La historia está llena de matices, y pocas figuras son tan controvertidas y enigmáticas como la de Eugenio Pacelli, conocido como Pío XII. Un hombre de la Iglesia que, en una de las épocas más oscuras de la humanidad, se enfrentó a decisiones críticas que han sido objeto de debate durante décadas. El reciente desclasificado de archivos vaticanos, tras la autorización del Papa Francisco, ha sacudido los cimientos de la historiografía sobre este pontífice. Así que, pongámonos cómodos y adentrémonos en este mar de papel y tinta, mientras preguntamos: ¿cómo se interpreta la historia cuando se revela lo oculto?

La desclasificación de archivos históricos: El inicio de un nuevo capítulo

En 2020, el Vaticano abrió sus puertas a una avalancha de curiosidad al desclasificar aproximadamente 16 millones de documentos relacionados con Pío XII. Una decisión que, estoy seguro, hizo saltar de alegría a más de 200 investigadores y historiadores alrededor del mundo. Mi primer pensamiento al respecto fue: ¿por qué no hicieron esto antes? ¡Con el tiempo que los archivos estuvieron guardados, debieron haber sido perfectamente catalogados y ordenados!

Uno de los primeros en acceder a estos documentos fue el historiador estadounidense David I. Kertzer, aclamado autor y ganador del Premio Pulitzer. Imaginen la emoción de Kertzer, un niño en una tienda de golosinas, cuando en el primer día de acceso a los archivos se topó con información que podría cambiar la narrativa histórica. “La polémica sobre su conducta lleva más de medio siglo en pie”, comenta Kertzer, reflejando el ansia acumulada por acceder a un material tan relevante y su deseo de desenredar la madeja de confusiones y especulaciones.

La relación entre el Vaticano y los regímenes totalitarios

La pieza central del debate es la relación de Pío XII con los regímenes nazi y fascista. Con el acceso a documentos que documentan notas de embajadores, correspondencia personal y hasta llamadas de socorro de organizaciones judías, Kertzer se propuso contar la historia más exhaustiva de la relación de la Santa Sede con el Tercer Reich.

Preguntémonos: En una época de creciente oscuridad, ¿puede la Iglesia, que se basa en principios de compasión y amor al prójimo, realmente mirar hacia otro lado? Una interrogante que lleva a la reflexión. Durante su mandato, Pío XII se encontró atrapado entre el deseo de proteger a la Iglesia y la necesidad de posicionarse moralmente frente a las atrocidades que se estaban cometiendo.

Kertzer, en su libro «El Papa en guerra», revela un secreto oculto durante décadas, que si bien tal vez no sea un bombazo para los conocedores de la historia, resuena con fuerza: Hitler vio en Pío XII una oportunidad para sofocar las críticas que circulaban en torno a su figura, emocionando a Pío XII y generando una atmósfera de silencio que muchos criticarían más tarde.

Críticas y silencios cómplices

Cada nuevo documento desclasificado parece cortar aún más profundo en la reputación de Pío XII. Kertzer, que ha revisado miles de archivos, no esconde su decepción al revelar que el Papa nunca alzó su voz contra la invasión de Polonia en 1939. Mientras tantos católicos polacos clamaban en busca de refugio, Pío se centró en proteger las fronteras de la institución eclesiástica, dejando de lado lo que muchos consideran uno de los mandamientos más básicos de la fe: la defensa de los oprimidos.

Por otro lado, no faltan los testimonios que demuestran que durante los primeros años de la guerra, Pío se encontraba profundamente afectado por los informes recibidos. Hay anécdotas sobre conversaciones con Angelo Roncalli, el futuro Papa Juan XXIII, donde este último se maravilló de los momentos de vulnerabilidad del Papa durante el conflicto.

Imaginen la escena: un Papa, tradicionalmente posicionado como líder autoritario e inquebrantable, dejando caer una lágrima por el sufrimiento ajeno, mientras la máxima institución de fe se mantenía en un silencio “diplomático”. Es fascinante y profundamente trágico a la vez.

Antisemitismo y complicidad: La sombra del Holocausto

David Kertzer ha afirmado en repetidas ocasiones que, aunque el Papa no podía ser considerado un apoyo directo de Hitler, la falta de una condena clara frente a la acción de exterminio de millones de judíos es algo que pesa no solo sobre la conciencia de Pío XII sino también sobre la de toda la Iglesia. Es importante, pues sin denuncia, el silencio es a menudo interpretado como complicidad.

Kertzer, en sus primeros escritos, había señalado que el antisemitismo católico contribuyó a legitimar el Holocausto, y aunque ahora aboga por un panorama más complejo, el hecho de que la Iglesia no alzara la voz sigue siendo preocupante.

Pero, seré honesto: la historia está llena de takedowns de figuras, donde los matices se pierden a menudo en análisis hipercríticos. Es fundamental recordar que en el momento en que ocurrían estos acontecimientos, el miedo era una constante en la vida de muchos, incluidos líderes religiosos que se enfrentaron a decisiones difíciles.

La lección del silencio

En una época donde la voz de unos pocos acallaba la de muchos, se plantea un dilema moral. Como individuos y como sociedad, somos llamados constantemente a ser agentes de cambio. La historia de Pío XII nos recuerda que, en situaciones de conflicto, las decisiones sobre cuándo hablar y cuándo callar son cruciales.

Kertzer volviendo al tema, ha subrayado la importancia de hacer una crítica retrospectiva a la figura de Pío XII, señalando que a pesar de sus esfuerzos por proteger la Iglesia, su silencio ante los horrores del Holocausto no puede ser perdonado. Después de todo, la guerra llegó a su fin, pero el sufrimiento que muchos experimentaron sigue vivo en la memoria colectiva.

Un legado en la balanza

Los nuevos documentos están llevando a muchos a re-evaluar el legado de Pío XII y su legado en los días oscuros de la Segunda Guerra Mundial. Kertzer, con su meticulosa investigación, invita a la reflexión: ¿Qué nos dice este capítulo de la historia sobre nuestra propia moralidad hoy en día?. La competición entre el deber hacia una institucionalidad y la responsabilidad hacia la humanidad en su conjunto se vuelve da un punto de discusión que deberíamos tratar de pronunciar.

Como uno de los que suelen saltar a comentar la historia con la libertad de un blogger de café, me pregunto si Pío XII podría ser considerado un héroe o un villano. ¿Es posible aterrizar en la línea del medio y hablar de un líder atrapado en una situación imposible? Tal vez, en vez de etiquetar, deberíamos aprender.

Finalmente, la historia de Pío XII es una lección de moralidad. Nos enseñan que el silencio puede ser tan poderoso como la voz misma y que cada decisión cuenta. Mirando hacia adelante, ya sea que estemos en posición de liderazgo o no, es nuestra responsabilidad hacer eco de las voces que podrían ser acalladas por el temor, la indiferencia o la complacencia. En un mundo que jamás parece estar alejado de conflictos y discursos desigualitarios, los ecos de la historia, como los que hemos analizado hoy, nunca deben ser olvidados.

Ahora te pregunto: ¿qué piensas tú sobre lo que hemos descubierto hoy? ¿Es el pasado simplemente un reflejo de lo que somos en el presente? El diálogo siempre debe seguir.