La historia de los talibanes, ese grupo que parece salido de una novela de acción setentera, ha tenido más giros que una serie de televisión de larga duración. Desde su ascenso al poder a finales de los 90 hasta su regreso triunfal en 2021, los talibanes han sido, sin lugar a dudas, uno de los actores más intrigantes del panorama internacional. Pero lo que está sucediendo actualmente en Afganistán nos hace preguntarnos: ¿estamos a punto de ver un cambio en la narrativa geopolítica que rodea a este grupo? ¿Se está preparando el escenario para una normalización, o es simplemente otro truco de magia?
De la lista negra a la luz del día: el acercamiento de Rusia
Recientemente, el gobierno ruso decidió eliminar a los talibanes de su lista de organizaciones terroristas. ¿Te imaginas el momento en el que un funcionario ruso se levantó de la cama y dijo: «Hoy es un buen día para cambiar nuestra política sobre los talibanes»? Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, la decisión fue tomada «al más alto nivel». Un nivel tan alto que, si tuviéramos que compararlo con una reunión de amigos, sería como tener a la abuela en la sala, tomando notas mentales sobre quién se lleva la última porción de pastel.
Lo interesante es que este movimiento no es simplemente un capricho. Tras la retirada de tropas estadounidenses y el desplome del gobierno afgano respaldado por Occidente en agosto de 2021, los talibanes han buscado establecer lazos más amistosos con otros países—y Rusia no es la excepción. Sergei Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, tuvo una conversación reciente con Amir Khan Muttaqi, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones de los talibanes. ¡Cosas de la diplomacia moderna! Es como si fueran viejos amigos, y Lavrov acaba de descubrir que Muttaqi ahora es el líder de un país en lugar de simplemente un guerrillero.
La razón detrás del acercamiento
Uno de los factores que ha llevado a Rusia a este repentino cambio de corazón es el aumento de la amenaza de grupos terroristas como el Estado Islámico. Con la reciente ola de ataques terroristas en Rusia, y dado que el EI también lleva a cabo acciones violentas en Afganistán, la razón de este acercamiento empieza a ser más clara. Es como si estuvieran diciendo: «Escuchen, tal vez no seamos los mejores amigos, pero contra el mal, el enemigo de mi enemigo es mi amigo».
¿Qué pintan en todo esto los talibanes? Te lo digo de una manera simple: los talibanes saben cómo manejar ese caos. De hecho, el director del Servicio Federal de Seguridad, Alexander Bortnikov, mencionó que la cooperación en materia de seguridad sería «mutuamente beneficiosa». Es un término elegante que significa que ambos lados pueden sacar algo de esto, incluso si esto implica un cambio en la política internacional.
El cambio de imagen que nunca esperaste
Otra de las cosas que ha llamado la atención es cómo los talibanes están intentando cambiar su imagen. ¿Recuerdas esos días en los que las redes sociales se llenaban de memes de gatos y fotos de tus vacaciones? Ahora, los talibanes también quieren unirse a la fiesta, pero con una agenda muy diferente. Desde que retomaron el poder, han hecho esfuerzos por presentarse como un régimen más «moderado».
No obstante, hay que tener mucho cuidado al hablar de «moderación» en el contexto talibán. Por un lado, tenemos declaraciones sobre la importancia de la educación—solo que, por supuesto, la educación tiene límites claros (y claros como el cristal, diría yo). Y, mientras tanto, se ratificó una norma que prohíbe el sonido de las voces de las mujeres en espacios públicos. Sí, has leído correctamente. En su intento de mostrar un rostro más amable, los talibanes decidieron que las mujeres hablar en público es demasiado extremo.
La ironía es tan profunda que podrías usarla como material para un stand-up. ¡¿En serio, están tratando de ganar amigos con esas políticas?! A veces, la comedia se mezcla con la tragedia en formas que ni siquiera un guionista podría imaginar.
¿Una nueva normalidad?
El hecho de que los talibanes estén participando en conferencias y quieran unirse a foros internacionales como el BRICS—ese club exclusivo con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—nos lleva a preguntarnos: ¿será que la comunidad internacional está dispuesta a aceptar a los talibanes en la mesa de negociación? Si estamos buscando un nuevo orden mundial, a veces las reglas del juego cambian y el equipo que se consideraba un «outsider» ahora está jugando en la liga principal.
Sin embargo, esta noción de “normalización” no viene sin sus riesgos. Los talibanes, tras años de lucha y autarquía, están ahora buscando una forma de reintegrarse en la economía global, pero a un alto costo. El equilibrio entre mantener su ideología y abrirse a la comunidad internacional es, como bien sabemos, una danza muy delicada. ¿Pueden realmente hacerlo, o se quedarán atrapados en su propio juego de espías?
La geopolítica y el aficionado a la historia
Regresando un poco al pasado, pensemos en las zonas geopolíticas que han estado atrapadas en conflictos antes. Recuerda la Guerra Fría, por ejemplo. Los bandos se trazaron y, sin embargo, a medida que el tiempo pasó, los antiguos enemigos comenzaron a encontrar formas de colaborar. Entonces, ¿por qué no ver un posible paralelo en la situación actual?
En este momento, la guerra de Rusia en Ucrania ha llevado a una reconfiguración del mapa geopolítico. Así que, del mismo modo en que los países estaban dispuestos a mirar hacia otro lado con respecto a otros grupos en el pasado, podría suceder algo similar con los talibanes. Esa idea de «el enemigo de mi enemigo es mi amigo» puede que vuelva a cobrar sentido en este contexto.
Los talibanes y la economía global
Ahora, hablemos de economía, que siempre es un tema candente. Según un informe de la OTAN, los talibanes han pasado de ser un grupo fundamentalista a convertirse en una organización ultrarrica. ¡Vaya evolución! Si piensas en lo que podría ser la economía afgana bajo un régimen como el de los talibanes, la cosa se complica. Pero, para aquellos que creen que la economía son sólo números y gráficos, les recuerdo que siempre hay historias humanas detrás de ellos.
La eliminación de los talibanes de la lista de terroristas puede abrir algunas puertas para el país en términos de comercio y relaciones internacionales. Dentro de este contexto, la relación de Afganistán con Rusia puede ser particularmente interesante, dado que Rusia tiene grandes planes para la energía y la agricultura en la región. Es casi como una serie de malas decisiones: Afganistán necesita ayuda, Rusia busca nuevas alianzas, y de repente, la historia se repite.
Reflexiones finales: ¿qué nos espera en el camino?
Es fascinante, y a la vez aterrador, observar cómo los acontecimientos actuales pueden reescribir los manuales de historia que creíamos conocer. La relación entre los talibanes y el resto del mundo está en una encrucijada, y la incertidumbre es parte del juego. Mientras que algunos países están instalando redes sociales para suavizar sus perfiles, otros están buscando alianzas con grupos que, a un vistazo superficial, parecerían inaceptables.
La pregunta que nos queda es: ¿podremos ver un futuro donde los talibanes sean aceptados en la comunidad internacional, o simplemente serán el villano de otra película de Hollywood? Es más que probable que el drama continúe, y nosotros, como espectadores, estemos aquí para verlo—o sufrirlo.
Así que, preparemos las palomitas y mantengamos los ojos abiertos. La historia está lejos de haberse escrito. ¿Y tú, qué opinas sobre este nuevo giro en la geopolítica de Afganistán? ¡Déjame saber en los comentarios!