El sonido del agua al caer en una piscina, el aroma reconfortante de café recién hecho y las carcajadas de un grupo de amigos charlando al sol pueden parecer elementos de una película idealizada sobre el retiro, pero en Dinamarca, esto es una realidad que está empezando a florecer. Mientras el mundo enfrenta desafíos sociales y económicos agudos, el país escandinavo se erige como un ejemplo de cómo la innovación en la vivienda puede ayudar a combatir un problema crónico y creciente: la soledad.

En un país donde la sociedad individualista ha dado forma a la vida cotidiana de millones, el co-living para mayores se presenta como una alternativa vibrante y esperanzadora. ¿Te imaginas viviendo en un complejo residencial con piscina, spa, gimnasio y la posibilidad de ver el fútbol con amigos? Para muchos, especialmente para aquellos que han sentido el vacío de la soledad, este sueño se convierte en una realidad palpable.

Un vistazo a la realidad danesa

Empecemos con la historia de Bodil y Henrik, un matrimonio que ha decidido mudarse a un resort residencial para mayores en Herning, Dinamarca. Con 64 y 68 años, respectivamente, han pasado la mitad de sus vidas en su hogar. La decisión de mudarse a un lugar como el Holmsø Boligresort, con actividades comunitarias y opciones de socialización, ha sido un paso hacia una vida más activa y socialmente conectada.

Bodil, con una chispa en sus ojos, revela que ella y Henrik descubrieron el lugar «por pura casualidad», lo cual me hace pensar en cuántas cosas maravillosas hay en la vida que encontramos sin buscar. Desde el momento que cruzaron las puertas del antiguo edificio en demolición que se transformaría en su nuevo hogar, ambos sabían que había algo especial en ese lugar.

La comunidad tiene un enfoque único: en lugar de simplemente ofrecer un techo, promueve el sentido de pertenencia y conexión. Con actividades programadas y la oportunidad de socializar en un ambiente seguro y acogedor, esta opción permite a los residentes disfrutar de su independencia mientras participan en una vibrante vida comunitaria.

El crecimiento del co-living para mayores

En Dinamarca, la tendencia de las comunidades residenciales para mayores está en auge. Ya no es raro encontrar iniciativas como Bovieran, una comunidad que se autodenomina «la residencia sénior del futuro», y el Agorahaverne, donde los residentes pueden vivir con libertad y la compañía de la naturaleza. Las cifras no mienten: según un estudio de las Encuestas de Salud y Morbilidad Danesas, la soledad entre los adultos mayores ha aumentado a niveles alarmantes, pasando del 6,4% en 2004 al 9,6% en 2023. La necesidad de enfrentar esta problemática se convierte en un imperativo social.

Además, podemos observar un fenómeno perturbador en Europa: más de 73 millones de personas viven solas en la UE. Comparte esto con otro dato inquietante: en Dinamarca, uno de cada cuatro adultos mayores experimenta algún grado de soledad. ¿No es esto aterrador? La soledad tiene efectos negativos en la salud, la salud mental y la calidad de vida en general.

Desafiando la soledad desde la raíz

Recientemente, el gobierno danés se ha movilizado hacia una solución activa para este asunto. En colaboración con diversas organizaciones, han puesto en marcha un Plan de Acción Nacional contra la Soledad, que busca, entre otras cosas, desestigmatizar la soledad y brindar herramientas a los ciudadanos para cambiar este estado.

Por ejemplo, en un enfoque inspirado en el Ministro de la Soledad del Reino Unido, se han comenzado a implementar «recetas sociales». Esto significa que si un médico percibe que un paciente sufre de soledad, puede «prescribir» actividades comunitarias para fomentar la interacción. ¡Quién diría que ir a un bingo podría ser una receta del médico! A veces basta con dar el primer paso para salir de la burbuja de aislamiento.

