¿Recuerdas ese momento incómodo en una fiesta donde todos hablan de vacunas y tú estás más perdido que un pez en una fiesta de gatos? Bueno, si alguna vez te has sentido así, no te preocupes. A medida que el mundo avanza hacia un futuro más saludable, el tema de la vacunación, especialmente en adultos, está más presente que nunca. Y es que a pesar de los avances logrados en el campo de las vacunas infantiles, parece que los adultos siguen siendo un misterio para los sistemas de salud. ¿Por qué es tan difícil alcanzar esos %75 de cobertura recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS)?

La realidad del mundo de la vacunación: ¿qué nos dice la pandemia?

La pandemia de COVID-19, irónicamente, nos sacó del estancamiento en la cobertura de vacunas. En un momento, nos vimos obligados a darle un giro a nuestras prácticas y a involucrarnos de lleno en la salud pública. Sin embargo, las estadísticas no mienten. Según datos del Ministerio de Sanidad, durante la campaña 2023-2024, más del 50% de la población diana, es decir, aquellos que deben recibir la vacuna, no se protegieron de la gripe. Todo esto ocurre mientras celebramos el 50 aniversario del calendario de vacunación infantil en España. Curioso, ¿no? Pareciera que nuestros pequeños estaban más preparados para enfrentar los virus que nosotros, sus mayores.

La voz de los expertos: donde hay preocupaciones, hay respuestas

Durante el Congreso Virtual en Vacunas de este año, María Pilar Arrazola, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital 12 de Octubre en Madrid, expresó su preocupación: “Las coberturas actuales son insuficientes”. Este llamado de atención nos recuerda que necesitamos mirar más allá de la vacunación infantil. Nos cuentan que un 34% de la población adulta no se ha vacunado contra la gripe. ¡Eso es un número alarmante!

Fernando Moraga-Llop, pediatra y portavoz de la Asociación Española de Vacunología (AEV), subraya que la gripe es un buen indicador de la salud vacunal en adultos. Y aunque en España estamos con un promedio razonable comparado con otros países de Europa, todavía estamos lejos de ese 75% recomendado. ¿No te parece un poco irónico que los adultos nos olvidemos de la importancia de vacunarnos, cuando estamos tan preocupados por los menores?

Vacunas en adultos: un panorama desalentador

Pero la cosa no se queda únicamente en la gripe. El análisis de cobertura vacunal en adultos va mucho más allá. En el caso de la COVID-19, menos de un 50% de los mayores de 60 años recibieron las dosis adaptadas necesarias para enfrentar las variantes. Y en otros casos como el herpes zóster o la neumonía por neumococo, las cifras no mejoran. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, la cobertura vacunal de herpes zóster no llegó ni al 50% para adultos con condiciones de riesgo. ¿Te imaginas si lleváramos a cabo una encuesta sobre esto? “Perdón, ¿vacuna? ¿qué es eso?” se escucharían muchas respuestas.

Las razones del estancamiento: historia y cultura

Entonces, ¿por qué no estamos alcanzando esas cifras tan necesarias? Una de las claves expuestas por los expertos es la falta de información y la historia del calendario vacunal en España. Desde que se implementó en 1963, el enfoque estuvo generalmente en los niños. Pero, vamos, ¿de verdad creemos que solo ellos pueden beneficiarse de las vacunas? Aunque parece que hay un creciente interés en la vacunación a lo largo de la vida, esta “cultura de la vacunación” aún no se ha arraigado en la mente de muchos adultos. ¿Cuántas veces has oído a alguien decir: “Estoy bien, no necesito una vacuna”?

Moraga-Llop menciona que en su perspectiva, falta un cambio de mentalidad. Es como si los adultos no solo aseguran su salud, sino también la salud de los suyos. Si tú, como adulto sano, decides no vacunarte, ¿realmente estás protegiendo a los que están a tu alrededor? La respuesta, aunque incómoda, es no.

Los sanitarios y el ejemplo que nunca predicaron

Resulta que los trabajadores de la salud también son parte del problema. ¡Menos de la mitad se vacunan contra la gripe! Inmaculada Cuesta, del Consejo General de Enfermería, resalta que los profesionales deberían estar al frente en la promoción de la vacunación. ¿Qué mensaje le estamos enviando a la sociedad si quienes están en la línea del frente no validan la importancia de las vacunas? Es como si fueran piratas en el océano de la salud, sin miedo a las tormentas, mientras los demás se quedan en puerto, asustados.

El papel crucial de la educación y la cultura

La solución parece radicar en la educación y el cambio de estrategia. Los expertos sugieren que hay que “sacar las vacunas de los centros de salud” y ofrecerlas en lugares donde los adultos se reúnen por ocio, deportes, etc. ¿Te imaginas una clínica de vacunación en un evento deportivo? ¡Hasta podrías recibir un regalo! Esta estrategia puede ayudar a romper la barrera del “no tengo tiempo” o “no lo veo necesario”.

Además, los estudios demuestran que la recomendación de enfermeras puede aumentar significativamente las tasas de vacunación. Pero no solo es cuestión de informar. Hay que presentar la información de forma atractiva. Porque, seamos sinceros, a todos nos gusta recibir información en un formato que no nos haga sentir como si estamos en clase de matemáticas.

La importancia de la promoción efectiva de la vacunación

En el mundo de las redes sociales y la información instantánea, las campañas deben ser creativas y accesibles. Ya no podemos hablar de “vacunas de recuerdo”, necesitamos hablar de “vacunas actualizadas”. La pandemia trajo consigo la necesidad de cambiar la narrativa, un concepto que, en el ámbito de la vacunación, resulta esencial.

Entonces, ¿cuál es nuestra conclusión? La responsabilidad no solo recae en los profesionales de la salud, sino también en la sociedad en su conjunto. Necesitamos unir esfuerzos y trabajar juntos para aumentar las tasas de vacunación. Porque a fin de cuentas, hemos aprendido que algunos se olvidan de las enfermedades, pero las enfermedades nunca se olvidan de nosotros.

Un llamado a la acción

Así que aquí viene la pregunta del millón: ¿qué podemos hacer nosotros, como ciudadanos, para fomentar esta cultura de vacunación? Una idea sería hablar abiertamente sobre el tema con amigos y familiares. Compartir información verificada y acercar el tema a quienes tal vez se encuentran perdidos en la fiesta de la vida, hablando de cosas que realmente no les afectan, como el clima o el último algoritmo de Tik Tok.

La realidad es clara: una buena cobertura vacunal no solo es fundamental para nuestra salud, sino también para la salud de la comunidad. Cada vez que te vacunas, no solo te proteges a ti mismo, sino también a aquellos que te rodean.

Conclusión

En este viaje hacia una mejor salud pública, nuestro enfoque debe ser claro: educar, informar y vacunar. La labor no es tan solo de los profesionales de la salud, sino también de cada uno de nosotros. La vacunación no es un tema del pasado; es un asunto presente y urgente. Y en este mundo donde la salud colectiva es más importante que nunca, es nuestra responsabilidad actuar.

Así que, la próxima vez que encuentres ese momento incómodo en una conversación sobre vacunas, ¡no dudes en actuar! Convierte la incomodidad en conversación, la conversación en comprensión y la comprensión en acción. Si podemos aprender algo de esta nueva era de vacunas, es que juntos, realmente podemos vencer a las enfermedades y proteger lo que más amamos.