Carlos Areces ha sido una figura emblemática en el panorama del humor español, un maestro de la ironía que ha navigado desde sus días de «viejoven» hasta convertirse en una de las voces más reconocidas de la comedia. Haha, «viejoven» — un término que parece un poco oxímoron, ¿verdad? Pero así es la vida, más compleja de lo que aparenta. Y si hay algo que Carlos sabe hacer bien, es transformar la complejidad de la vida en risas. ¿Pero quién es realmente Carlos Areces, más allá de un rostro familiar en la televisión y el cine?
En un almuerzo improvisado en la Gran Vía de Madrid, y tras una jornada de trabajo intensa, Areces comparte su visión sobre la vida, la muerte y todo lo que hay entre medias. ¿Quién no ha pasado por ese momento de sentir que la vida se te acumula como los platos en la cocina? «No puedo con la vida», es el primer mensaje que lanza, una frase que podría ser la tarjeta de presentación de muchos de nosotros. Así empieza nuestra historia.
La lucha diaria de un ‘viejoven’
«Yo siempre he tenido una señora mayor dentro», confiesa riendo. Ese sentimiento de que los años pesan, que uno empieza a verse rodeado de talentos jóvenes, es algo que muchos de nosotros hemos experimentado. Es aquí cuando Areces se define como el arquetipo perfecto de «viejoven», un término que ideó junto a su grupo musical, Ojete Calor. ¿No te suena familiar? Es como cuando entras a una fiesta y te encuentras rodeado de veinteañeros, y piensas: «¡Oh, por Dios, qué hago aquí!».
Y es que ese concepto de «viejoven» ha permeado nuestra cultura actual. La comunidad nerd, a la que pertenecemos muchos, se ha mantenido fiel a sus pasiones juveniles mientras que, en secreto (o a gritos), disfrutamos de los placeres de la vida adulta. ¡Es una lucha constante! Pero aquí está la clave: Areces ha encontrado en esta lucha una forma de expresar su arte, encapsulando esa dualidad en los personajes que crea y en las situaciones que aborda.
Éxito: ¿un arma de doble filo?
Mientras hablamos, Areces revela que ser reconocido en el mundo del espectáculo no significa estar libre de preocupaciones. «Gran parte de esas preocupaciones son el precio del éxito», señala, y aquí es donde nos hace reflexionar. ¿Qué es realmente el éxito si no es una serie de desafíos y ansiedades? Se siente como un perro corriendo tras su propia cola. ¿No te ha pasado alguna vez que, al alcanzar una meta, te das cuenta de que solo has encontrado más problemas que resolver?
La precariedad de la vida artística es real. Areces comparte la lucha de muchos que intentan encontrar un equilibrio entre su pasión y la seguridad económica. Recuerda que, a pesar de su éxito actual, su camino no ha sido una línea recta, sino más bien un laberinto de decisiones. «La gran estrella del firmamento también ha tenido sus bajones», bromea, aludiendo a figuras como Frank Sinatra y Raphael. Un recordatorio de que, aunque parezca que otros tienenlo todo, todos enfrentamos nuestros propios demonios.
La amistad en la adversidad
Contrario a la narrativa popular que sugiere que los que triunfan se hicieron amigos en la facultad y saltaron al estrellato, Areces asegura que su camino radicalmente dista de esta idea. El actor madrileño menciona que los vínculos que hoy tienen son resultado de su experiencia en Paramount Comedy. Es curioso cómo en la vida, a veces te encuentras más cerca de la aduana en un aeropuerto que en el aula, y todavía terminan siendo amigos.
«Fui al único evento de la facultad en el que conocí a Ernesto Sevilla, y fue una fiesta de disfraces», relata. Un platillo que aún provoca risas en la mesa. Es en este tipo de anécdotas donde Areces nos recuerda que la vida no es solo lo que parece ser. Las mejores amistades y conexiones a menudo se hacen en los momentos más inesperados.
