Marruecos, un país con una rica mezcla de tradiciones ancestrales y un deseo ferviente de modernización, está atravesando un momento crítico en su historia legislativa. En un esfuerzo por abordar las demandas de los colectivos feministas y los defensores de los derechos humanos, el Gobierno marroquí ha presentado una nueva reforma de su Mudawana, la ley de familia que se ha debatido en ocasiones anteriores. Lo que es más, esta reforma no solo se centra en temas que atraen el foco mediático, como el matrimonio y la poligamia, sino que también toca cuestiones más sutiles como la herencia y los derechos de las mujeres.

Pero, ¿qué significa realmente esto para las mujeres y la estructura familiar en Marruecos? ¡Acompáñame en este recorrido por la nueva ley y sus implicancias!

Un cambio necesario en el matrimonio: ¿hacia dónde vamos?

Uno de los puntos más discutidos de la nueva reforma es la restricción de la poligamia y la modificación de la edad mínima para contraer matrimonio. La propuesta establece que la edad mínima para contraer matrimonio será de 18 años, mientras que se permite excepciones para los jóvenes de 17 años, pero con condiciones. Esto significa que cualquier intento de matrimonio a esta edad debe pasar por la aprobación de la primera esposa en el caso de la poligamia, un cambio que claramente busca empatizar con las mujeres en estas relaciones. ¡Es casi como si Marruecos estuviera enviando un mensaje de “Aquí también importan tus sentimientos, querida primera esposa!”!

Como cualquier amante de las historias de amor sabe, los matrimonios polígamos pueden parecer complicados a primera vista. Sin embargo, al otorgar más voz a las mujeres, Marruecos está abriendo un espacio para el diálogo que antes parecía estar sellado.

Reflexión personal: el amor no es un carrito de compra

Recuerdo una conversación que tuve con una amiga hace unos años, quien, tras vivir en un entorno con prácticas de matrimonio polígamo, expresó su opinión sobre el tema. “El amor no es un carrito de compra”, dijo mientras removía su café. A veces, hay que sentarse a repensar lo que la cultura nos ha enseñado. Este tipo de reflexiones son importantes; Marruecos, al ajustar su legislación, se adentra en discusiones necesarias sobre relaciones y derechos.

La herencia: un cambio de script

La nueva reforma también ha traído a la superficie un debate que se remonta a siglos: la igualdad en la herencia. El ministro de Asuntos Islámicos, Ahmed Tawfiq, ha sido claro al declarar que el principio según el cual «los herederos varones reciben el doble que las mujeres» del Corán contradice cualquier esfuerzo por establecer la igualdad de género en este ámbito. Esto puede sonar como un golpe para quienes abogan por la paridad, pero no todo está perdido.

La propuesta sugiere alternativas, como permitir a los padres biológicos proporcionar un legado a sus hijos más allá de la herencia básica del Corán. Esto incluye la posibilidad de realizar donaciones o testamentos que aseguren derechos sucesorios a las hijas, algo que marcaría una pequeña, pero significativa, revolución en el tratamiento de las mujeres dentro de la estructura familiar.

Una historia de herencia y herederos

Me recuerda a mi propio proceso familiar, cuando un abuelo decidió dejar su pequeña colección de monedas viejas a mis primos varones. “Oh, claro —dije—, porque las monedas no tienen valor en un álbum de recortes”. Puede parecer un chiste, pero ese acto me hizo reflexionar sobre cuánto se valoran las aportaciones de las mujeres en el hogar, incluso cuando no son tangibles. Espero que nuevas legislaciones como esta ayuden a cambiar esa percepción, de la misma forma que una simple moneda puede tener un significado profundo.

Más derechos para las mujeres: un avance necesario

Más allá del matrimonio y la herencia, la reforma aborda importantes cuestiones de custodia y tutela. Ahora se propone que las mujeres mantengan derechos sobre sus hijos en caso de separación y que no pierdan su patria potestad si se vuelven a casar. Este es un aspecto trascendental, porque en muchas ocasiones, el sistema legal se ha visto como un aliado de la opresión más que de la igualdad.

Este tipo de cambios en la ley permiten que las mujeres tengan la posibilidad de construir sus propias vidas con mayor seguridad. Imagina ser una madre que ha dedicado años a criar a sus hijos, solo para perder su derecho cuando decide rehacer su vida. La vida ya es bastante complicada; este tipo de legislaciones deberían ser las que salvaran a las mujeres de situaciones adversas.

Un delicado equilibrio: religión y modernidad

La reforma ha sido un complicado baile entre postulados religiosos y un intento de avanzar en derechos. El rey Mohamed VI ha jugado un papel crucial en este baile, tratando de equilibrar la opinión pública y el consejo del Consejo Superior de Ulemas, la máxima autoridad religiosa del país. Al intentar mantener en equilibrio las posturas liberales y conservadoras, se asegura que se fomente el progreso sin alejarse del contexto cultural.

¡Hasta un rey puede andar en la cuerda floja! Me resulta fascinante pensar en cómo un monarca debe mediar entre diversos sectores de la población. Su trabajo, a veces, parece el de un malabarista en un circo, equilibrando intereses poderosos sin dejar que todo se derrumbe.

Desafíos por delante: ¿qué esperar del futuro?

A pesar de todos estos cambios, hay un camino lleno de desafíos por delante. Aunque se han realizado grandes avances, parte de la sociedad marroquí sigue resistiéndose a estos cambios, y otros problemas persisten a nivel social. ¿Cómo superar estos prejuicios culturales y hacer frente a la arraigada tradición del patriarcado?

Esto requiere un esfuerzo conjunto entre el gobierno, la sociedad civil, y las comunidades religiosas. Las organizaciones feministas han tenido un papel fundamental en esta transformación, y será crucial que continúen asistiendo en el seguimiento de las implementaciones de derecchos.

Reflexión final: de lo personal a lo colectivo

Hay algo catártico en el acto de rebatir la noción de que el verdadero propósito de una mujer sea exclusivamente ser madre y esposa. Mientras escucho historias de mujeres que están desafiando las expectativas sociales, desde pequeñas empresarias hasta líderes comunitarias, veo un cambio en la narrativa que nunca se había contado de esta manera.

Este es un viaje que se está construyendo a partir de cambios legislativos, pero también de historias personales. ¿Quién iba a pensar que un pequeño cambio en la ley podría tener un efecto dominó en la vida de tantas mujeres? Las historias de éxito y resistencia seguirán fluyendo, creando un espacio donde cada voz cuenta y cada historia importa. Porque, al final del día, todos queremos ser escuchados y respetados.


Así, la nueva legislación en Marruecos no solo busca establecer un nuevo marco legal, sino también una nueva narrativa sobre lo que significa ser mujer en un contexto que une tradición y modernidad. Se avecinan tiempos desafiantes, pero también emocionantes, llenos de oportunidades para el progreso y la equidad. Estoy seguro de que este no es el final, sino el principio de un camino más brillante para las futuras generaciones en Marruecos. ¡Así que abróchense los cinturones y disfruten del viaje!