La política y las redes sociales han establecido un vínculo tan fuerte que, en este punto, es difícil imaginar un mundo en el que estén separados. Olvídense de los mítines en espacios públicos y los debates televisados. Ahora, todo ocurre en una pequeña pantalla que llevamos en el bolsillo. Y si no se han dado cuenta, TikTok ha tomado el centro del escenario, especialmente en las recientes elecciones rumanas. De hecho, el Servicio de Inteligencia de Rumania ha desclasificado documentos que revelan una trama intrigante en la que una red de 25.000 cuentas en esta plataforma apoyó al candidato independiente Călin Georgescu. ¿Estamos listos para aceptar que TikTok es ahora el nuevo campo de batalla político?
¿Qué demonios sucedió en Rumanía?
Para entender esto, volvamos a noviembre de 2023, justo antes de la primera vuelta de las presidenciales rumanas. En medio del ruido electoral, aparece Călin Georgescu, un candidato independiente que, sorprendentemente, había declarado cero ingresos y gastos en su campaña. Sin embargo, ¿quién necesita un presupuesto cuando se tiene una estrategia de marketing bien afinada? Un empresario del sector de criptomonedas y tecnología financiera, Bogdan Peschir, aparentemente se interesó en la campaña de Georgescu y decidió invertir ¡un millón de euros! Sin embargo, de esa cantidad, TikTok admitió que se asignaron unos 381.000 dólares (aproximadamente 362.000 euros) para pagar a usuarios que promoverían a Georgescu en su plataforma.
Así es, amigos: el futuro de la política rumana se está definiendo en TikTok. Y antes de que piensen que esto es un episodio de Black Mirror, hagamos un paréntesis y reflexionemos un poco. ¿Por qué nos sorprende que una red social donde la gente comparte coreografías y recetas de cocina esté influyendo en la política? ¿No es eso lo que hacemos todos los días, seguir a influencers que nos dicen qué cepillo de dientes comprar o cómo jugar al bingo en línea? Es solo otro paso en la evolución de la comunicación política.
El fenómeno del marketing de guerrilla digital
El experto en comunicación digital Drağos Stanca describe las tácticas empleadas por el equipo de Georgescu como un caso clásico de marketing de guerrilla digital. Y, aunque suene a término sofisticado, este concepto se refiere a estrategias de bajo costo que aprovechan el poder de la viralidad a través del usuario común. En otras palabras, en lugar de gastar miles de euros en anuncios apagados, Georgescu optó por aprovechar la autenticidad de los ciudadanos, quienes compartieron y promovieron sus mensajes.
No se trata solo de un fenómeno aislado de Rumanía. En otras partes del mundo, hemos visto cómo plataformas digitales como TikTok y Facebook han cambiado radicalmente la forma en la que se llevan a cabo las campañas electorales. ¿Alguien se acuerda de cómo un simple video de un gato pudo darle una gran visibilidad a un candidato en Estados Unidos? Tal vez, en lugar de mirar la política con escepticismo, deberíamos aprender a usar ese poder para el bien.
TikTok: la nueva voz de la juventud
Ahora, aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes. Hablar de comunicación política sin mencionar a los jóvenes sería un error gigante. La mayoría de los rumanos de 18 a 30 años no solo son usuarios activos de TikTok, sino que utilizan esta plataforma como su principal fuente de información política. Parece que la vieja escuela de leer periódicos o ver las noticias en la televisión ha quedado atrás, y en su lugar, tenemos un nuevo enfoque: contenidos dinámicos que se comparten y consumen a una velocidad asombrosa.
La generación Z es conocida por su escepticismo hacia las instituciones tradicionales. Así que, si eres un político en Rumanía, debes preguntarte: ¿cómo puedes captar su atención? La respuesta está en momentos creativos y auténticos en plataformas que conocen y valoran. Según un estudio del Instituto Reuters de 2024, ¡un 31% de la población usaba YouTube para informarse, mientras que un 13% se movía por TikTok! ¿Es esto una señal de que la era de la información convencional ha legado a su fin?
Pero… ¿es esto ético?
A medida que profundizamos en estos debates, surgen preguntas importantes: ¿Es ético usar herramientas como TikTok para manipular la opinión pública? Como menciona Stanca, aunque estas tácticas no sean ilegales, son éticamente cuestionables. ¿Acaso el fin justifica los medios? La situación se complica aún más cuando afirmamos que estas plataformas están diseñadas para fomentar la dependencia, impulsando interacciones que pueden resultar en conductas adictivas. Una combinación de algoritmos, emociones y contenido atractivo puede predisponer a los votantes hacia ciertas narrativas, incluso si estas no reflejan la realidad.
El Tribunal Constitucional rumano se vio obligado a cancelar la segunda vuelta de las elecciones, alegando la financiación ilegal de campañas. Así que, las elecciones pueden volver a celebrarse en marzo. En este contexto, ¿realmente querríamos que una red social como TikTok influyera en estas decisiones importantes?
La polarización y la desconfianza
Lo que está claro es que Rumanía, al igual que muchos otros países, se enfrenta a una creciente polarización. En un futuro cercano, este tema será ineludible en cualquier conversación política. Por un lado, hay quienes celebran la nueva era digital y cómo permite que voces antes ignoradas tengan lugar en el debate. Por otro lado, hay quienes se sienten cada vez más desilusionados y desconfían de los mensajes que reciben.
Cierro mis ojos y pienso en mis días de adolescencia. Recuerdo que cuando un político exótico aparecía en la televisión, me maravillaba su capacidad para comunión. Hoy en día, un simple clip en TikTok puede tener un impacto mucho más significativo en un joven votante que una larga disertación en un canal de noticias. Pero, ¿qué pasa cuando eso se convierte en una herramienta de manipulación? ¿Es posible que, al obsesionarse por obtener «likes», perdamos la esencia de lo que realmente significa la política?
La salida: educación mediática
En situaciones como esta, la solución no es prohibir TikTok o cualquier otra plataforma. Como mencionó Stanca, en lugar de cerrar las puertas, necesitamos promulgar educación mediática. Debemos preparar a los jóvenes para navegar por este nuevo mundo lleno de información. Los políticos deben aprender a comunicarse de manera efectiva, y la ciudadanía debe ser capaz de discernir entre lo real y lo engañoso.
Imaginemos un futuro donde las instituciones no solo sean percibidas como rectoras de normas, sino como compañeros que ayudan a construir sociedades más informadas. ¿No suena utópico, o es simplemente una cuestión de tiempo hasta que logremos acercarnos a ello?
Conclusión: el futuro de la política es digital
Así que, aquí estamos, en medio de una transformación radical de cómo se entiende y se hace la política. Las redes sociales, y especialmente TikTok, han llegado para quedarse. Son la nueva plaza pública donde se informan, debaten y polarizan ideas. La clave está en cómo todos los actores—candidatos, plataformas y ciudadanos—juegan sus cartas.
Aunque la situación puede parecer sombría, hay una chispa de esperanza. Todo depende de nosotros, como sociedad, para educarnos, participar de manera activa y no permitir que otros decidan el futuro por nosotros. ¿Quién necesita menos ruido y más sentido común? A fin de cuentas, la política debería ser, ante todo, un espacio para el diálogo y la comprensión, no para la confusión y la manipulación. Así que, ¿estás listo para dar el salto y unirte a esta nueva era digital? ¡El futuro está en tus manos!
¡Espero que hayas disfrutado de este viaje a través de la política y TikTok en Rumanía! Si te gustó, no dudes en compartirlo con tus amigos, ¡quizás ellos también quieran subirse al tren de la política digital!