Transición del cine a la comedia
Es interesante cómo Carlos Areces, a pesar de su pasión por la ilustración y el cine, terminó cimentando su carrera en la comedia. En sus palabras, el universo del cómic siempre le fascinó, pero como artista, es evidente que el escenario le brinda un contacto único con su audiencia. ¿Acaso hay mejor lugar para la retroalimentación que el propio teatro? Recibir esas risas en directo es algo que ningún gráfico podría jamás igualar.
A medida que su carrera avanzaba, comenzó a disfrutar del éxito de “La hora chanante”. Pero, ¿cómo convirtió un simple sketch en una revolución de la comedia? Es evidente que la suerte también juega un papel; tras un video viral de su famoso sketch, la suerte les sonrió finalmente. «¿Sabes qué respondimos? ‘¿Qué es eso de YouTube?'», recuerda Areces con risa.
La muerte, ese tabú que todos evitan
Ahora hablemos de Muertos S.L., una serie de comedia que se sumerge en el mundo de la muerte — ¡sí, lo sé, un tema que todos evitamos! No es común ver que la muerte sea objeto de risas, pero Areces busca romper ese tabú. Al discutir con franqueza el miedo que todos tenemos a la muerte, Carlos comenta: «A la gente le molesta que se haga comedia con ello».
Pero, realmente, ¿puede ser humor una forma de lidiar con lo inevitable? Muchos podrían argumentar que la comedia es una salida vital ante lo dramático, una manera de mostrar que, incluso en los momentos más oscuros, la risa puede ser un bálsamo. La capacidad de Areces para tocar temas oscuros con humor y claridad es un testimonio de su valentía como artista.
Franco y la comedia como espejo social
Al hablar de la historia de Franco y sus diversas representaciones dramáticas, Areces reflexiona sobre lo difícil que es encontrar un punto de vista equilibrado. Al final del día, la comedia puede ser una herramienta poderosa para reflexionar sobre nuestro pasado, alimentando discusiones necesarias en una sociedad que aún lucha con su legado. «Soy lo más parecido que tenemos a Franco», señala, medio riendo, medio en serio. Y con ello establece un paralelismo entre su carrera y la historia reciente de España.
Reflexiones sobre la felicidad
A pesar de las luchas que enfrenta y las preocupaciones que surgen de su éxito, Areces también reflexiona sobre la felicidad. La vida es una balanza de momentos, las presiones laborales suelen ser abrumadoras. Pero, al final, es la conexión con la audiencia y la capacidad de generar risas lo que parece darle sentido. Y aquí es donde la empatía juega un papel crucial. Su disposición a compartir sus experiencias y vulnerabilidades nos invita a todos a reflexionar sobre nuestras propias vidas.
Como espectadores y fanáticos, es fácil poner a nuestros ídolos en un pedestal, viéndolos como seres superiores a nosotros. Pero Areces se quita la máscara, mostrándonos que el éxito y la fama a menudo son acompañados de un paquete de inseguridades y presiones. La honestidad en sus testimonios resuena; todos somos humanos, y todos, en mayor o menor medida, lidiamos con un poco de «no poder con la vida».
Conclusión: ¿Qué aprendemos de Carlos Areces?
Al final de nuestro almuerzo y conversación, queda claro que Carlos Areces no es solo un actor y cómico, sino un profundo conocedor de lo que implica ser humano. Desde su perspectiva sobre la vida (y la muerte) hasta su rica historia personal llena de momentos de sorpresa, Areces se muestra como un personaje auténtico, que logra captar las complejidades de nuestra existencia en su trabajo.
Y mientras nuestro querido «viejoven» sigue su camino por los escenarios, dejemos que sus palabras resuenen más allá de nuestras risas: encontrar felicidad en medio del caos es posible. Así que la próxima vez que sientas que «no puedes con la vida», recuerda a Carlos Areces, quien ha convertido esas vivencias en risas y reflexiones. ¿Quién diría que un poco de humor negro podría ser el antídoto perfecto para la tristeza?
Porque, al final del día, la vida es solo un gran escenario, y todos somos actores en esta comedia llamada existencia.