Pero, aquí va la pregunta: ¿realmente podemos cambiar nuestra perspectiva sobre la soledad? Este es un hecho evidente en el nuevo enfoque danés, donde no se trata solo de prevención, sino de un cambio cultural.

La importancia de la comunidad

Volviendo a Bodil y Henrik, es interesante cómo ambos identifican la falta de interacción social como un riesgo latente. Con sus hijos ya crecidos y viviendo por su cuenta, la pareja ha encontrado en esta nueva comunidad la oportunidad de forjar amistades significativas. Bodil menciona: «No lo llamaríamos triste, sino extraño». Esto me recuerda a algo que mi abuela solía decir: «La compañía hace la carga más ligera».

Pero la transición de una vivienda individual a un espacio comunitario no es para todos. Algunos pueden preferir la intimidad de su hogar, mientras que otros descubren que compartir su espacio puede enriquecer su vida de formas que nunca imaginaron. La clave está en encontrar el balances entre independencia y comunidad.

Innumerables beneficios del co-living

Vivir en un entorno de co-living ofrece una serie de beneficios que no siempre son evidentes. Para comenzar, está la salud mental: la interacción social frecuente puede ayudar a reducir los niveles de ansiedad y depresión. Participar en actividades grupales proporciona un sentido de propósito y puede ayudar a mantener la mente activa.

Además, esta manera de vivir fomenta un estilo de vida más saludable. En el caso de Bodil y Henrik, el acceso a gimnasios y spas no solo promueve el bienestar físico, sino que también les impulsa a mantenerse activos, ayudando a combatir la fatiga y el decaimiento.

De hecho, quienes se comprometen a una rutina de ejercicio con amigos suelen sentir mayor motivación. Todos hemos escuchado el famoso dicho: «Un amigo en la actividad siempre es más motivador». Al parecer, este es un clásico atemporal que puede aplicarse a cualquier etapa de nuestras vidas.

La realidad económica

A pesar de los muchos beneficios, no podemos ignorar la realidad económica que rodea a estas comunidades. El costo de vivir en un complejo como el Holmsø Boligresort es superior al de una vivienda convencional. Bodil y Henrik pagarán 10.800 coronas danesas (aproximadamente 1.448 euros) más 1.000 coronas danesas (134 euros) por gastos. Esto genera una pregunta principal, ¿deberían estas alternativas ser más accesibles para todos?

Es un dilema importante a considerar, porque aunque el bienestar social es crucial, también está sujeto a fuerzas económicas. ¿Es justo que solo aquellos con los recursos adecuados puedan disfrutar de una vida rica en comunidad y conexión?

El papel del Estado y la sociedad civil

A continuación, el papel del gobierno puede ser fundamental en este sentido. Con políticas que fomenten la creación de este tipo de comunidades y un enfoque en socavando el individualismo estatista, hay un camino claro hacia un futuro donde la soledad pueda ser menos prevalente.

El concepto de “individualismo estatista”, acuñado por historiadores daneses, revela el desafío al que se enfrenta Dinamarca. Por un lado, se busca propiciar la independencia individual, pero también es urgente establecer un equilibrio que fomente el aprecio por la colectividad. Al fin y al cabo, la vida es más colorida cuando la compartimos con otros.

Conclusión: un futuro más esperanzador

El futuro de los ancianos en Dinamarca, así como en el resto de Europa, nos ofrece una oportunidad única para repensar los modelos de convivencia y bienestar. Las iniciativas de co-living son una forma innovadora de atacar la soledad de una vez por todas, y como ha demostrado el caso de Bodil y Henrik, la vida no tiene por qué ser un camino solitario.

Así que, ya sea que elijas mudarte a un resort para adultos mayores o simplemente propiciar tu propia comunidad donde sea, recuerda: la soledad no tiene que ser parte de la ecuación. Con el apoyo adecuado, la interacción social puede convertirse en un nuevo estilo de vida. ¿Quién se apunta a la siguiente reunión de bingo? ✨