El 26 de noviembre de 2023 fue una fecha marcada en el calendario de la Universidad CEU San Pablo y, sin duda, en la historia de España. En una ceremonia cargada de emoción y sentido, la reina Sofía fue investida como doctora honoris causa, un homenaje que celebra su contribución a la cultura, las artes y las actividades sociales en nuestro país. ¿No es genial ver cómo la dedicación y la entrega a una causa mayor son reconocidas de tal forma? Lo cierto es que no todos los días vemos a una monarca ser galardonada en un evento académico, así que mejor me acomode en mi sofá y les cuente más sobre esta ceremonia.

Un acto lleno de simbolismo: Aula Magna Reina Sofía

El evento tuvo lugar en el Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo, la cual desde ese momento lleva el nombre de la reina. ¡Un honor que ni Lady Gaga podría rechazar! Durante la ceremonia, se entregaron los símbolos que acompañan a tan prestigioso grado académico: un birrete laureado, una medalla, un libro de la ciencia, guantes blancos y, claro, el anillo de doctora. ¿Se imaginan cómo debe sentirse al llevar todo eso puesto?

Como parte de la ceremonia, la comunidad universitaria se reunió para rendir homenaje a una figura que ha estado presente en la vida de los españoles por generaciones. Benigno Pendás García, presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, tuvo el honor de pronunciar el laudatio. «Doña Sofía es nieta, hija, esposa, madre y en un futuro abuela de reyes y reinas», dijo, lo que me hizo pensar en lo que significa realmente ser parte de una familia que lleva tanta historia. Un poco de presión, ¿verdad?

El compromiso de doña Sofía: más que una reina

Más allá de los títulos y los honores, el discurso de Pendás también destacó la labor social y cultural de doña Sofía. Su respuesta rápida tras la DANA de finales de octubre para promover un banco de alimentos fue un claro ejemplo de su compromiso y empatía hacia quienes más lo necesitan. ¿Cuántas veces nosotros, mortales de a pie, hemos pensado: «Sí, está mal lo que pasa, pero ¿qué puedo hacer yo?» La reina Sofía pareciera tener una respuesta en mente: actuar.

Ella ha sido un pilar constante para la sociedad, volcando sus esfuerzos en causas sociales y artísticas, y ha conquistado el corazón de muchos españoles. Es saludable reconocer cuando alguien hace algo bien, y aquí la Universidad CEU San Pablo lo dejó claro: se están tomando en serio la importancia de servir a la comunidad.

La trayectoria académica de la reina Sofía

No es la primera vez que la reina emérita recibe un honor de este tipo; su lista de reconocimientos es más larga que la cola del Banco de Alimentos que ayudó a organizar. En 1986, la Universidad de Valladolid la nombró doctora honoris causa, y ha sido honrada por instituciones tan prestigiosas como la Universidad de Oxford y la Universidad de Nueva York, entre otras. ¡No puedo evitar pensar que su currículum debería ser el sueño de cualquier persona buscando trabajo!

Este regreso a la vida académica en un momento donde la educación y la cultura parecen estar en declive en algunos aspectos, hace que esta investidura sea particularmente relevante. En un mundo donde tantos jóvenes luchan por encontrar un camino en la vida, ver que una figura de renombre respalda la educación es refrescante. ¿Verdad que sí?

La voz de la reina

La reina Sofía tuvo la oportunidad de dirigirse a los presentes, y aunque su intervención fue breve, su agradecimiento habló más que mil palabras. En una era en la que muchos se deslumbran con la fama y el glamur de la realeza, su humbleza es como un soplo de aire fresco en una sala llena de perfumes caros. ¿A quién no le gustaría encontrar a un legendario rey que en vez de hablar de sí mismo, simplemente agradece?

Reconocimientos y honores

Aparte de su reciente distinción, la reina Sofía ha sido objeto de numerosos reconocimientos a lo largo de su vida. Si le contamos a nuestra abuela que fue galardonada en Grecia, Portugal, Estados Unidos y varios otros lugares, ¡ella se emocionaría más que en la final de Eurovisión! Realmente, sus vínculos con el arte y la cultura son claros, y la Universidad CEU San Pablo ha dado un paso importante al incluirla en su prestigioso claustro.

Un punto que me parece fascinante es cómo su historia personal se entrelaza con la de España. Hay algo profundamente conmovedor en ver a una mujer que ha sido una figura tan influyente al lado de su esposo y su familia, y ahora se le reconoce como un individuo por derecho propio. ¿Quién dijo que el rol de la reina era solo ser un adorno en eventos de gala?

La CEU San Pablo: un espacio de talento y cultura

La Universidad CEU San Pablo no solo ha hecho historia con esta investidura; también se ha consolidado como una de las instituciones que más apuestan por el talento y la cultura en España. Al otorgar un título a alguien como doña Sofía, están reforzando la idea de que la educación superior y el arte son vitales para el progreso de la sociedad. Y, como decían nuestras abuelas: la cultura va al final de la vida. Pero, ¡qué equivocados están! La cultura y la educación son el corazón de un país que aspira crecer y desarrollarse.

Más allá de los títulos

La fusión entre cultura y conocimiento es clave para el desarrollo de la sociedad. En tiempos donde el entretenimiento y la información superficial parecen dominar, actos como el de la CEU San Pablo reafirman que hay valores que no debemos perder de vista. La importancia del arte, la educación y la solidaridad son pilares que la reina Sofía ha defendido a lo largo de su vida. ¿Cuánto tiempo más va a tardar la gente en darse cuenta de lo importante que es tener referentes como ella en la esfera pública?

Conclusión: un legado en construcción

La investidura de la reina Sofía como doctora honoris causa de la Universidad CEU San Pablo no solo honra su legado, sino que también genera una conversación sobre el rol de la cultura en nuestras vidas. En un mundo donde muchas veces parece que lo que importa es el ruido en redes sociales, pilares como doña Sofía y universidades comprometidas con el arte y la educación nos recuerdan que hay cosas mucho más importantes.

Reflectamos sobre esto: cada uno de nosotros puede contribuir a construir una sociedad más culta y solidaria. Así como la reina, debemos encontrar formas de actuar, de involucrarnos en nuestras comunidades y de no olvidar que, al final del día, todos estamos aquí para ayudar a los demás.

Entonces, ¿quién dice que no se puede hacer una diferencia? Si doña Sofía pudo, ¿por qué no podríamos nosotros? Mientras tanto, sigamos celebrando estos momentos de reconocimiento que nos inspiran a ser mejores. ¡Hasta la próxima, amigos!