Este fin de semana, Madrid fue testigo de una manifestación que resonó con fuerza en las calles del centro. Miles de personas, convocadas por la asociación Marea de Residencias, salieron a exigir justicia, investigación y, sobre todo, que no se repita la tragedia ocurrida durante la primera ola de la pandemia de COVID-19. No se trata de un evento casual; es un reclamo profundo que toca la fibra sensible de todos los que han perdido seres queridos o han visto de cerca el sufrimiento de los ancianos en las residencias durante aquellas fatídicas semanas.

Un instante de reflexión: recordar el pasado para asegurar el futuro

72191 muertes. Ese es el número que nadie debería olvidar. Son 7.291 vidas interrumpidas, decisiones no tomadas y una gestión que muchas voces consideran como una masacre sin precedentes. Mientras caminaba junto a los manifestantes, no podía evitar recordar a aquellos que perdimos, pensar en mis propios abuelos y en lo que podría haber sido su destino en esos días críticos. ¿Quién se hubiera imaginado que la vida enviaría a tantos a un final tan desolador en un lugar destinado a brindar protección y cuidado?

Cada paso que dabas en la marcha era como un eco de sus historias, una reafirmación de que no deben ser olvidados. ¿Pero cómo podemos garantizar que no se repita una situación tan sombría?

La marcha del recuerdo: Cibeles a Sol

La cita fue en la Plaza de Cibeles, donde los rostros de los asistentes estaban llenos de determinación. La consigna era clara: “justicia para los muertos y reparación para los vivos”. Una sensación de unidad abrumadora y un deseo inquebrantable de hacer oír nuestras voces. La marcha recorrió algunas de las calles más emblemáticas de Madrid, un trayecto simbólico que culminó en la Puerta del Sol, justo en la sede de la Comunidad de Madrid, donde se esperaban respuestas que aún tardan en llegar.

La presencia de figuras políticas como Manuela Bergerot de Más Madrid y Reyes Maroto del PSOE sobre la tarima era un recordatorio de lo relevante que sigue siendo este tema en la agenda política. ¿Acaso no deberían los líderes ejercer su responsabilidad de proteger a los más vulnerables, especialmente en tiempos de crisis global?

La presión a la Comunidad de Madrid

Las palabras de Bergerot resonaron profundamente en los corazones de los asistentes: la exigencia de una ley de residencias que garantice una vida digna a todos aquellos que, por razones de salud o edad, requieren de cuidado institucional. El tono de su voz evocaba la rabia y el dolor de aquellos que han sido ignorados. “¿Qué es una vida digna?” me preguntaba a mí mismo mientras recordaba los testimonios escalofriantes de las familias que, al igual que yo, buscaban respuestas.

Los claveles rojos que los manifestantes depositaban a los pies del gobierno regional eran símbolos del dolor y el sufrimiento. En un acto de homenaje a los fallecidos, se convertían también en una denuncia palpable hacia aquellos que tomaron decisiones que resultaron en una tragedia de tal magnitud. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que las responsabilidades queden en el aire, flotando sin respuestas claras?

La lucha por la verdad: el documental ‘7291’

La proyección del documental ‘7291’, dirigido por Juanjo Castro, se erige como un hito importante en la búsqueda de reconocimiento y justicia. Muchas veces, el arte es un refugio para expresar lo que no puede ser dicho abiertamente. Las voces entrelazadas de los trabajadores, familiares y expertos presentan una narrativa que provoca preguntas difíciles sobre la gestión de la pandemia en las residencias de ancianos. Como alguien que también ha visto de cerca el dolor de la pérdida, me emocionaba ver el coraje de aquellos que se atreven a contar sus historias.

Pero no todo es un lecho de rosas, ¿verdad? La situación se complica cuando descubrimos que es esta misma narrativa la que varios políticos intentan silenciar. Es asombroso cómo, en pleno siglo XXI, los intereses políticos puedan sobreponerse al derecho a la verdad de una sociedad que pide a gritos respuestas. Bergerot y Maroto lo dejaron claro: “la Comunidad de Madrid está obstaculizando la difusión”. ¡Un aplauso para eso!

La denuncia ante la Fiscalía: un llamado a la acción

En el clímax de la protesta, Marea de Residencias presentó una denuncia ante la Fiscalía Superior de Justicia de Madrid, buscando que se reconozca la discriminación sufrida durante la crisis sanitaria. Este esfuerzo se suma a los movimientos constantes que han llevado a cabo las asociaciones, luchando para que no se pierda la memoria de aquellos que ya no están.

La indignación se siente en el aire. Muchas familias han visto cómo sus seres queridos fueron tratados como números estadísticos y no como personas que merecían respeto y dignidad. La justicia debería ser un pilar fundamental en nuestra sociedad, y sin embargo, las puertas se están cerrando una tras otra. “¿Cuándo se darán cuenta de que estas vidas importan?” es una pregunta que resuena con cada nuevo día.

El poder de la memoria colectiva

Es vital recordar que lo sucedido no es solo un evento del pasado. La memoria colectiva tiene el poder de prevenir que historias parecidas se repitan. Vivimos en un mundo en el que las decisiones políticas tienen repercusiones reales en vidas humanas, donde la empatía y el respeto deben ser la norma y no la excepción.

La Marea de Residencias no solo busca justicia; busca garantizar que el dolor de 7.291 familias no sea en vano. Su lucha nos invita a reflexionar sobre cómo estamos cuidando a los más vulnerables en nuestra sociedad. ¿Qué pasa cuando la política se olvida de la humanidad?

Reflexiones finales sobre el futuro

En tiempos donde la polarización política parece definir nuestras conversaciones, es fundamental encontrar un terreno común: la exigencia de responsabilidad y transparencia. La manifestación del sábado fue un recordatorio de que, en medio del caos, sigue existiendo una comunidad que se une por una causa mayor.

Mientras salía de la Puerta del Sol, sentí que, aunque el camino es difícil, la perseverancia de los manifestantes era un rayo de esperanza. La lucha por la justicia por los muertos de la pandemia de COVID-19 en las residencias de Madrid es un capítulo vital en nuestra historia reciente. Y mientras se mantenga viva esa lucha, podemos esperar que, en el futuro, nuestras instituciones estarán más preparadas para cuidar y proteger a quienes más lo necesitan.

Así que, ¿qué podemos hacer? ¡Informarnos y ser parte de la solución! La próxima vez que sientas que tu voz no importa, recuerda que cada paso cuenta, que cada historia compartida hace la diferencia. La memoria de los que hemos perdido merece que nos unamos y exijamos un cambio real.