El 4 de noviembre de 2024 no es un lunes cualquiera. No, señoras y señores, se trata de un día especial, un día que en el calendario católico está marcado en rojo por ser la onomástica de San Carlos Borromeo. Pero, ¿sabían que no es el único santo que celebramos hoy? Si te quedas hasta el final (prometo que no será aburrido), te llevaré en un recorrido a través de las entrañas de esta fascinante tradición. Así que sientan la profundidad de su corazón y prepárense para un viaje lleno de nombres, canonizaciones y, por qué no, un poco de humor.
¿Qué es la onomástica y por qué es importante?
La onomástica, que puede sonar a esa palabra que olvidaste en el último examen de lengua, se refiere a la celebración del nombre de ciertos santos en el calendario litúrgico. Es curioso pensar que, a lo largo de los siglos, el nominativo no es solo un aspecto gramático; es un lazo que une a las personas con su fe.
Una pequeña anécdota: mi abuela siempre celebraba su onomástica como si fuera su cumpleaños. Y para ella, era mucho más. Cada año, se preparaba una comida especial, decoraba la casa y nos contaba las historias de los santos, como si ellos fueran sus amigos del alma. Cada nombre era una historia, una forma de recordar las virtudes y enseñanzas de aquellos que lo dieron todo por la fe. Tricky, pensar que podría haber un ‘San Abuela’ por ahí, ¿verdad?
¿Cuáles son los santos que celebramos hoy?
Aunque la festividad central del día es San Carlos Borromeo, es una verdad universal que la lista es más extensa. Aquí tienes el listado completo para que puedas empezar a felicitar a tus amigos y familiares que comparten nombre con los siguientes santos:
- Agrícola de Bolonia
- Amancio de Rodez
- Emerico de Hungría
- Hermas de Licia
- Nicandro de Mira
- Perpetuo de Maastricht
- Pierio de Alejandría
- Vidal de Bolonia
- Modesta de Tréveris
Cada uno de estos nombres representa una vida vital en la historia de la fe cristiana, y aunque algunos pueden parecer un poco antiguos, cada uno de ellos tiene su propia leyenda que vale la pena explorar.
Un vistazo a San Carlos Borromeo
Vamos a sumergirnos un poco más en la historia de San Carlos Borromeo. Nacido en 1538 en Italia, Carlo era un cardenal que dedicó su vida a la reforma de la Iglesia durante un período tumultuoso de la historia. Dicen que era un hombre de muchos talentos, por lo que, si fuera un protagonista de nuestra época, probablemente sería un influencer en redes sociales y un autor bestseller. Pero, dos siglos antes de que eso existiera, se dedicó a luchar contra la corrupción, la ignorancia y las injusticias de su tiempo. ¡Eso es lo que llamo tener carácter!
¿Quiénes son los otros santos?
Para no perder el rumbo, hablemos de algunos de los otros santos que compartan el día con San Carlos.
- Agrícola de Bolonia: Se dice que llevó el evangelio a algunas zonas rurales, quizás eran tiempos de menos Instagram, pero su misión estaba ahí, mirando al rostro de la necesidad.
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Emerico de Hungría: Un príncipe con un corazón servant. Todos sabemos que a veces ser heredero no es sinónimo de ser altruista. Pero Emerico demostró que puedes tener un linaje noble y, aun así, decidir vivir una vida de humildad.
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Perpetuo de Maastricht: Se menciona de él como un mártir temeroso, lo que hace que sus historias sean aún más conmovedoras. Los mártires tienen esa doble capa de valentía y sufrimiento, algo que a menudo se pierde entre las trivialidades.
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Vidal de Bolonia: Un nombre que no escuchamos tan seguido, pero cuyo significado ciertamente deja una marca en quienes llevan el nombre.
El Martirologio Romano y su papel
El Martirologio Romano es el «dicionário de santos» por así decirlo, una enciclopedia venerada por el Vaticano que recopila a los santos reconocidos. Cada año se actualiza con nuevas canonizaciones. Y ahí encontramos a estos héroes (o superheroínas) de la fe.
Quizá estés reflexionando: ¿por qué onomástica? ¿No sería mejor festejar los cumpleaños? Bueno, los cumpleaños están todos bien, pero los días de santos añaden una capa de significado. No solo celebramos la vida de una persona, sino sus acciones y su legado. Bueno, técnicamente también puedes celebrar que ellos mismos sean llamados a ser santos, ¡la fiesta es por partida doble!
La importancia de la tradición
Pero, ¿qué hay de la tradición? A veces, en nuestro mundo moderno donde estamos más conectados que nunca, nos olvidamos de nuestras raíces. La onomástica es una forma de no perder ese lazo con nuestra historia, con nuestra comunidad y, muchas veces, con nuestra familia. Te invito a reflexionar: ¿cuántas veces has celebrado a un santo en comparación con tus propios cumpleaños?
Y si has llegado hasta aquí, probablemente ya hayas pensado en cómo a veces, lo tradicional puede ser un poco aburrido. Pero déjame decirte, una fiesta en honor a San Carlos Borromeo no tiene por qué ser una reunión de meditación. Puedes tener buena música, baile y, si lo deseas, hasta una pequeña trivia sobre los santos. ¿Te imaginas? El “¿Quién es más probable que se canonice primero?” podría ser un gran juego de fiesta.
Reflexiones finales sobre la onomástica
En un mundo constantemente en movimiento, donde las tendencias llegan y van tan rápido como un tweet, recordemos que la onomástica se mantiene firme, llevándonos a una conexión más profunda con nuestro legado y nuestras raíces. Así que la próxima vez que celebres un santo, no te olvides de pensar en lo que representa: una tradición que nos une a todos, un recordatorio de la fe y las acciones de aquellos que nos han precedido.
Ahora, mientras nos regocijamos de que San Carlos Borromeo y el resto de los santos del 4 de noviembre están siendo celebrados hoy, saludos a los Agrícolas, Amancios y Perpetuos por ahí. Quizás no sepa mucho de esa copa de vino que podrías tener frente a ti, pero estoy seguro de que estos nombres merecen ser celebrados, al igual que la fe que los une a todos.
Así que, querido lector, antes de que termine el día, no olvides enviar un mensaje a todo aquel que conozcas llamado Carlos, o a esos amigos que tienen nombres menos comunes. ¡Eso siempre garantiza una conversación interesante y llena de sonrisas!
Recuerda, como diría mi abuela: “Nunca es un mal día para celebrar a un santo”. Y, sin duda, hoy es uno de esos días. Ahora, ¿por qué no vas a compartir este artículo con alguien que comparta santo contigo? ¡Sigue la tradición!