El 6 de enero de 2021, un día que ya está grabado en la memoria colectiva de Estados Unidos, dio inicio a un episodio inquietante que aún deja su rastro en la historia del país. Mientras una multitud de seguidores de Donald Trump asaltaba el Capitolio, el FBI se enfrentaba a un enigma que sigue sin resolución: ¿quién fue el responsable de colocar artefactos explosivos fuera de las oficinas de los comités nacionales demócrata y republicano?
Cuatro años después de este inquietante episodio, nos encontramos con más preguntas que respuestas. En este artículo, vamos a explorar los detalles de esta fascinante historia. Acompáñame, será como darle un paseo al misterio, pero sin el riesgo de que un aparato explosivo se interponga en nuestro camino.
Un vistazo a la noche previa al asalto
Para poner en contexto este acontecimiento, retrocedamos a la noche previa al asalto al Capitolio. El ambiente en Washington D.C. era tenso, no solo por los eventos políticos previstos al día siguiente, sino también por la sombra de la violencia que se cernía sobre la ciudad. De entre esas sombras, un misterioso sospechoso se movía con sigilo, como un ninja del mal, colocando artefactos explosivos en lugares estratégicos.
Este individuo, a quien aún no se ha logrado identificar, fue registrado por las cámaras de vigilancia mientras llevaba una sudadera con capucha gris y una máscara en el rostro. Me imagino que podría haber parecido un participante en un evento de cómic, pero, lamentablemente, este no era un cosplay. La investigación del FBI no se parece a una maratón de superhéroes; es más como una serie de «¿por qué?» y «¿quién?». Y créeme, los “malos” están siempre al acecho.
La búsqueda del sospechoso
El FBI no ha escatimado esfuerzos en su búsqueda del responsable, evaluando más de 600 pistas y revisando alrededor de 39,000 archivos de video. Déjame que respire por un momento… ¡Eso es un montón de archivos! Para los que encontramos nuestro propio desorden digital abrumador, imagina lo era eso para ellos. Pero a pesar de todo ese trabajo, hasta ahora el estudio ha dejado más interrogantes que respuestas. ¿Te has sentido alguna vez como un detective astuto sin poder resolver el caso? ¡Así es como se siente el FBI!
David Sundberg, director asistente a cargo de la oficina de campo del FBI en Washington, ha señalado que no pueden trabajar con suposiciones. ¿Y qué pasa si, tras una gran investigación, encuentran a alguien que solo es un pobre amante de las huellas y los auriculares deportivos? Por no hablar de los medios de comunicación de la derecha que han comenzado a promover teorías de conspiración. Es casi como si quisieran convertir este misterio en una serie de televisión de «El Chiringuito».
¿Qué sabemos sobre el sospechoso?
Uno de los pocos datos que tienen sobre el sospechoso es su altura estimada: aproximadamente 1,73 metros (5 pies y 7 pulgadas). Si la moda de las sudaderas con capucha se hubiera mantenido popular en los años 90, habría un millón de sospechosos, pero, afortunadamente, hay una cosa que lo distingue: un par de Nike Air Max Speed Turf que hacían un guiño desde el fondo del armario. ¡Así es, los zapatos! El FBI ha completado una evaluación minuciosa sobre esas zapatillas, subrayando que se vendieron menos de 25,000 pares del mismo modelo entre agosto de 2018 y enero de 2021.
¿Alguna vez te has puesto un par de zapatos y te han hecho sentir como un superhéroe? O puede que ese talón de apoyo sea lo que mantiene nuestros peores días a raya. Pero en este caso, esos zapatos no son solo un accesorio; podrían ser la pista que necesita el FBI.
Un vistazo al artefacto explosivo
Todo comenzó cuando se descubrieron dos artefactos explosivos cerca de las oficinas de los comités del Partido Demócrata y el Partido Republicano en la noche del 5 de enero. Al parecer, nadie resultó herido, aunque ambos dispositivos tenían potencial letal. Visualízalo por un segundo: una noche en la que todo parecía normal y, de repente, sigilosamente, las sombras se vuelven activas.
Kamala Harris, la entonces vicepresidenta electa, estuvo en las proximidades cuando el primer artefacto fue desactivado alrededor de la 1:05 p.m. del 6 de enero, justo cuando Charlie, el préstamo de casa de mi amigo, se pelea con los papeles para decidir si tomar la hipoteca o no. Pero, a diferencia de este último asunto, el mismo momento estuvo cargado de tensión y peligro.
Siempre hay un momento crítico; una línea entre lo que podría haber sido una tragedia y lo que en última instancia se convirtió en, por decirlo de manera suave, un momento de reflexión sobre la seguridad.
Desentrañando la telaraña de desinformación
A medida que el FBI continuaba su búsqueda, los legisladores republicanos comenzaron a criticar la seguridad del Capitolio. ¿Dónde estaba la seguridad en el momento crítico? Fue un error humano monumental, pero el tema es que no está claro cómo y por qué pasaron 17 horas antes de que se descubrieran las bombas. ¿Alguien se olvidó de hacer una ronda de verificación, o lo más probable es que todo el mundo estaba demasiado ocupado? Una imagen distante de la administración que se siente un poco como si un niño hubiera dejado caer su helado en el suelo y se negase a mirar.
La pregunta entonces es: si todo el mundo quiere encontrar al sospechoso y poner fin a este misterio, ¿por qué se han ido creando teorías de conspiración? Tal vez porque es más fácil creer en lo ficticio que enfrentarse a la cruda realidad.
El futuro de la investigación
El FBI, por fortuna, tiene la mirada fija en este caso. Al igual que las temporadas de nuestras series de televisión favoritas –y lo admito, estoy esperando con ansias la próxima serie– no esperan que el paso del tiempo disminuya su enfoque. Aún no se sabe quién es el sospechoso, pero el compromiso del FBI es firme.
Con el presidente Trump, regresando a la Casa Blanca el 20 de enero, el FBI enfatiza que esto no obstaculizará la investigación. Es en este punto donde me gustaría preguntarte: ¿qué piensas tú? ¿Debería el FBI enfocarse en este caso, o podríamos estar mejor resolviendo otros desastres?
A pesar de lo que pienses, hay que reconocer que el FBI enfrenta un camino difícil. Han investigado más de 1,000 entrevistas y han recolectado datos que son menos que concluyentes. Esto no es como buscar una aguja en un pajar; esto es como buscar toda una granja de aguijones en un campo de flores.
Reflexiones finales
Lo que comenzó como una obsesión por un misterio se ha convertido en una narrativa más grande que los propios eventos del 6 de enero. Las preguntas de quién, por qué y cómo permanecerán; al final, la historia del asalto al Capitolio es un capítulo que aún no ha concluido. Cada descubrimiento, cada pista y cada sesión informativa nos aclara la realidad en que nos encontramos y la fragilidad de la democracia.
Si hay algo que hemos aprendido es que los secretos pueden esconderse en las sombras, mientras que la verdad, por cruel que sea, siempre tiende a brillar. Lo único que podemos hacer, como sociedad, es seguir preguntando, buscando y, tal vez, ser un poquito más divertidos mientras lo hacemos. Así que, cuando toda esta locura se disipe, ¿qué tipo de historia quieres contar sobre el capítulo más inquietante de la historia moderna de Estados Unidos?
Ahora, por favor, pasemos a revisar esas zapatillas y hagamos lo correcto: mantengamos a los misterios en la ficción y a la justicia en la realidad. ¡Hasta la próxima!