Ah, las Navidades… La época del año en la que todos nos volvemos un poco más nostálgicos. Nieve (o, en algunos casos, calor), luces parpadeantes, y esa sensación de que todo es posible mientras disfrutamos de un tazón de chocolate caliente. Pero, seamos honestos: a veces, la lista de tareas navideñas puede ser abrumadora, y lo que realmente necesitamos es un buen motivo para sentarnos cómodamente en el sofá y disfrutar de una serie que nos haga sentir todo un mar de emociones. ¿Y qué mejor que una serie que ha resistido la prueba del tiempo? Hablemos de A dos metros bajo tierra.

Un regreso triunfal a la televisión: ¡Hola Netflix!

Este verano, Netflix decidió sumarse al carro del revival nostálgico y trajo de vuelta en su catálogo A dos metros bajo tierra, la serie creada por Alan Ball que hizo historia en HBO. Estrenada en 2001, cuando ya existía una vasta gama de producciones de calidad como Los Soprano y El ala oeste de la Casa Blanca, esta obra se adentra en un mundo donde la muerte se enfrenta con humor, reflexiones profundas y, por supuesto, un drama familiar que rivaliza con la trama de cualquier telenovela.

Y, aunque me encanta ver nuevas series y películas, admito que tenía un especial cariño por revisitar los clásicos. Al igual que muchos de ustedes, siento que cada vez que vuelvo a ver una serie histórica, es como reencontrarme con viejos amigos. Las risas, los llantos y esas escenas memorables que aún me hacen levantar la ceja. ¡Es como un viaje en el tiempo!

Sinopsis: Un viaje desde la vida a la muerte

La premisa de A dos metros bajo tierra es más directa que un flechazo navideño en el corazón. La serie comienza (con un chispazo de drama) con la muerte de Nathaniel Fisher Sr., interpretado por el gran Richard Jenkins. Esto lleva a que sus hijos, Nate, David, y la pequeña Claire, deban hacerse cargo de la funeral familiar. A cada episodio, las historias de vida se mezclan con las muertes de sus clientes, creando una estructura narrativa que te atrapa sin que te des cuenta.

¿No es un poco inquietante la idea de abrir cada capítulo con la muerte de alguien? Al principio, pensé «¿qué tipo de locura es esta?», pero luego me di cuenta de que la serie sabe jugar con el morbo y el sentimiento de loss de una manera tan sutil que es verdaderamente embriagador. Esa mezcla perfecta de comedia y drama es lo que me fascina. ¿Por qué llorar en silencio, si puedes sollozar de risa al mismo tiempo?

Humor negro: el arte de reírnos de la muerte

A dos metros bajo tierra se destacó por su humor negro. Esa capacidad de reírnos en situaciones que normalmente nos dejarían con un nudo en la garganta. La realidad es que todos enfrentamos la muerte, en algún momento, y la serie nos permite reflexionar sobre ella mientras nos reímos de lo absurdo que puede llegar a ser la vida. Como diría una amiga mía: «La vida es una broma cruel, pero eso no significa que no podamos reírnos».

Los diálogos están cargados de sarcasmo y ironía, lo que proporciona un alivio cómico en medio de momentos emocionalmente desgastantes. ¿Quién no ha tenido una situación incómoda y ha optado por hacer una broma en lugar de enfrentarse a ella? ¡Esa es la magia de esta serie!

Personajes memorables: los Fisher son como tu familia

A lo largo de las temporadas, la complejidad de los personajes se va desvelando. Nate, el hijo rebelde que quiere escapar de la sombra de su padre; David, el hermano introspectivo que lucha con su identidad; y Claire, la hermana menor que intenta encontrarse a sí misma en medio del caos. Cada uno de estos personajes representa diferentes maneras de lidiar con la vida y la muerte, y en algunos momentos, hasta puede que te recuerden a alguien que conoces. ¿Quizás a un primo lejano? O tal vez a tu hermana pequeña. ¡Es posible!

Una de mis escenas favoritas es cuando Ruth, la matriarca de la familia, revela que tiene un amante. ¿Quién no se siente igual de descolocado y al mismo tiempo problemas en sus relaciones familiares? A veces, una revelación inesperada puede cambiar completamente tu perspectiva. ¿Te imaginas estar en una reunión familiar donde tu madre confiesa que está saliendo con alguien más joven? Eso sería un verdadero drama. ¡Y por supuesto, eso es lo que hace que la serie sea tan entretenida!

El final que no puedes ignorar: lágrimas garantizadas

Ahora, hablemos del elefante en la habitación: el final de la serie. Sin spoilers, pero si hay algo que hay que reconocer de A dos metros bajo tierra es que su episodio final ha sido reconocido como uno de los mejores finales en la historia de la televisión. Desde el primer episodio hasta el último, el desarrollo de personajes es magistral, y al llegar al desenlace, puedes pasar de la risa a las lágrimas en segundos. Puedo asegurarte que, después de verlo, tendrás que hacer un chequeo emocional. ¿Tienes pañuelos a la mano?

Estrategias para binge-watch y disfrutar de la experiencia

Ahora que tenemos la serie a nuestra disposición, ¿cuál es la mejor manera de verla? Si eres como yo y disfrutas de hacer maratones de series, te recomiendo tener un buen suministro de snacks. Piensa en palomitas, chocolatinas y una buena bebida. Y, sobre todo, asegúrate de tener a mano amigos o familiares que puedan compartir este mágico viaje contigo.

No hay nada como comentar cada episodio al finalizarlo. Discutir sobre las decisiones de los personajes, lo que esperan de la siguiente muerte y cómo se relacionan entre sí. Y, seamos honestos, siempre habrá un amigo en el grupo que reclamará «¡Ese personaje merece más reconocimiento!» como si tuviera una conexión personal con ellos.

Reflexiones finales: un legado eterno

En un mundo donde el entretenimiento parece ser cada vez más efímero, es importante recordar que hay series que nos dan más que solo una trama entretenida. A dos metros bajo tierra no solo es un viaje por la vida y la muerte; es una reflexión sobre nuestras vidas, nuestras familias y nuestras luchas personales. Echando la vista atrás, me doy cuenta de que cada personaje trae consigo un pedazo de nuestra propia experiencia humana.

Así que, ¿por qué no hacer de A dos metros bajo tierra parte de tus planes navideños? Puedes reírte, llorar y reflexionar mientras te sumerges en el mundo de los Fisher. Esta serie ha dejado una huella imborrable en la historia de la televisión, y ahora más que nunca, vale la pena revivirla.

Así que, prepara tus bocadillos y carga tu suscripción a Netflix, porque estas Navidades, la historia de A dos metros bajo tierra es un regalo que no querrás dejar pasar.