La actualidad internacional, especialmente cuando se trata de conflictos en Medio Oriente, puede parecer un rompecabezas complicado. ¿Quién está enojado con quién? ¿Por qué los civiles deben sufrir las consecuencias? Si eres un poco como yo, quizás sientes que hay más preguntas que respuestas en este enredo. Esta vez, el foco está en Líbano e Israel, y las recientes tensiones han llevado a un nuevo impasse en un acuerdo de alto el fuego que tiene más de un par de letras pequeñas.

un alto el fuego interrumpido

Recientemente, el Gobierno israelí anunció que no completará la retirada de sus tropas del sur de Líbano, que estaba programada para el 26 de ese mes. Y no, no lo hicieron porque se olvidaran de poner la alarma, sino por motivos más serios. Benjamin Netanyahu, el Primer Ministro de Israel, ha señalado que la retirada está condicionada al despliegue efectivo de las Fuerzas Armadas Libanesas en la región. Aquí es donde comienza la historia de jeroglíficos diplomáticos: las partes implicadas parecían haber llegado a un acuerdo, pero las condiciones aún no se cumplen.

Me recuerda un poco a esos planes de fin de semana que nunca se materializan porque siempre hay un “pequeñito” problema. ¿Quién no ha tenido un amigo que llega tarde porque, aparentemente, “el tráfico estaba terrible”? Y aquí estamos, Israel dice que quiere irse, pero al mismo tiempo se asegura de que la casa esté en orden antes de salir.

tras el telón: ¿quiénes son los actores?

Hay un tándem poco probable detrás de este acuerdo: EE. UU. y Francia, quienes jugaron el papel de mediadores. La ONU, como siempre, intenta tener su espacio en la conversación (no se puede quejar de que no lo intenta, ¿verdad?). Así que podemos ver cómo las históricas influencias de las potencias mundiales continúan tejiendo una narrativa de retórica y decisiones diplomáticas. A veces siento que es como un juego de ajedrez, donde todos intentan predecir los movimientos de los demás.

Nadie quiso mencionar que, en la práctica, la situación podría volverse un poco más complicada de lo que indica el papel. Y el hecho de que el embajador israelí en Estados Unidos, Mike Herzog, sugiriera que la fecha de retiro “no está escrita en piedra” agrega un sabor extra a la situación. Como si en lugar de un acuerdo de alto fuego, se tratara de una cena de cumpleaños improvisada que solo se ajusta a los caprichos del momento.

¿y qué pasa con las cifras?

Desde que todo esto comenzó, las cifras son escalofriantes. Se estimó que durante un año hubo 3,500 muertes. La guerra de Gaza, que estalló en octubre de 2023, resuena todavía en las vidas de muchas personas. ¿Qué tipo de país querría seguir invirtiendo recursos y vidas en una contienda que parece interminable? Tarde o temprano, todo este agotamiento tiene que tener un impacto. Un amigo, experto en relaciones internacionales, suele decir que los conflictos prolongados son como un programa de televisión que nunca debería haber sido renovado. Pero, a pesar de ello, el espectáculo sigue.

Las partes involucradas deben encontrar un equilibrio. Líbano no ha podido completar la ejecución del acuerdo, y mientras tanto, un grupo guerrillero como Hizbulá observa desde la sombra. ¡Qué divertido, verdad? Como estar en una montaña rusa: altos, bajos y unos giros inesperados por aquí y por allá.

la imprevisibilidad de la política internacional

Es aquí donde la política internacional se vuelve aún más caótica. La situación cambia más rápido que un lámpara en una noche de tormenta. Israel ha solicitado extender su presencia en el sur de Líbano y ha estado en comunicación con EE. UU. para hacerlo. Claro, es tácitamente comprensible; no quieren irse solo para regresar más tarde. Pero, como dijo una vez un viejo amigo mío que siempre conocido por su sentido de la sabiduría: “Si no estableces límites, terminarás pasando la noche.”

El hecho es que la presencia de Israel en Líbano podría alargarse, pero a pesar de la incertidumbre, también es importante tener en cuenta las opiniones de los ciudadanos. Ellos no son solo títeres en un gigantesco juego de ajedrez geopolítico; tienen miedos, sueños y necesidades que rara vez se discuten en las altas esferas del poder. ¿Cuántas riñas más tendrán que soportar las familias en ambos lados?

la vida de las personas detrás de los titulares

Detrás de cada estadística hay historias humanas, y es fundamental volver a centrarse en ellas. Las madres que buscan seguridad para sus hijos, los padres que se preguntan si llegarán a casa después de un largo día de trabajo. Hay un caos constante en la vida de estos individuos, en especial cuando el conflicto se apodera de su rutina. La falta de confianza en que las cosas mejoren es palpable en ambas partes del conflicto.

Recordando un viaje que hice hace unos años a Beirut, me di cuenta de que la vida sigue, a pesar de las luchas. Las calles estaban llenas de vida, cafés bulliciosos y personas que reían. Sin embargo, es difícil ignorar el peso de la historia que recae sobre cada conversación. Lo que se vive detrás de cada esquina es parte de un tejido mucho más profundo, y, al igual que una sartén de paella, hay muchos ingredientes que te hacen disfrutar del platillo final.

el desafío de encontrar la paz

Aunque es fácil perderse en la narrativa histórica, debemos centrarnos en el futuro. La búsqueda de la paz parece un objetivo traicionero en este momento, especialmente en un entorno donde cada parte desconfía de la otra. Pero la historia nos ha enseñado que el diálogo, aunque difícil, es el único camino real hacia la reconciliación. Las conspiraciones no son la respuesta ni tampoco es permitir que el rencor siga ganando terreno.

Tal vez te estés preguntando: “¿Qué podemos hacer nosotros, como ciudadanos del mundo?” Bueno, la verdad es que, aunque puede parecer que nuestras acciones en las redes sociales son pequeñas, pueden contribuir a una conversación más amplia. Movimientos de paz e iniciativas de diálogo surgen de la voluntad colectiva de los ciudadanos. Así que, la próxima vez que pienses en las noticias, tienes que recordar: cada problema tiene un rostro, tiene historias humanas que merecen ser contadas.

un futuro incierto pero esperanzador

Volviendo a Líbano e Israel, la situación es precaria, y el futuro es incierto. Pero, como dice el viejo dicho, “después de la tormenta siempre llega la calma.” Mantener la esperanza y el deseo de paz es un paso clave, incluso en medio de la confusión. Ya sea a través de diálogos continuos, un mayor entendimiento entre las partes o simplemente la compasión hacia el otro, hay mucho trabajo por hacer.

Así que, la próxima vez que se hable de Líbano e Israel, recuerda que las complicaciones y matices son más que titulares. En lugar de cuerpos en cifras, son historias. Las historias de personas que esperan un futuro mejor y, francamente, no es demasiado pedir. Así que, ¿por qué no abogar por ese futuro juntos?

A medida que la situación se desarrolla, todos podemos hacer algo, aunque sea pequeño. Y, si eso implica tener una conversación con nuestros amigos para generar conciencia sobre la situación, ¡estemos listos! La paz no es solo un sueño; puede ser una posibilidad si nosotros, como seres humanos, decidimos que siempre que haya personas dispuestas a luchar por un mundo mejor, hay esperanza en medio de la tormenta.