La afección del lenguaje, como la afasia, puede cambiar la vida de una persona casi de un día para otro. Este trastorno, que afecta la capacidad para comunicarse, suele surgir tras un accidente cerebrovascular o un daño cerebral, transformando en un desafío lo que antes era tan simple como mantener una conversación. Hoy quiero compartir una historia conmovedora que encapsula la esencia de la empatía, la innovación y la amistad en la creación de una solución tecnológica que promete mejorar la calidad de vida de muchas personas.

Un desafío personal que se convierte en inspiración

Imagina a Esther García, una joven de 21 años, terminando sus estudios de Logopedia en Valencia. Ahora, piensa en su compañera de piso, Lucía Torres, una recién graduada en Ingeniería y Gestión Empresarial. Estas dos chicas, inmersas en su vida de estudiantes, encontraron en su convivencia un espacio seguro para compartir no solo vivencias cotidianas, sino también las historias que marcan la vida.

Esther no siempre fue la estudiante de Logopedia que es ahora. Ocho años atrás, su vida dio un giro inesperado: su padre sufrió un ictus que le dejó afasia como secuela. Aquel momento, que podría parecer una tragedia, lo transformaron en el motor que las llevó a crear una solución: Palabrería, una aplicación móvil que funciona como un facilitador de la comunicación para aquellos que, como el padre de Esther, enfrentan desafíos en su capacidad de expresarse.

El viaje de la afasia y el valor de la comunicación

Es fascinante cómo la vida puede ofrecer lecciones en los momentos más insospechados. Cuando Esther compartió su historia con Lucía, ambas se sintieron impulsadas a buscar una solución. Lucía recuerda aquel instante con claridad: “Mi cerebro de ingeniera pensaba que esto tiene que tener una solución”. Y así, en febrero de este año, comenzó el desarrollo de Palabrería.

Esther describe cómo su padre se comunica en la actualidad: palabras aisladas, gestos y miradas cómplices que a veces se convierten en un verdadero juego de “adivina adivinanza”. «Imagina jugar Pictionary todos los días. Así es comunicarse con mi padre ahora», comparte con una mezcla de humor y tristeza.

¿No es curioso cómo las adversidades pueden llevar a la creatividad? ¿Quién iba a pensar que una conversación casual entre amigas se transformaría en una herramienta que podría cambiar vidas?

Innovación tecnológica al servicio de la humanidad

Palabrería no es solo una aplicación más; es el resultado de una profunda comprensión de las necesidades de quienes sufren afasia. Esta herramienta utiliza inteligencia artificial generativa, lo que permite convertir palabras, ya sean escritas o habladas, en frases completas ajustadas al contexto del usuario. Una vez que la persona con afasia introduce una palabra clave, la aplicación sugiere varias frases que pueden emplear en su día a día.

“Es como tener un intérprete en el bolsillo,” dice Lucía, con entusiasmo. “Piensa en ello como si tu papá tuviera un nivel básico en un idioma extranjero. Él podría encontrarse en una situación incómoda, donde nosotros actuamos de intérpretes.” Una imagen poderosa, ¿verdad?

La adaptabilidad como esencia de Palabrería

Una de las reflexiones más interesantes que surgen al conocer la historia detrás de Palabrería es cómo cada caso de afasia es único. Las manifestaciones pueden variar significativamente entre diferentes personas, y este es un aspecto crucial que han tenido en cuenta durante el desarrollo de la aplicación. Esther y Lucía se han comprometido a hablar con diversas asociaciones y profesionales para comprender mejor las necesidades del colectivo afectado y ajustarse a ellas.

«Nuestro objetivo es llegar al máximo de personas para que se puedan comunicar», dice Esther, abriendo una puerta hacia un futuro más inclusivo.

