Es casi como si la Fórmula 1 tuviera su propio ciclo de renacimiento, parecido a esos revivals que vemos en la televisión, cuando series icónicas regresan para mostrarnos una nueva versión de su magia. Y es que después de años de tribulación y decepciones, la escudería McLaren finalmente ha encontrado su camino de regreso a la cima. Pero, ¿qué es lo que realmente ha transformado a este gigante del automovilismo, que parecía destinado a ser una sombra de su antiguo yo? La respuesta se encuentra en la figura de Zak Brown, un líder apasionado que ha sabido aprovechar tanto su vasta experiencia como su infinito amor por las carreras. Así que acompáñame en este viaje a través de la historia de McLaren y su evolución, mientras exploramos las lecciones que podemos aprender en el camino.

De la gloria al abismo

Desde 1998, McLaren había sido la escudería más exitosa después de Ferrari, llevándose el prestigioso Mundial de Constructores. Pero, como todos sabemos, los giros del destino pueden ser crueles. ¿Recuerdan ese momento en que tus amigos te prometen ver la serie que está en tendencia, pero terminan viendo el rerun de «Friends» por enésima vez? Esa, mis amigos, es la sensación que tenía McLaren hace un par de años. Por no mencionar que el sueño de ver de nuevo a un coche naranja cruzando la línea de meta en primer lugar parecía cada vez más lejano.

La pregunta que cualquiera podría hacerse es: ¿cómo un equipo con tanta historia y éxito llegó a convertirse en un acabado desastre deportivo? En 2017, McLaren se encontraba en una relación tóxica con su proveedor de motores Honda. La falta de resultados y patrocinadores se había hecho evidente, como esa pareja que promete mejorar pero en realidad no hace más que sentarse en el sofá a ver programas de concursos.

El nuevo viento que sopla en Woking

Y en medio de este caos, llegó Zak Brown. Un tipo al que conocí de cerca en mi época laboral en una empresa de marketing deportivo. Tengo que admitir que, al principio, me asustó un poco la idea de que alguien tan carismático y estadounidense tomara el timón de un equipo británico. Pero a medida que lo observaba trabajar, me di cuenta de que su vitalidad y pasión eran exactamente lo que McLaren necesitaba. ¿Acaso no ocurre a menudo que lo inesperado tiene un efecto renovador?

Zak, apodado con cariño «el mago de Woking», ha tenido que afrontar un verdadero campo de minas. La escudería había quedado relegada a un oscuro quinto lugar, y aunque muchos lo veían como una apuesta arriesgada el fichaje de un nuevo director, Brown no se dejó llevar por el pesimismo. En lugar de ocultarse detrás de cifras y estadísticas deprimentes, decidió que había que hacer algo diferente.

Sabiduría de la humildad: el arte de saber ceder

Una de las lecciones más valiosas que aprendí trabajando con Zak es la importancia de trabajar en equipo, incluso cuando uno tiene un ególatra que parece rodearlo todo. A menudo, las mejores ideas provienen de los que menos protagonismo tienen. Este es exactamente el enfoque que Brown adoptó al hacerse cargo de McLaren, pues se rodeó de personas como Andreas Seidl y Andrea Stella, quienes se encargaron de la parte técnica y competitiva del equipo mientras él se concentraba en atraer patrocinadores y mejorar la imagen de McLaren.

¿Saben?, hay una frase popular que dice que «no puedes ser el mejor en todo». Y qué razón tiene. Desde su esmerada capacidad para escuchar y apreciar el talento, Zak Brown ha demostrado que incluso los grandes líderes pueden dar un paso atrás y dejar que su equipo brille. Esto es especialmente crucial en un entorno tan turbulento, donde las emociones pueden alborotarse más rápido que los motores de un Fórmula 1 al arrancar.

Del desastre a la gloria: una estrategia bien pensada

Volviendo a los días oscuros, la llegada de Brown a McLaren no fue más que el primer paso en un largo camino hacia la redención. Uno de los mayores retos que enfrentó fue recuperar la confianza y el interés de los patrocinadores. En el pasado, había más patrocinadores que coches en la parrilla, pero las cosas habían cambiado drásticamente.

Brown es un hombre de acción. No se sentó a quejarse sobre la situación. En lugar de eso, trabajó incansablemente para revitalizar la imagen de McLaren. Hace unos años, cuando se celebró el Gran Premio de Mónaco, por citar un evento icónico de la temporada, la escudería apenas podía atraer a los paparazzi. ¿Se imaginan eso? McLaren en Mónaco y nadie interesado en su historia.

A través de su liderazgo y su capacidad de persuasión, Brown comenzó a atraer a nuevos patrocinadores, recuperando el brillo que McLaren había perdido. Y así, con cada nuevo acuerdo, se sentía como si la escudería estuviera recuperando su lugar en el firmamento del automovilismo, como si de una resurrección se tratara.

La evolución de McLaren: más que solo un coche rápido

Con el paso de los años, McLaren se ha puesto al día en tecnología y diseño, no solo en la pista, sino también en términos de branding. ¿Recuerdan esos días en que los coches se veían más bien como un lienzo en blanco que como lo que deberían ser? Ahora, la imagen de McLaren es tan cautivadora como un spot publicitario de televisión, captando la atención en cada rincón del deporte.

La escudería ha logrado dar un giro impresionante, convirtiéndose en una de las más aclamadas por los fanáticos, no solo por su desempeño en la pista, sino también por su compromiso con la sostenibilidad y la innovación. En un mundo donde la conciencia ambiental está tomando un papel protagónico, McLaren se ha volcado a implementar prácticas más sostenibles en su operación. ¿Quién dice que los deportes de motor no pueden ser responsables también?

El impacto en la imagen del automovilismo

Si hay algo que he aprendido en el transcurso de esta historia es que el automovilismo sigue siendo un deporte lleno de pasión y emociones. La temporada de 2024 fue un verdadero testimonio de lo que puede suceder cuando las piezas correctas encajan en el lugar adecuado. McLaren, bajo la tutela de Brown, ha demostrado que el trabajo duro y la voluntad de cambiar pueden traer recompensas que a veces son simplemente inimaginables.

Imagina ganar el título mundial y los medios clamando por tu nombre. Para Zak Brown, ese momento será una validación de todos los años de esfuerzo. La reflexión final puede ser si este nuevo éxito marcará el comienzo de una era dorada para McLaren, similar a lo que vivió en los 80 y 90.

Conclusión: lecciones que van más allá de la pista

A medida que cierro este capítulo de mi escritura, me doy cuenta de que la historia de McLaren y Zak Brown es más que un relato de coches rápidos y trofeos brillantes. Es una lección sobre cómo la perseverancia y la capacidad de adaptación son elementos esenciales para el éxito, ya sea en el deporte, la vida personal o nuestros trabajos. No hay un camino directo al éxito, pero con pasión, perseverancia y la voluntad de aprender, cualquier meta es alcanzable.

Y aunque puede que no todos estemos buscando un trofeo, todos estamos en nuestras propias carreras, ¿verdad? Así que, para aquellos de ustedes que están persiguiendo sus sueños, recuerden: el equipo detrás de un líder es tan importante como el propio líder. Y que todos, al final del día, estamos en la misma carrera. ¿Quién está listo para dar su próxima vuelta? 🏁