La reciente elección de Rafael Louzán como presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) ha traído consigo una oleada de expectativas en el ámbito del fútbol nacional. El hecho de que la nueva junta directiva esté compuesta por figuras relevantes como Javier Tebas, presidente de LaLiga, y David Aganzo, de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), junto a otras personalidades del deporte, hace que muchos se pregunten: ¿realmente traerá este cambio una mejora palpable en el deporte rey en España?
Un nuevo liderazgo
Louzán fue elegido en unas elecciones que, aunque menos publicitadas que otras, estaban cargadas de tensión. Su victoria fue un golpe para el anterior presidente, Salvador Gomar, y hablando de sorpresas, ¿sabías que Sergio Merchán, presidente de la federación extremeña, se retiró de la carrera electoral una hora antes de que comenzara la Asamblea General? ¡Eso sí que es una forma rápida de salir de una fiesta!
En su primera reunión, la nueva junta directiva se llenó de rostros conocidos y nuevas promesas. Además de Tebas y Aganzo, encontramos a otros altos cargos de federaciones territoriales y deportistas de renombre, como el exfutbolista Miguel Ángel Nadal y la exesquiadora María José Rienda. La presencia de mujeres en la directiva, como la responsable de arbitraje femenino, Yolanda Parga, y la exentrenadora Irene Ferreras, subraya un avance hacia la equidad de género en un entorno tradicionalmente dominado por hombres.
Un equipo diverso
La conformación de una junta directiva que está compuesta en un 50% por hombres y mujeres y en un 25% por miembros independientes es un cambio significativo y necesario. Esto no solo ofrece una perspectiva más amplia sobre la toma de decisiones, sino que también alinea a la RFEF con las expectativas de una sociedad que demanda más diversidad e inclusión. Me pregunto, ¿será este el momento que el fútbol necesita para abrazar por completo esos valores?
A menudo, los cambios significativos en el liderazgo pueden verse como una carga pesada, como si estuvieran llevando a cuestas un viejo baúl lleno de problemas a resolver. En este caso, la nueva directiva ha prometido profundizar en un ’11 titular’ de compromisos y políticas que guiarán su trabajo. Hablar de transparencia, compromiso social y formación es un buen comienzo, pero queda por ver cómo traducen esas palabras en acciones concretas.
Un enfoque fresco, pero ¿sostenible?
¿Qué significa realmente un «trabajo en equipo» en el contexto del fútbol? Es fácil decirlo, pero ¿cuántas veces hemos visto a los equipos que se dividen por egos gigantescos? Hay que recordar que un equipo en el campo no es nada sin la comunicación y el respeto fuera de él. Con nombres como Tebas y Aganzo en la sala, hay esperanzas de que se forme una sinergia que permita abordar cuestiones fundamentales como el desarrollo de jugadores jóvenes y la inversión en infraestructuras.
La RFEF ha mostrado su intención de poner en marcha nuevos planes estratégicos. Me parece que al igual que en una buena receta de cocina, solicitar estos planes es lo mismo que pedir una lista de ingredientes. Puedes tener todo lo que necesitas, pero si no sabes cómo mezclar esos ingredientes, terminarás con una mezcla incomible. También espero que esta vez no olviden añadir una pizca de innovación y un toque de digitalización.
Un futuro con más transparencia
Uno de los compromisos más aplaudidos fue el de la transparencia y el buen gobierno. En los últimos años, el mundo del fútbol ha estado plagado de escándalos de corrupción y falta de ética. Así que, por favor, que nadie me hable de “transparencia” después de las lamentables noticias de los últimos años. El camino hacia la recuperación de la confianza pública es, sin duda, un sendero largo, y no hay garantías de que lo logren. Pero, ¿quién no quiere ver a su federación favorita operar bajo un alto estándar moral?
Innovación y compromiso social
Además, las políticas de compromiso social y sostenible se presentan como un cambio muy necesario. El fútbol no debe ser ajeno a los problemas sociales y ambientales que nos afectan. Ya sea mediante la promoción de la actividad física en grupos desfavorecidos o mediante la adopción de prácticas sostenibles en instalaciones deportivas, hay mucho que se puede hacer. Si hay algo de lo que me doy cuenta es que el fútbol puede ser un vehículo potente para el cambio social y el impacto positivo.
¿Te imaginas un torneo local en donde los equipos donan un porcentaje de sus entradas a causas benéficas? O incluso, ¿qué tal unas canchas que produzcan energía solar para sus comunidades? Nuevas ideas como estas demuestran que el fútbol tiene el poder de contribuir al bien común.
Olvidemos el pasado, miremos al futuro
Aunque la nueva junta tiene el difícil desafío de enfrentar los fantasmas del pasado, como la falta de participación inclusiva y problemas de gobernanza, la oportunidad de crear un enfoque fresco y dinámico está ahí. La historia reciente del fútbol español nos ha enseñado que no podemos permitirnos errores pasados. Esto es algo en lo que todos debemos poner atención, porque aunque mucho se ha hablado del cambio, en realidad, el cambio comienza con acciones.
En este viaje hacia la transformación, es imprescindible que los actores involucrados se mantengan honestos y accesibles. Sabemos que siempre habrá críticas, pero si la directiva es transparente y proactiva en sus esfuerzos por resolver cada problema que surja, el apoyo considerable del público podría ser un gran aliado.
Una mirada crítica y esperanzadora
Es fácil caer en la trampa de pensar que, al cambiar los nombres en la cima de la pirámide, automáticamente se solucionarán los problemas. No obstante, todos hemos sido testigos de cómo los cambios superficiales en la estructura de organizaciones no siempre traen consigo el gran cambio que esperamos. Sin embargo, hay motivos para ser optimistas. La cuota de diversidad, el compromiso con la transparencia y la intención de innovar son pasos en la dirección correcta.
Por último, me gustaría plantear una pregunta a ti, querido lector: ¿Qué esperas de esta nueva junta directiva? Personalmente, espero muchas conversaciones fructíferas (y también algunos debates picantes). Porque si algo ha demostrado el fútbol a lo largo de su historia es que, aunque el balón puede rodar en una dirección, los caminos hacia el éxito son varios.
Así que, mientras esperamos a ver cómo se desarrolla esta nueva era bajo el mando de Rafael Louzán y sus vicepresidentes, mantengamos la fe y el deseo de un fútbol mejor, más inclusivo y transparente. Porque después de todo, el fútbol es algo más que un simple deporte; es una parte fundamental de nuestra cultura y una fuente de inspiración para muchos.
La pregunta que siempre resuena es: ¿por qué amamos tanto el fútbol? Tal vez, por su capacidad para unir a la gente y crear momentos inolvidables. Y eso, amigos míos, nunca lo debemos olvidar.