No es solo una herramienta para facilitar el diálogo, sino también un acompañamiento durante la rehabilitación. Las personas con afasia requieren un estímulo constante para ejercitar su lenguaje. Eso es lo que Palabrería busca fomentar: la creación de lenguaje, empezando por una sola palabra. Puede parecer simple, pero estas pequeñas acciones tienen un gran impacto.

La realidad de las enfermedades neurológicas en España

La afasia y otros trastornos del lenguaje no son meras curiosidades en la vida de Esther; son parte de un fenómeno mayor. En España, se estima que hasta 23 millones de personas padecen trastornos neurológicos. Esta cifra impactante abre la puerta a una reflexión profunda: vivimos más, sí, pero ¿vivimos mejor? Las estadísticas pueden ser frías, pero detrás de cada número hay una historia humana que merece ser contada.

A menudo pensamos que los avances tecnológicos solo benefician a un pequeño porcentaje de la población, pero Palabrería es una prueba tangible de que la tecnología tiene el poder de tocar vidas y aliviar el sufrimiento. No es solo una aplicación; es un puente hacia la dignidad y la autonomía comunicativa.

La respuesta positiva del público y las expectativas

A pocas semanas de su lanzamiento en septiembre, Palabrería ha recibido una respuesta muy positiva de usuarios, profesionales y asociaciones. Lucía comparte que hay un interés creciente por herramientas que faciliten la comunicación para personas con afasia: «Las asociaciones están muy contentas», dice con una mezcla de sorpresa y satisfacción. Es una sensación mágica ver cómo tu esfuerzo tiene un impacto real, ¿verdad?

Es reconfortante y, a veces, incluso gracioso cuando pensamos en todas las conversaciones que se habrán perdido debido a la incapacidad para comunicarse. ¿Qué chistes, historias y, sobre todo, consejos han quedado sin compartir? Con Palabrería, hay una esperanza constante de que cada vez más personas podrán reanudar esas conexiones valiosas.

Reflexionando sobre la inclusión y el futuro

En esta era de innovación constante, hay un concepto que no podemos olvidar: la inclusión. Se necesita un esfuerzo consciente para reconocer y dar visibilidad a las necesidades de las personas con discapacidad o trastornos del lenguaje. La historia de Esther y Lucía es un hermoso recordatorio de que no estamos solos en este viaje. Si alguna vez has sentido el deseo de hacer algo por los demás, su historia es una inspiración.

Hay algo casi poético en el hecho de que la tecnología, que a menudo se percibe fría y distante, pueda ser una herramienta para acercar a las personas. ¿Qué pasaría si cada innovación tecnológica se enfocara en el bienestar humano? ¿Cuántas historias se escribirían de nuevo gracias a este tipo de iniciativas?

Un llamado a la acción

Para aquellos de ustedes que están leyendo esto e interesándose por temas de discapacidad, les invito a que se informen más sobre la afasia y los retos que enfrentan aquellos que la padecen. La conciencia social es el primer paso hacia el cambio. Y si les llega al corazón la historia de Esther y Lucía, ¡compartan este artículo! Quizás su propia historia pueda servir de inspiración para otros.

Si tienes curiosidad por las experiencias de las personas con discapacidad y sus logros, te animo a que te suscribas a ‘Capaces’, un espacio que promueve la inclusión y visibiliza las realidades de quienes enfrentan un mundo que a veces puede parecer poco acogedor.

Conclusión: Una nueva manera de comunicarse

Palabrería no solo es una aplicación; es un símbolo de la resiliencia humana. Nos recuerda que, ante la adversidad, la creatividad y la empatía pueden florecer. ¿No es gratificante saber que hay jóvenes como Esther y Lucía que están dispuestos a hacer una diferencia y poner su trabajo en beneficio de los demás? A veces, todo lo que necesitamos es un poco de inspiración y una herramienta efectiva para ayudarnos a salir adelante.

Así que, la próxima vez que tengas una conversación, recuerda que cada palabra cuenta. Y con Palabrería, hay una nueva manera de hacer que esas palabras se escuchen.