¿Alguna vez te has preguntado qué sería de nosotros sin nuestros amigos de cuatro patas? Los perros, esos compañeros leales que siempre están dispuestos a ofrecer su amor incondicional, se han convertido en auténticos héroes cotidianos, especialmente para las personas con discapacidades. Si no me crees, hablemos sobre el nuevo protocolo implementado en Zaragoza que permite que los perros de asistencia suban a las ambulancias. ¡Prepárate para conocer la historia de esta iniciativa que da un paso gigante por la inclusión y el bienestar!

La conexión única entre humanos y perros

Para muchos de nosotros, nuestros perros son más que simples mascotas; son compañeros de vida. Recuerdo cuando adopté a mi perro, un labrador llamado Max. Desde el primer día, supe que había hecho un pacto de lealtad. Cada vez que pasaba un mal día, solo verlo moviendo la cola al llegar a casa iluminaba mi mundo. Ahora imagina a una persona invidente o con otro tipo de discapacidad, y su perro de asistencia: esa conexión se transforma en el apoyo vital para enfrentar la vida diaria.

Como bien dice Silvia Borrego, jefa del departamento de Servicios Sociales de la Once, estos animales son una “prolongación más de nuestro cuerpo”. Y es que, aunque no seamos conscientes, los perros hacen mucho más que guiarnos; son una fuente de calma y seguridad, especialmente en momentos difíciles. Según Borrego, “Ellos velan más por nuestra seguridad que por la suya propia”. Hablamos de un vínculo que no solo trasciende palabras; es un lazo que se establece con cada ladrido y cada gesto de comodidad.

Un protocolo innovador para situaciones de emergencia

El Ayuntamiento de Zaragoza ha dado un paso adelante con la implementación de un nuevo protocolo que permitirá que los perros de asistencia acompañen a sus dueños en ambulancias. ¡Es como si el mundo finalmente estuviera reconociendo el valor de estos peludos aliados! Pero, ¿realmente necesitábamos un protocolo para esto? Por supuesto. La realidad es que, hasta ahora, muchos profesionales de emergencias no sabían cómo manejar la situación cuando un paciente necesitaba asistencia canina. Sin este protocolo, la situación podría volverse confusa y, en el peor de los casos, crítica.

Ruth Bravo, la concejal delegada de Bomberos y Protección Civil, comentó al respecto: “Muchas veces, cuando se tenía que trasladar a estas personas en ambulancias, los profesionales no tenían claro cómo se debía actuar”. La creación de este protocolo es, sin duda, un movimiento inteligente que busca asegurar que todos, independientemente de sus capacidades, reciban la atención que merecen.

¿Por qué era tan necesario este protocolo?

La implementación de un protocolo es algo que se debería dar por hecho, pero la verdad es que muchas veces los derechos de las personas con discapacidad quedan por detrás de otros intereses. Este nuevo plan es visto como “muy necesario e importante” por parte de la ONCE, que subraya que no siempre se garantiza el acceso a servicios esenciales.

Imagínate la angustia que podría sentir una persona con discapacidad visual al tener que ser trasladada en una ambulancia, y además de su vulnerabilidad, dejar a su perro, que ha sido su apoyo, en la calle. ¡Inconcebible! Este protocolo busca, entre otras cosas, tranquilizar a esos caninos y garantizar su seguridad y la del usuario.

Cómo funcionará el protocolo

Entonces, ¿cómo va a funcionar realmente este protocolo al momento de una emergencia? La formación de los profesionales deambulancias es clave. Según explicaciones del jefe médico de Bomberos de Zaragoza, Armando Cester, hay dos situaciones principales a considerar. Si el paciente va sentado, su perro puede estar tumbado en el suelo y atado a sus pies. Mantener el contacto físico es, como mencionábamos, crucial. Es como si el perro dijera: “¡Aquí estoy, yo te cuido!”.

En situaciones más graves, donde el paciente no pueda sentarse, el perro se trasladará en un habitáculo asistencial específico, pero manteniendo el contacto y la movilidad necesarias. Esto no solo asegura la atención del humano, sino que también permite que el perro esté presente, lo que puede ser una gran fuente de calma en momentos de gran estrés.

Al llegar al hospital, el personal de la institución se encargará de asegurar que el perro esté debidamente atendido y que su propietario pueda mantener el vínculo durante el proceso. ¡Es un enfoque exquisitamente humano y comprensivo!

Tipos de perros de asistencia reconocidos

Es importante mencionar que no todos los perros son considerados perros de asistencia. Existen categorías específicas, y el nuevo protocolo también es claro al respecto. Se aceptarán cinco tipos de perros de asistencia, que son:

  1. Perro guía: Acompaña y guía a personas con discapacidad visual.
  2. Perro de servicio: Ayuda a personas con discapacidades físicas, asistiendo en actividades diarias.
  3. Perro de señalización de sonidos: Alerta a personas con discapacidad auditiva sobre sonidos importantes.
  4. Perro de avisos: Capacitados para alertar sobre episodios médicos graves, como ataques epilépticos o caídas de glucosa en diabéticos.
  5. Perros para personas con trastornos del espectro autista: Ayudan a brindar un entorno más seguro y cómodo para las personas que los necesitan.

¡Cuántos héroes de cuatro patas! Cada uno de ellos tiene un papel importante que desempeñar, y cada experiencia compartida con sus dueños es un testimonio de la importancia de la inclusión.

El futuro de la accesibilidad en Zaragoza

El compromiso del Ayuntamiento de Zaragoza con la accesibilidad no se limita únicamente a este protocolo sobre perros de asistencia. Según Bravo, “Este Gobierno municipal tiene el compromiso de hacer de la ciudad un lugar más accesible para todos”. Aunque suene a un cliché político, tenemos que reconocer que siempre se puede hacer más, y cada pequeño paso en la dirección correcta cuenta.

La creación de este protocolo es un avance significativo, pero no es el final del camino; es más bien un eslabón en una cadena de esfuerzos para construir una sociedad inclusiva. La colaboración de entidades sociales, como la Fundación Once, es fundamental para implementar cambios que realmente marquen la diferencia.

Reflexionando sobre nuestras propias conexiones

Hemos llegado al final de este recorrido por el nuevo protocolo de perros de asistencia en Zaragoza. Nos deja reflexionando sobre las conexiones que tenemos con nuestros compañeros animales y sobre cómo esas conexiones pueden extenderse y fortalecer las comunidades en las que vivimos. Pero siempre es buen momento para preguntarnos a nosotros mismos: ¿Estamos haciendo lo suficiente por aquellos que nos rodean?

La empatía es un gasto muy rentable. No cuesta nada, pero los beneficios son infinitos. Así que, cuando veas un perro de asistencia, quizás sonrías un poco más y recuerdes que esos animales son, en muchos sentidos, prueba de que el amor y el apoyo pueden venir en formas muy peludas.

Recordemos también que hay un camino por recorrer hacia una sociedad más inclusiva. Desde pequeñas iniciativas hasta grandes protocolos, todo suma en la búsqueda de un mundo donde cada uno tenga su lugar. Porque, después de todo, a veces un ladrido puede hablar más de mil palabras.

Finalmente, dinos: ¿cómo crees que la inclusión de los perros de asistencia cambiará la vida de aquellas personas que más lo necesitan? ¡Hablemos de ello!