La vida en el medio rural siempre ha estado marcada por un ritmo diferente, donde el silencio y la tranquilidad son los protagonistas. Pero, ¿qué pasa cuando los protagonistas de esta vida son también los más vulnerables, nuestros mayores? La respuesta es el proyecto ‘Envejece en tu pueblo’, una iniciativa que ha logrado cambiar el enfoque del cuidado de las personas mayores en la comarca de la Jacetania, en Aragón. Permíteme llevarte en un recorrido para entender cómo esta idea ha dado vida a un nuevo concepto de envejecimiento activo. Grabemos esto en tu memoria como un ejemplo que puede transformar vidas.
El nacimiento de un sueño en la Jacetania
La historia de ‘Envejece en tu pueblo’ comenzó en el año 2016, fruto de las jornadas participativas entre varios municipios de la comarca de la Jacetania. ¿Te imaginas a un grupo de ancianos sentados, compartiendo anécdotas y preocupaciones sobre su futuro? Eso fue precisamente lo que sucedió. Los mayores, sintiendo el peso de la soledad y la preocupación por su bienestar, expresaron que deseaban quedarse en sus casas. Algunos no podían afrontar los costos de una residencia, y otros simplemente no querían dejar el lugar donde habían crecido.
Cuando escuché esto por primera vez, no pude evitar recordar a mi abuela, que se aferraba a su hogar aún después de que sus pasos empezaron a tambalearse. ¡Ah, la terquedad de los abuelos! Pero, ¿no es esta persistente conexión con la tierra una de las cosas más bellas de su generación? ¿Por qué abandonar un lugar lleno de recuerdos?
Un programa que floreció en la adversidad
Ciertamente, el programa ha demostrado ser un resplandor de esperanza, incluso durante los tiempos más oscuros. La llegada de la COVID-19 representó un gran desafío, pero en lugar de rendirse, el equipo del proyecto se adaptó rápida y eficazmente. “No imaginamos perder este programa”, dice Luis Solana, el alcalde de Artieda, con una pasión que podría hacer que uno se sienta emocionado y optimista.
El equipo transformó las comidas comunitarias, que antes se llevaban a cabo en un acogedor albergue, en entregas de comida a domicilio. Este cambio ingenioso se convirtió en una estrategia ganadora: en lugar de sucumbir al miedo, optaron por la innovación. Ahora, no solo mantienen las comidas comunitarias tres días a la semana, sino que también han integrado la opción a domicilio. ¡Bravo por ellos!
Esa sensación de comunidad y cercanía tan palpable en sus encuentros es lo que realmente importa. Imagina una mesa larga donde se mezclan risas y platillos sabrosos, y de pronto te das cuenta de que no hay nada más poderoso que el simple acto de compartir una comida. Eso es, al fin y al cabo, lo que construye comunidad.
Servicios que marcan la diferencia
A lo largo del tiempo, ‘Envejece en tu pueblo’ ha multiplicado sus servicios para ofrecer un reemplazo del cuidado y compañía que antes se perdía. En lugar de ser meras cifras, las historias de los vecinos que participan en estos servicios tienen un rostro. La peluquera que visita una vez a la semana, el podólogo cada dos meses y el fisioterapeuta que se adapta a las necesidades de los que tienen dificultades para salir de casa, todo esto puede parecer trivial, pero cada uno de estos servicios añade un valor incalculable.
¿Recuerdas la vez que te hiciste un cambio de look sólo porque necesitabas un nuevo aire? Para muchos mayores, esa visita a la peluquería es la clave para mantener su autoestima. Y aún más cuando esa peluquera es alguien que se ha convertido en parte de su rutina, del círculo.
El proyecto no solo ofrece asistencia física; también incluye un servicio de acompañamiento. Imagina a un joven visitando a un anciano, hablando de los buenos viejos tiempos y, al mismo tiempo, vigilando su medicación. ¿Hay algo más hermoso que saber que alguien se preocupa por ti? Esa interacción social podría ser, quizás, la medicina más efectiva.
La importancia de mirar hacia el futuro
Es fascinante ver cómo el programa se adapta a las nuevas generaciones de mayores. El objetivo no es solo proporcionar servicios a los que ya están aquí, sino abrir un camino para quienes vendrán después. Algunos de los vecinos que rondan los 70 años todavía se ven jóvenes y resistentes, pero el alcalde Solana subraya que es esencial que se involucren. “Por algo se empieza”, dice mientras una sonrisa se asoma en su rostro. Es cierto, el primer paso hacia el cambio es a menudo el más difícil.
Los cambios que parecen pequeños, como transformar una vieja plaza que albergaba coches en un espacio de encuentro con juegos y bancos, son decisivos. ¿Cuántos momentos de alegría se pueden compartir bajo un castaño, jugando a las cartas o contando historias?
Un modelo a seguir
El reconocimiento del proyecto ‘Envejece en tu pueblo’ con el premio de Emprendimiento Social en 2018 no fue solo un aplauso para sus gestores, sino un testimonio de cómo la colaboración y la adaptación pueden tener un impacto real en la vida de las personas mayores en comunidades pequeñas. A veces, el verdadero éxito resalta por sí mismo. Mientras muchos programas similares han fracasado, este ha encontrado su lugar en el corazón de la comunidad.
La actitud de los vecinos de Artieda, quienes consideran que “los cuidados no son únicamente responsabilidad de la familia, también la comunidad tiene que cuidar de sus personas mayores”, recalca la importancia de la responsabilidad compartida. ¿No es esta una reflexión que deberíamos aplicar en nuestra vida diaria? Después de todo, ser parte de una comunidad es mucho más que vivir en el mismo lugar; significa cuidar de nuestros vecinos, reír con ellos y compartir experiencias.
Reflexiones finales: un llamado a la acción
Tuve el placer de conocer a Luis Solana, el alcalde, durante una visita reciente a Artieda. Mientras hablábamos sobre el proyecto, se preguntó, “¿qué pasará cuando nosotros ya no estemos aquí? ¿Quedará algo de esta labor?”. Tal vez esos pensamientos resuenan más en aquellos que ya han vivido mucho, pero me recordaron que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar.
La comunidad es una extensión de nuestra familia, y el entorno necesita nuestro compromiso. Este proyecto no solo representa una solución estratégica para el envejecimiento activo en el medio rural; es un ejemplo palpable de cómo la empatía y la colaboración pueden cambiar vidas.
Así que, los invito a que miren a su alrededor, a sus vecinos, a esos ancianos que a veces se sientan solos. Pregúntense: ¿Qué puedo hacer yo para mejorar la calidad de vida en mi comunidad? Si hay algo que podemos aprender del proyecto ‘Envejece en tu pueblo’, es que no se necesita un gran presupuesto, solo un gran corazón y la determinación de hacer un cambio.
¿Te atreves a ser parte de esa transformación? Al final, todos merecemos ser escuchados, valorados y cuidados, sin importar la edad. Porque sí, el envejecimiento es inevitable, pero la calidad de ese envejecimiento depende de nosotros.