En un mundo donde la desinformación se propaga más rápido que un vídeo viral de gatitos en redes sociales, el gobierno español ha decidido que ya es hora de tomar cartas en el asunto. La reciente propuesta de Pedro Sánchez consiste en imponer límites a los gastos en publicidad de las administraciones públicas y establecer una estrategia nacional para enfrentar las campañas de desinformación. ¿Suena bien, verdad? Pero, ¿realmente estas medidas son suficientes para erradicar el problema? Acompáñame en este viaje donde exploraremos estos nuevos límites y estrategias, mientras hacemos algunas reflexiones que podrían hacerte reír… o llorar.

¿Por qué es tan importante abordar la desinformación?

Primero, hagamos un repaso rápido sobre por qué la desinformación es un problema tan crítico. Recuerdo una vez que, en plena pandemia, recibí un mensaje de un amigo que aseguraba que dormir con un trozo de ajo debajo de la almohada podría protegernos del Covid-19. Mientras me reía, pensé: «¿En serio estamos tan perdidos?» Esto solo me llevó a preguntarme: ¿Cómo puede ser que una simple pseudociencia tenga más impacto en algunas personas que la información verificada?

La desinformación no solo se limita a teorías absurdas como esa; también afecta decisiones cruciales sobre la salud, la política y la economía. La UNESCO ha definido que la desinformación puede extenderse a través de «fake news» que dañan la integridad de las democracias y, en última instancia, afectan a nuestras vidas cotidianas. Así que, si el gobierno se preocupa por esto, debería ser un motivo de celebración.

Las medidas propuestas: límites y estrategias

Las dos medidas propuestas por Pedro Sánchez son:

  1. Límites económicos a las administraciones públicas en gastos de publicidad.
  2. Una estrategia nacional de lucha contra las campañas de desinformación.

Límites económicos a los gastos en publicidad

Esta primera medida puede parecer más un intento de ahorro fiscal que un verdadero cambio en la lucha contra la desinformación. Pero, ¿acaso no tiene sentido que se reduzcan los gastos innecesarios? ¿Cuántas veces hemos visto anuncios de las administraciones que podrían haber sido mejor invertidos en, no sé, ayudar a las pequeñas empresas durante una crisis?

Imponer límites a estos gastos también puede contribuir a una mayor transparencia. A menudo, sentimos que el dinero de nuestros impuestos se malgasta, y no hay nada más irritante que ver anuncios costosos en medios que, para ser sinceros, no son tan populares. Algunos dirían que es como comprar una bolsa de patatas fritas gourmet y comerlas en el sofá de casa, en lugar de salir a compartirlas con amigos. ¿No es más satisfactorio disfrutar de esas delicias en buena compañía?

Estrategia nacional contra la desinformación

La segunda medida, la creación de una estrategia nacional para luchar contra las fake news, parece un paso más serio. La idea de tener un plan estructurado para combatir la desinformación suena, por lo menos, necesaria. Pero, ¿será efectivo? ¿Quién decide qué es verdad y qué es mentira?

En este sentido, pueden surgir dudas y frustraciones. He visto noticias tantas veces «desmentidas» que el proceso parece como tratar de tapar un agujero en un barco que se hunde. Un colega mío decía que a veces necesita un manual de usuario para interpretar la información; y no le falta razón.

En el contexto actual, donde figuras como Bill Gates o Elon Musk son fuente de teorías conspirativas, el desafío radica en formar a la ciudadanía. La alfabetización mediática debe ser parte de esa estrategia. Si no le enseñamos a la gente a analizar la información críticamente, será como ofrecer un pirómano un litro de gasolina y esperar que apague el fuego.

¿Qué dicen los expertos?

Varios expertos han comentado sobre el efecto potencial de estas medidas. Por ejemplo, Miguel Ángel Medina, un colega periodista que ha estado en la trinchera de la desinformación desde hace años, menciona que “si bien son pasos en la dirección correcta, es crucial tener un enfoque integral”. Esto suena como la típica respuesta diplomática, pero tiene su peso. La educación, el compromiso social y la colaboración entre plataformas también son fundamentales.

Historias de éxito

A lo largo del mundo, varios países han implementado estrategias para combatir la desinformación con distintos resultados. Por ejemplo, Finlandia ha sido modelo a seguir en educación mediática, donde los jóvenes reciben formación especializada para poder identificar noticias falsas desde temprana edad. Aquí, una pregunta viene a la mente: ¿podremos tener un sistema similar en España que forme futuros detectives de noticias?

Es interesante observar que, en un pequeño país como este, han logrado que por ser una nación pequeña, la información falsa se enfrenta a un impacto menor. Su nivel educativo es elevado, e incluso han incluido la lucha contra la desinformación en el currículum escolar. Modelos así deberían servir de inspiración para nuestros futuros planes.

Un llamado a la acción

Así que, querido lector, al final del día, ¿qué podemos hacer nosotros, como ciudadanos responsables, para ayudar a combatir la desinformación? La respuesta puede parecer sencilla pero requiere de esfuerzo:

  1. Verificar las fuentes y no dejarse llevar por el “titular atractivo”.
  2. Educar a nuestros círculos cercanos sobre cómo identificar noticias falsas. Tal vez esa tía que siempre comparte las últimas “noticias” de Instagram pueda ser nuestra primera tarea.
  3. Promover la transparencia y la ética en los medios de comunicación. La honestidad es contagiosa, ¡hagan que se propague!

Reflexiones finales

Las propuestas del gobierno español son un buen comienzo, pero no son mágicas ni exterminarán la desinformación de un día para otro. Como bien se dice, «Roma no se construyó en un día». Este es un esfuerzo que requiere participación activa de todos, desde las instituciones hasta los ciudadanos de a pie.

De manera honesta, la lucha contra la desinformación es un camino lleno de altibajos. Habrá momentos en que sentiremos que todo es en vano, pero la resiliencia de la comunidad puede hacer, a mediano y largo plazo, una gran diferencia. ¿Necesitamos más acciones como estas? Definitivamente. Y ahora, por favor, me gustaría que me compartas tus pensamientos en los comentarios. ¿Qué piensas de estas medidas? ¿Son suficientes? ¿O tal vez sueñas con un mundo donde los bulos se hacen reales solo en las películas de Hollywood?

En fin, mientras esperamos que el gobierno implemente cambios tangibles, recordemos que combatir las mentiras comienza con la verdad. ¡Hasta la próxima!