Valencia, con su clima mediterráneo y sus espléndidas Fallas, no estaba, ni por asomo, preparada para convertirse en el escenario de una de las tragedias más impactantes de los últimos años. Cuando escuchamos el término «emergencia», generalmente surgen imágenes de héroes que acuden al rescate, pero la realidad puede ser bastante diferente. Hoy, vamos a explorar el papel de la Unidad Militar de Emergencias (UME) durante esta crisis, desmitificando algunas voces críticas que cuestionaron la efectividad de nuestras Fuerzas Armadas y celebrando, en medida justa, los extraordinarios esfuerzos de quienes estuvieron en el campo de batalla (en este caso, las calles y casas de Valencia).

Un vistazo hacia el caos: ¿qué sucedió en Valencia?

Imagina por un momento que estás en casa, disfrutando de una tarde tranquila, cuando de repente, el sonido del viento se intensifica y el cielo se oscurece. Las lluvias torrenciales se desatan y, en cuestión de unas pocas horas, la ciudad en la que has vivido toda tu vida se convierte en un océano de barro y desesperación. Esto fue lo que vivieron muchos valencianos el pasado 29 de octubre. ¿Quién respondería a su llamado? ¿Quién se lanzaría a salvarlo todo en medio del caos?

De acuerdo con el general Javier Marcos, jefe de la UME, el Ejército estuvo presente desde el mismo martes, momento en que la situación comenzaba a volverse crítica. En su intervención, afirmó que desde las 14:00 horas del martes ya estaban en el terreno, enfrentándose no solo a un entorno adverso, sino también a las especulaciones sobre su pronta respuesta.

Las primeras horas: acción antes de las órdenes

¿Es realmente posible actuar antes de recibir órdenes? Según el general Marcos, sí. La UME, una fuerza que se ha entrenado exhaustivamente para actuar en situaciones climáticas extremas, no esperó a que se activara oficialmente su intervención para empezar a ayudar. Este tipo de iniciativa es admirable, y si alguna vez te ha tocado organizar un evento y has llegado a la conclusión de que las primeras horas son fundamentales, podrás entender el espíritu proactivo de la UME.

Marcos compartió que, de los 96 militares que se enviaron a atender emergencias en Utiel-Requena, solo llegaron 56 debido a la dificultad del terreno. ¿Te imaginas tomar la decisión de dar la vuelta en medio de una tormenta para Atender a otras emergencias en Paiporta? Esto es lo que hicieron otros 40 soldados, demostrando una valentía que a veces se pasa por alto.

El trabajo en equipo: más de 10,000 héroes sobre el terreno

En medio del caos, el general Marcos subrayó que han estado más de 10,000 militares en Valencia, con una dotación actual de 8,500 soldados dando lo mejor de sí en las áreas afectadas. Es fácil olvidar que detrás de estas cifras hay seres humanos con familias, preocupaciones y miedos. ¡Sí, incluso los militares tienen miedo! Ellos también son parte de nuestra sociedad, y cuando el deber les llama, responden.

Historias que importan: entre el barro y la valentía

Permíteme compartir una breve anécdota personal. Recuerdo una vez cuando, como voluntario en una organización de ayuda, tuvimos que entregar alimentos y ropa a familias afectadas por unas inundaciones. Lo que parece una tarea sencilla en la comodidad de tu hogar puede convertirse en un verdadero desafío cuando te enfrentas al barro, el frío y la incertidumbre de las circunstancias. Ver a los militares trabajando lado a lado con los civiles, compartiendo la carga de la desgracia, hizo que mi respeto por ellos aumentara exponencialmente.

A estos soldados también se les atribuye la responsabilidad de realizar rescates, atender situaciones de emergencia y proporcionar asistencia humanitaria. Cuando escuchamos que “ya llevaban horas alertados”, las imágenes de estos individuos, trabajando incansablemente en condiciones penosas, comienzan a cobrar vida.

El cuestionamiento: críticas y realidades

No obstante, como suele suceder, no todos ven el copo de nieve por el bonito lado. En las últimas semanas, las críticas han brotado como champiñones después de la lluvia. Algunos cuestionaron la rapidez de la respuesta militar, sugiriendo que hubo tropiezos en la organización y planificación. ¿Acaso no es humano cuestionar la autoridad cuando las emociones están a flor de piel y la desesperación parece no tener fin?

Sin embargo, el general Marcos fue claro: “No se merecen las informaciones que se están vertiendo sobre ellos”. ¡Y cuánta razón tiene! Es fácil criticar desde la distancia, pero muchos de nosotros quizás no tendríamos el coraje para hacer lo que ellos hicieron.

Medios de comunicación y sus narrativas

El papel de los medios de comunicación en la formación de opiniones es complejo. Lo mismo que tú recuerdas el ataque a las torres gemelas por las imágenes impactantes, una tragedia como la de Valencia también puede ser interpretada de diferentes maneras. ¿No es curioso cómo una misma situación puede verse como heroica para unos y como ineficaz para otros? El poder de las palabras es inmenso, y no debemos subestimar su capacidad para influir en nuestras percepciones.

Agradecimientos y reflexiones finales

Ahora, después de esta marea de información, es esencial recordar que, aunque la UME ha sido objeto de críticas, su trabajo y dedicación no pueden ser minimizados. Al final del día, lucharon no solo contra los elementos, sino también contra la percepción pública. Y eso es algo digno de aplaudir.

En tiempos de crisis, a veces olvidamos lo más importante: la comunidad. Valencia no solo era una lista de estadísticas; eran personas, familias y vidas. Todo el mundo es un héroe en su propia historia, y los soldados que se lanzaron a las calles durante el temporal tienen su propia novela de valentía que contar.

¿Qué nos depara el futuro?

¿Cómo podemos aprender de estos eventos? Puede que sea el momento de fomentar un mayor entendimiento sobre el papel de las Fuerzas Armadas en situaciones de emergencia. A veces, un poquito de empatía y un enfoque más proactivo y colaborativo entre ciudadanos y autoridades pueden hacer la diferencia en cómo enfrentamos juntos los desastres.

Es triste pensar que, a menudo, necesitamos que sucedan eventos trágicos para ver el verdadero lado de las cosas. Pero tal vez esto nos sirva de lección. La próxima vez que escuchemos sobre una emergencia, en lugar de criticar, sería más sensato preguntar: “¿Cómo puedo ayudar?”.

Recuerda que todos somos parte de la solución, y a veces hay que dejar nuestras comodidades a un lado para ofrecer una mano amiga. La UME puede haber liderado el camino, pero cada uno de nosotros puede contribuir a la resiliencia de nuestra comunidad. ¡Así que la próxima vez, seamos los primeros en ofrecer ayuda antes de señalar con el dedo!

En conclusión, en la hoy tumultuosa Valencia, la UME no solo reaccionó; actuó. Ni los soldados son robots ni los detractores tienen la última palabra. La realidad es que cuando la vida se pone dura, los verdaderos héroes no son invencibles, pero están ahí, listos para hacer frente a las adversidades. ¿No es inspirador pensar que todos, en algún momento y en alguna forma, podemos ser ese cambio? Al final del día, todos somos parte de la comunidad, y esa es la lección más valiosa que podemos aprender de la situación. Así que, salgamos, levantemos las manos y ayudemos a quienes más nos necesitan.