La sanidad pública es uno de esos temas que, a menudo, parece salirse del control de los ciudadanos. Como alguien que ha recorrido diversas salas de espera de hospitales a lo largo de los años, puedo decirte que no es un lugar donde se quiera pasar mucho tiempo. Pero, ¿qué pasa cuando la atención que se espera en esos lugares se empieza a ver afectada? Este es precisamente el dilema al que se enfrentan los andaluces en la actualidad, y que ha llevado a la reciente movilización de las Mareas Blancas en defensa de su sanidad. ¡Vamos a desmenuzar este tema!

La situación actual: emergencia sanitaria o falta de gestión

El lema “Muévete por tu salud” es más que solo un eslogan pegajoso; es una llamada a la acción ante una situación que, según los organizadores, está alcanzando límites insostenibles. La Coordinadora de Mareas Blancas ha convocado movilizaciones en todas las capitales de provincia de Andalucía en medio de acusaciones de mala gestión por parte del Gobierno de Juanma Moreno. Cuando me enteré de esta noticia, no pude evitar recordar mis propias experiencias. Desde esa vez en la que esperé tres horas solo para ser atendido brevemente por un médico que tenía mil cosas más que hacer… Es frustrante, ¿no?

Al parecer, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha estado bajo la lente del ojo público recientemente, especialmente después de que su gerente fuera llamada a declarar por un posible delito de prevaricación administrativa. La gota que colmó el vaso fue la revelación de que se habían priorizado contratos de emergencia que, según alegan, no eran tan emergentes como parecían. ¿Es esto realmente la atención que merecemos?

Las listas de espera: un enemigo silencioso

Imagínate que tienes una cita médica programada para dentro de dos meses. Ya lo sé, ¡es desesperante! Pero eso es precisamente lo que miles de andaluces enfrentan a diario, con tiempos de espera que oscilar entre dos semanas y ¡hasta 30 días! Las largas listas de espera no son simplemente una molestia; son una situación que está generando complicaciones serias en enfermedades crónicas y, en el peor de los casos, han llevado a situaciones irreversibles. Me recuerda a esa vez que esperé una llamada de mi proveedor de internet, que prometía solucionarlo todo… y terminó siendo una larga serie de “Estamos trabajando en ello”.

Pero la pregunta es: ¿hasta cuándo vamos a seguir tolerando esto?

Mareas Blancas: la voz del discernimiento ciudadano

La Coordinadora de las Mareas Blancas no está simplemente quejándose por que sí; han arropado su protesta con una serie de demandas que buscan mejorar la situación. Algunas de sus propuestas incluyen:

  • Reforzamiento de la sanidad pública mediante más personal y recursos.
  • La eliminación de trasvases presupuestarios hacia la sanidad privada.

Pero, ¿por qué es tan importante esto? En sus propias palabras, el Gobierno de Moreno está “deteriorando la sanidad pública” para beneficiar la privada. Y aquí viene la gran pregunta: ¿es justo que algunos puedan acceder a atención de calidad mientras otros tienen que esperar meses?

Una estrategia bien diseñada o un accidente desafortunado

Hay quienes creen que lo que estamos observando no es solo un caso de mala gestión, sino una estrategia diseñada para convertir la sanidad pública en una opción de segunda clase. Esto es algo que incluso los expertos han generado debates a su alrededor. Yo, personalmente, creo que cuando un sistema de salud empieza a dividirse entre los que pueden pagar y los que no, empezamos a caminar en un terreno muy peligroso.

Los grupos como Grupo Quirón, HLA (Asisa) y otros, que han sido los grandes beneficiarios de los contratos del SAS, han sido acusados de llevarse una porción considerable del mercado, dejando a muchas pequeñas y medianas empresas fuera del juego. Al final del día, los profanos en la materia como yo nos quedamos con la sensación de que, por alguna razón, hay más incentivos económicos hacia el sistema privado que hacia una ayuda real que la población necesita.

La movilización ciudadana: ¿es suficiente el apoyo popular?

Es reconfortante ver cómo hay personas dispuestas a levantarse y hacerse escuchar. La comunidad andaluza está llevando a cabo una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que busca establecer una sanidad 100% pública en la región. Esta idea se respalda con 40,000 firmas de apoyo. Es un primer paso, sin duda, pero ¿será suficiente? Hoy en día, en la era digital, donde podemos sumar miles de firmas en minutos, también hay que preguntarse: ¿qué más podemos hacer para que nuestras voces sean escuchadas más allá de las listas de firmas?

La importancia de la voz ciudadana en el sistema de salud

Es esencial que la ciudadanía tome un papel activo en la protección de su derecho a la salud. No se trata solo de asistir a una manifestación; se trata de crear una comunidad informada y empoderada. La sanidad no debería ser una cuestión de lujo o privilegio, debería ser un derecho fundamental de todos. ¿Acaso necesitamos que alguien más nos diga lo evidente?

La responsabilidad del gobierno y la necesidad de acción

La situación actual destaca la responsabilidad del gobierno de garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a un sistema de salud eficiente y efectivo. Los recientes acontecimientos han suscitado preguntas sobre la gobernancia y el uso de los fondos públicos. En este sentido, el modelo de “colaboración público-privada” debe ser cuestionado. ¿De verdad necesitamos un término tan elaborado para describir lo que suena cada vez más como una “parasitación” del dinero público?

Una mirada hacia el futuro: ¿hacia dónde vamos?

Como alguien que sigue de cerca la evolución de la sanidad pública en España, veo con preocupación cómo la situación podría escalar si no se toman medidas inmediatas. La atención primaria es el corazón del sistema de salud, y si la dejamos caer, las consecuencias serán nefastas. Mi tía tiene una frase que me gusta repetir: «No se puede construir un castillo sobre arena». Si las bases no son sólidas, todo el edificio se derrumbará.

Quizás es tiempo de dejar de pensar que la sanidad pública es un tema solo de los profesionales de la salud o los políticos. Todos (sí, tú también) debemos involucrarnos en este asunto. ¿Vas a seguir esperando a que la situación se resuelva sola?

Conclusión: un llamado a la acción

Estamos en un momento crucial en la historia de la sanidad pública en Andalucía. El futuro parece incierto, pero como ciudadanos, tenemos el poder de cambiar el rumbo. Las protestas de las Mareas Blancas no son solo un eco en el aire; son un recordatorio de que tenemos la capacidad de luchar por lo que creemos justo.

En esta encrucijada, la participación activa de la ciudadanía es esencial. Si no tomamos una postura, corremos el riesgo de dejar que otros decidan el destino del sistema de salud al que todos tenemos derecho. Es un desafío que requiere unidad, determinación y, sobre todo, un enfoque en el bienestar de cada ciudadano.

Así que, la próxima vez que te sientes en esa sala de espera, piensa en lo que realmente está en juego. Porque al final del día, tu salud y la de tus seres queridos puede depender de ello. ¡Vamos a movernos por nuestra salud!