La literatura y el teatro poseen una increíble capacidad para reflejar las realidades de la sociedad, y pocas veces vemos esta conexión de manera tan cruda y conmovedora como en la obra ‘Primera sangre’ de María Velasco. Ganadora del Premio Nacional de Literatura Dramática 2024, Velasco ha logrado, con un enfoque personal y un estilo único, abordar no solo la violencia que sufren las mujeres, sino también las complejidades de la vida que enfrentan. Pero, ¿cómo se logra esto en el escenario? ¿Qué historias nos invita a confrontar? Acompáñame en este recorrido.
Una obra que obliga a reflexionar
Con un galardón que destaca la exquisita delicadeza y el dialogo directo de ‘Primera sangre’, no es de extrañar que esta obra haya dejado huella, tanto en la crítica como en el público. La pieza fue estrenada en abril en el Centro Dramático Nacional, proporcionando un escenario ideal para mostrar su poderosa narrativa. La obra se basa en un trágico suceso real: el asesinato de Laura Domingo, una niña de seis años, que tuvo lugar en el Burgos natal de Velasco en 1991. En este sentido, Velasco logra unir su experiencia personal como niña de la misma edad y lugar, creando un profundo sentido de empatía y conexión.
Permíteme ser honesto aquí: leer sobre el abuso y la violencia puede ser doloroso, casi insoportable. Pero aquí está el truco: a menudo, enfrentamos esos miedos y dramas auditivamente cómodos sin darnos cuenta de cuánto influyen en nuestras vidas. ¿No es irónico? Nosotros, como sociedad, preferimos ver la vida a través de una lente de felicidad, mientras ignoramos las sombras que crecen en los rincones oscuros.
Un eco de la realidad social
La obra ‘Primera sangre’ nos confronta con el horror de la violencia contra las mujeres, un tema que podría ser fácilmente pasado por alto en el ajetreado mundo del entretenimiento. Velasco se atreve a mirar de frente, abordando el dolor y la angustia que muchos prefieren ignorar. En sus propias palabras: “Algunas niñas entendimos que el miedo y toda esa custodia que parecía que era imprescindible para vivir, lo que estaba haciendo era quitarnos la vida”.
Esta habilidad para hacer tangible el miedo es una de las aportaciones más significativas de Velasco al ámbito teatral. Por supuesto, cuando hablamos de temas tan pesados, siempre hay espacio para un poco de humor. Me viene a la mente un viejo chiste: ¿por qué los dramaturgos nunca quedan bien en una pelea? ¡Porque siempre terminan en un drama! A veces, incluso los temas más oscuros necesitan un poco de luz, pero ¿cómo puedes poner luces en algo tan sombrío?
Más allá de la tragedia: una mirada crítica hacia el abuso
El compromiso de Velasco con lo que ella llama «contraeducación» trasciende la obra Primera sangre. En su obra anterior, ‘Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra’, también explora la violencia de género, el abuso y la prostitución, mostrando una perspectiva feminista que invita a la reflexión. Esta constante necesidad de abordar temas esenciales revela su pasión por el arte como una herramienta para desafiar el statu quo.
Y aquí es donde entramos en la pregunta del millón: ¿el teatro puede cambiar la percepción social? ¿Puede realmente impactar las mentes y los corazones de aquellos que eligen no ver? Muchas veces, somos un producto de nuestro contexto social; sin embargo, con relatos como los de Velasco, se nos da la oportunidad de reexaminar nuestras creencias y condiciones.
María Velasco: el currículo que respalda su voz
Si bien la trama de Primera sangre es el alma de la obra, es la autora, María Velasco, quien verdaderamente aporta profundidad a las palabras en el escenario. Doctora en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense y con un máster en Práctica Escénica y Cultura Visual, su trayectoria no solo incluye la dramaturgia, sino también estudios sobre cine y numerosos ensayos. Es difícil no sentir un poco de envidia por su talento, sinceramente.
Al mirar la lista de sus logros, desde el Premio Max Aub-Ciutat de València (2017) hasta el Internacional Heidelberger Stückemarkt (2022), uno se da cuenta de que el reconocimiento va más allá de simples galardones. Representa una voz que puede y debe ser escuchada. ¿Quién no quiere estar a la altura de sus propias expectativas, especialmente cuando una mujer tan talentosa y dedicada muestra el camino?
Un camino en la producción y la dirección
Desde 2023, Velasco también ha comenzado a producir y dirigir sus propios espectáculos, llevando su visión artística un paso más allá. Nos recuerda que no solo es esencial contar historias, sino tener el poder de moldearlas. ¿No es emocionante pensar que el futuro del teatro podría estar en manos de alguien que no teme explorar las profundidades de la experiencia humana?
El Centro Dramático Nacional brinda un espacio donde los dramas de la vida se escenifican, y en esta plataforma, Velasco ha decidido no solo contar historias, sino también crear conciencia acerca de tópicos difíciles. Su trayectoria, sin duda, está elevando el estándar sobre lo que el teatro puede y debe hacer.
Estrés, expresiones y preguntas esenciales
En nuestra vida diaria, luchamos con el estrés, el dolor y la violencia que a menudo se presentan en formas sutiles. Pero la verdad es que no estamos solos. Cada emoción compartida en el escenario de ‘Primera sangre’ resuena con nuestras propias experiencias. Por eso, es crucial hacer preguntas y, a menudo, no tomar respuestas simples.
Así que, ¿cómo podemos usar el arte para confrontar estas verdades? ¿Está el teatro efectivamente en la cúspide de un cambio social, o solo sirve como una especie de cápsula del tiempo para las angustias de nuestra época? Aquí es donde entra la magia del teatro; puede servir de refugio y de espejo, permitiéndonos mirar dentro de nosotros mismos y descubrir lo que necesitamos ver. Claro, ver una representación de la violencia puede ser abrumador, pero ¿no es peor permanecer en la ignorancia?
La lucha continúa: ¿qué podemos hacer?
Mientras celebramos los logros de María Velasco y su poderosa obra ‘Primera sangre’, es importante recordar que su trabajo sólo es efectivo si nos inspira a actuar y reflexionar. Como espectadores, debemos preguntarnos: ¿cómo podemos aplicar estas lecciones a nuestra vida diaria? ¿Estamos dispuestos a escuchar las historias que nos rodean y aportar nuestro granito de arena?
Las obras de teatro son una forma de activar la empatía, de conectarnos con la lucha de otros y de recordar que cada historia tiene el potencial de cambiar mentes y corazones. Si podemos aprender algo de la profundidad de Primera sangre, es que la violencia contra las mujeres y la búsqueda de justicia son temas que no solo deben ser explorados en un escenario, sino que también deben ser abordados en nuestras comunidades, escuelas y hogares.
Conclusión: un llamamiento a la acción
María Velasco ha transformado su dolor y experiencia personal en un vehículo poderoso para la reflexión. A través de su creatividad, ha abierto la puerta para que muchos enfrentemos el dolor que a menudo preferimos ignorar. Su trabajo es una invitación a todos nosotros: observar, reflexionar y, sobre todo, actuar.
En última instancia, el teatro es una forma de arte que debe ser liberado, no solo de lo que es, sino de lo que puede ser. Así que, ¿te atreves a entrar al mundo de Velasco y sus crudas realidades? Es un llamado a no solo ser espectadores, sino actores de nuestro propio cambio. ¿Estás listo para la próxima función? Comunicar dolor y trauma es un reto, pero juntos, a través del arte y la conexión, podemos aún vislumbrar una sociedad más empática y respetuosa.