El 29 de octubre de 2023, Valencia se despertó a una pesadilla: una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) arrasaba la provincia dejando a muchos pueblos completamente aislados. Imagina estar en tu casa, viendo cómo la lluvia cae a cántaros, y de repente, todo se oscurece. Sin luz, sin internet, sin señal en el móvil… Y como si no fuera suficiente, sin calefacción. ¿Te suena dramático? Es porque lo fue. En este artículo, exploraremos cómo una combinación de ingenio humano, tecnología y un poco de suerte evitaron lo que podría haber sido un caos total.
La tragedia en un abrir y cerrar de ojos
Durante la fatídica tarde, no solo el clima estaba en contra; el sistema eléctrico también estaba a punto de fallar. Con los accesos por tren y carretera inutilizados, y la conexión a Internet cortada, la jornada empezó a tornarse sombría. Pero, ¿cómo es posible que un evento natural pueda desencadenar tal caos en un momento?
La red eléctrica española funciona como un delicado sistema de equilibrio. Para que todo funcione a la perfección, los 50 hercios de frecuencia deben mantenerse constantes, como el compás en una orquesta. Pero cuando empiezas a perder líneas de transporte vitales, como ocurrió en Valencia, se activa un ciclo de reacción rápida que podría llevar a un apagón completo. Todo depende de la rapidez de respuesta de las centralidades eléctricas.
Hablemos de la Central Nuclear de Cofrentes, que juega un papel crucial en la historia de este día. Un hidráulico en toda regla, este monstruo de energía genera aproximadamente el 44% del consumo eléctrico de la comunidad. Pero ese día era diferente. Al ver cómo las líneas se caían como piezas de dominó, la central dio la alarma. ¡Y ahí empieza el juego del gato y el ratón!
El sistema de salvamento: ¿quién es el héroe?
Es fácil caer en el juego de señalar a las celebridades cuando algo sale mal; podríamos pensar en cómo los sistemas de seguridad fallecieron. Pero, a diferencia de un reality show, aquí hay verdaderos héroes en juego: los operarios eléctricos. Con el sudor en la frente y el corazón a mil por hora, los expertos de Red Eléctrica actuaron rápidamente, alzando las manos en un intento por equilibrar la inminente crisis. Claro, no tienen capa, pero quizás deberían.
Cuando la Central de Cofrentes empezó a bajar carga para evitar un colapso catastrófico, la situación se complicó. Había menos electricidad disponible para una comunidad que ya estaba en problemas. Así entró en escena la Central de Bombeo de La Muela. ¡Y quién diría que una central hidroeléctrica podría ser una especie de batería gigante! Su reacción fue rápida, al igual que un café bien cargado en una mañana de lunes.
La rapidez con la que La Muela se puso en marcha fue casi digna de una película de acción: ¡en menos de tres minutos! Así que, supongo que la próxima vez que te encuentres en apuros, solo piensa: «¿Qué haría La Muela?»
Más sorpresas: activar el plan B
La energía de La Muela fue un alivio temporal, pero todavía quedaba mucho trabajo por hacer. La brecha entre la oferta eléctrica y la demanda seguía siendo peligrosa. Imagina un grupo de amigos en un juego de mesa, todo va bien hasta que alguien decide volcar la mesa. Así fue más o menos la situación.
Los operativos de Red Eléctrica no perdieron tiempo. Activaron la Central de Ciclo Combinado de Castellón, que en ese momento estaba más apagada que las luces de una fiesta que terminó demasiado pronto. Este tipo de central puede empezar a trabajar rápidamente si ya está en marcha, pero si no es así, la espera puede ser de varias horas. Y claro, todos estaban diciendo: «¿Dónde están los superhéroes cuando realmente los necesitas?»
Finalmente, después de varias llamadas insistentes, Castellón comenzó a operar en tres horas, casi la mitad de lo previsto. Esto resultó ser un alivio monumental. Ahí ya estaba el héroe más de la película, tratando de llegar a casa mientras luchaba contra los atascos.
Las lecciones aprendidas: optimizar redes
Alberto Carbajo, un exdirector de operación de Red Eléctrica, subrayó la importancia de tener a Cofrentes en el tablero ese fatídico día. Aquí encontramos la primera de muchas lecciones: diversificación. Si uno no va, entonces el otro debe estar listo. La infraestructura eléctrica de España demostró que, aunque la naturaleza puede ser una villana, el ingenio humano puede dar un giro inesperado a la narrativa.
Ahora, volviendo a nuestra pregunta retórica: ¿qué habría pasado si no se hubiera actuado a tiempo? Los expertos coinciden en que un blackout total habría demorado días en recuperarse, no solo por la lluvia que afectaba la infraestructura, sino por el caos que se habría desatado en la vida cotidiana de millones. Y eso es algo que nadie quiere experimentar en carne propia.
La tormenta emocional: el impacto humano
Mientras la red eléctrica luchaba por mantenerse a flote, la población en Valencia experimentaba una montaña rusa emocional. La angustia de estar sin comunicación era palpable. A veces, me gusta pensar en cómo la tecnología nos hace sentir invulnerables, como si estuviéramos en un videojuego donde puedes salvar tu progreso; pero en la vida real, no siempre es así.
Hubo personas que en la oscuridad optaron por encontrarse físicamente, abriendo las puertas a la conversación cara a cara. Al final, los seres humanos sabemos adaptarnos, incluso en lo peor de los momentos. Es uno de esos instintos primarios que poseemos y que no se apagan con un clic en el interruptor.
Reflexiones finales: un futuro más brillante
Después de este evento, muchas preguntas quedan en el aire. ¿Estamos preparados para desastres así en el futuro? ¿Podríamos haber hecho algo diferente? Pero lo más importante: ¿aprenderemos de lo sucedido? La respuesta está en nuestras manos. La amable advertencia de la naturaleza es también una invitación a los responsables de la política energética de España a diversificar fuentes y optimizar la red.
Mientras tanto, la gente de Valencia puede seguir sus vidas con una anécdota que contar. Y quizás la próxima vez que vean nubes en el horizonte, recuerden que hay más héroes a su alrededor de lo que piensan. Porque cuando el clima se vuelve incierto, siempre hay una historia de resistencia humana que contar.
Así que, parafraseando un famoso refrán: “Cuando la vida te presente una DANA, pon en marcha tus centrales eléctricas internas”. Después de todo, al final del día, somos todos un poco héroes en nuestro viaje.