara y recuerdas estos consejos, tendrás más probabilidades de actuar de manera adecuada si alguna vez te encuentras en esta inusual situación.
Algunos consejos adicionales sobre seguridad en ascensores
Aunque el consejo de Assal es crucial en caso de una emergencia, nunca está de más tener en cuenta algunas precauciones en nuestra vida diaria. Aquí algunos consejos sobre seguridad en ascensores:
- Evita sobrecargar el ascensor: Cada ascensor tiene un límite de peso. Si llevas más de lo permitido, es como si fueras la guinda en un pastel, así que asegúrate de no ser esa guinda.
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Revisa el estado del ascensor: Si ves señales de mal estado, como luces parpadeantes o sonidos raros, tal vez quieras considerar tomar las escaleras. Sí, hacer ejercicio tiene sus ventajas, ¿no?
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No a la distracción: Vamos, sabemos que tu teléfono es un imán de atención, pero si estás en un ascensor, trata de prestar atención a lo que está sucediendo. Aquellos momentos de distracción pueden ser cruciales en caso de una situación inesperada.
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Infórmate sobre el protocolo de emergencia: La mayoría de los edificios tienen instrucciones visibles dentro del ascensor. Te aseguro que no sería mala idea echar un vistazo a esto mientras esperas al destino.
Reflexiones finales: aprender a convivir con el miedo
Quizás estés pensando, “¿Por qué me estoy preocupando por esto? ¿Acaso no puedo simplemente lidiar con el día a día?” Y, si bien es cierto que preocuparnos excesivamente no es la respuesta, también es cierto que estar informados puede ser el primer paso para reducir el miedo a lo desconocido.
La vida está llena de riesgos, desde cruzar la calle hasta decidir qué comer para cenar (si has probado las aceitunas, sabrás de lo que hablo). Cada riesgo conlleva un elemento de aprendizaje y adaptación. Así que, en vez de temerle a lo que podría suceder, ¿por qué no aprender algunas herramientas que puedan ayudarte a manejar esos miedos?
Recuerda, no estás solo en esto. La mayoría de las personas sentirán el mismo tipo de inquietud. La diferencia está en cómo respondemos a esos temores. Permítanme concluir con esto: después de leer este artículo, tal vez ya no veas los ascensores como antes, pero al menos tendrás algo de conocimiento en tu bolsillo, como el superhéroe de la seguridad que eres.
Así que aquí lo tienes: si alguna vez te ves en una situación de crisis en un ascensor, sabrás cómo proceder. Y quien sabe, tal vez se trate de una anécdota que contar y reír en el futuro.
La mejor forma de afrontar la vida es con humor, conocimiento y, bueno, un poco de preparación no está de más. ¿Quién sabe? Tal vez el próximo tema de conversación en la cena familiar sea cómo sobrevivir en un ascensor, y tú, armado con la sabiduría de Miguel Assal, serás el alma de la fiesta. ¡Hasta la próxima!