La reciente tragedia de la dana (Depresión Aislada en Niveles Altos) en la Comunidad Valenciana ha levantado muchas preguntas, emociones y reacciones. A finales de octubre, la jugosa polémica comenzó cuando las autoridades se vieron en la necesidad de evaluar su respuesta a esta catástrofe natural. A través de un comunicado, el Gobierno valenciano respondió a la jueza que lleva el caso, aclarando quién tomó la decisión crucial de enviar el SMS ES-Alert que, a las 20:11 horas de esa fatídica noche, trataba de alertar a la población sobre la emergencia.
¡Y qué momento para un mensaje! Como si no fuese suficiente con la gotita que siempre se cuela en la esquina de nuestra ventana durante una tormenta, la naturaleza decidió desatar todo su arsenal. En este artículo, profundizaremos en la respuesta del Gobierno, los detalles que se mencionan, y reflexionaremos sobre cómo se pudo mejorar la estrategia de comunicación en momentos de crisis.
El hecho clave: el mensaje que llegó a tiempo, pero ¿era suficiente?
¿Alguna vez has recibido un mensaje de emergencia en tu móvil? Esa vibración repentina que ciñe tu mundo, justo cuando estás a punto de devorar una galleta. Ese fue el propósito del SMS ES-Alert, según la Generalitat. La responsabilidad de este mensaje recayó en el Cecopi (Centro de Coordinación Operativa Integrado), presidido por la consellera de Justicia, Salomé Pradas, y otros miembros relevantes del comité de dirección.
En momentos de crisis, es crucial que la comunicación sea clara y efectiva. Pero, aunque el mensaje fue enviado, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿fue el contenido lo suficientemente claro? La naturaleza tiene su propio ritmo, y cuando se trata de inundaciones, cada segundo cuenta. La respuesta del Gobierno ha dejado entrever un cierto nivel de desconexión entre las decisiones institucionales y la realidad en el terreno.
La importancia de las decisiones en tiempo real
En situaciones críticas como la que vivimos, cada segundo es un lujo. La Generalitat ha mencionado que la decisión sobre el mensaje se abordó en varias reuniones, donde participaron actores clave de diversas organizaciones, desde Aemet hasta la Unidad Militar de Emergencias. Se convocaron todos los organismos pertinentes para diseñar un plan de acción. Pero cabe preguntarse, ¿realmente llevaron la pasta en la maleta?
Recuerdo una vez que, tras la advertencia de un huracán, un amigo se empeñó en grabar un video explicando cómo sobrevivir con galletas de animalitos y una batidora. La intención era buena, ¿pero era eso lo que realmente necesitábamos en ese momento? La gente no quiere explicaciones de recetas de cocina, quiere saber cómo protegerse.
Un SOS necesario: la evaluación forense que se solicita
La jueza de la dana ha ido más allá al solicitar una evaluación forense del daño psicológico sufrido por los familiares de los fallecidos. Este es un punto crucial, ya que no se trata solo de la pérdida material, sino de las huellas emocionales que quedan tras una tragedia. Hasta que uno no ha perdido algo realmente valioso, es fácil olvidar lo que se siente. La vida es frágil, y el dolor puede ser aterrador.
La pregunta que flota en el aire es: ¿cómo pueden las instituciones asegurar que estén preparadas para reaccionar no solo ante el desastre, sino también ante el contexto emocional que se produce a su alrededor? Es vital que el dolor de los afectados se escuche y que haya un plan de acción para atender sus necesidades psicosociales.
Estrategias de protección a la población: ¿qué se hizo y qué se puede hacer mejor?
El Plan Especial frente al riesgo de inundaciones, revisado por última vez en 2021, establece las medidas a seguir en casos de emergencia, que van desde la autoprotección hasta la evacuación. Aquí es donde la teoría se encuentra con la vida real. Por un lado, es tranquilizador contar con un plan. Pero, ¿es suficiente tener una lista de procedimientos colgada en la pared de la oficina?
La verdad es que, en situaciones de emergencia, el pánico puede desencadenar respuestas irreflexivas. También es un hecho que no todos aceptan consejos en tiempos difíciles. Por eso, la comunicación proactiva y la formación de los ciudadanos son habilidades que deben cultivarse a lo largo del tiempo.
La importancia de la educación comunitaria
A veces, siento que deberíamos tener un “Curso de Supervivencia Urbana” como apoyo fundamental en nuestras escuelas. No estoy hablando de aprender a cazar o hacer fuego. Sería un curso breve sobre cómo actuar ante situaciones como esta. Porque, ¿quién no ha sentido un pequeño pánico interno al pensar en lo poco que realmente sabemos de seguridad en emergencias?
Imagina por un momento que, además del SMS, hubiese habido una campaña de sensibilización previa. Una en la que la gente se hubiera entrenado para responder a emergencias. Quizás se podría haber distribuido un manual con consejos prácticos sobre cómo evacuar, protegerse, o incluso cómo comunicarse con los servicios de emergencia. Eso habría hecho una diferencia notable.
El rol de las redes sociales y la tecnología en la comunicación de emergencias
En este contexto, tampoco podemos ignorar el impacto que las redes sociales tienen en la comunicación de riesgos. Si tengo que escuchar una vez más el viejo eslogan de «el que no está en redes sociales, no existe», quizás pierda un poco de fe en la humanidad. Pero lo cierto es que, en la era digital, las redes ofrecen una vía inmediata para enviar y verificar información.
Con la combinación de plataformas como Twitter, Instagram y WhatsApp, se pueden difundir alertas y actualizaciones casi en tiempo real. Sin embargo, la veracidad de toda la información compartida siempre se pone en tela de juicio. Recientemente, he visto cómo una falsa alarma en Twitter causaba caos entre mis amigos, que salieron corriendo a comprar pan y agua, creyendo que el apocalipsis estaba cerca.
La necesidad de que las autoridades estén en línea
Por lo tanto, no es suficiente que el Cecopi o el Gobierno tenga un plan. También deben mantenerse visibles en el ámbito digital, donde tanto incide la información. Las numerosas plataformas existentes permiten que cualquier mensaje llegue hasta el rincón más remoto. Mientras tanto, un nido de patos puede que no esté al tanto de los SMS de emergencia. Pero, ¿quién puede culpar a la patoena si no revisa sus mensajes antes de salir volando?
Conclusiones y aprendizajes para el futuro
La respuesta del Gobierno valenciano a la tragedia de la dana nos deja un sinfín de lecciones. No sólo sobre cómo actuar en crisis, sino también sobre la importancia de la comunicación, la educación y la empatía. La realidad es que la naturaleza puede ser impredecible, pero nuestras respuestas no deberían serlo. La preparación y la proactividad son la clave para enfrentar desastres de esta magnitud y dolor.
Ahora, más que nunca, el pueblo demanda que se escuchen sus voces y que se prepare un verdadero plan de acción. Así que, mientras aguardamos que las autoridades se organicen, aprovechemos para crear conciencia sobre las necesidades de la comunidad y preparémonos para lo que venga. ¿Alguno de ustedes ha considerado su propio plan de emergencia? ¡Quizás sea hora de hacer una reunión familiar sobre cómo sobrevivir a la próxima tormenta, con un juego de rol y galletas de animalitos!