¡Ah, Austria! Ese encantador país donde los paisajes alpinos se entrelazan con la rica historia de la música clásica, el vino y, por supuesto, el strudel. Sin embargo, en medio de paisajes idílicos y melodías de Mozart, este domingo, las elecciones legislativas podrían dar un giro inesperado a la política austriaca, y quizás, ¡agárrense los sombreros, la política europea en su conjunto! Con el FPÖ, el partido de ultraderecha, liderando las encuestas, podríamos estar ante un escenario que enfatiza la pregunta: ¿Atrás, en lugar de adelante?

Ahora, antes de que empiecen a pensar en qué tan feo sería un “austriaco primero” como lema de campaña, tomemos un respiro y exploremos la complejidad de lo que está sucediendo en este pequeño, pero intrigante, rincón de Europa.

La ascensión del FPÖ: ¿un eco del pasado?

Es fácil mirar un fenómeno político de ultraderecha y pensar que es un capricho fugaz, un eco del pasado que no se atreve a abrirse camino en el presente. Pero aquí estamos, en 2023, con el FPÖ liderando las encuestas y apuntando a una posible victoria en las elecciones legislativas. Herbert Kickl, el líder del partido, ha estado haciendo olas con un discurso que recuerda a la era del «América primero» de Trump, solo que en este caso, es «¡Austria primero!».

Despertando del sueño europeo

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Austria había mantenido un delicado equilibrio político. Las coaliciones con partidos de ultraderecha eran un tabú, una línea no cruzada. Sin embargo, las sombras del pasado a veces tienen una manera curiosa de ser retomadas. La posibilidad de que el FPÖ, con un 27% de apoyo en las encuestas, asuma el control podría significar que muchas voces progresistas y liberales simplemente no tendrán espacio en el nuevo panorama político.

¡Es como ver un tren de carga que acelera hacia una estación sin luces de advertencia! Gente, esto es serio.

La agenda radical de Kickl

Con Kickl al mando, la agenda política austriaca podría cambiar drásticamente. Su enfoque antimigratorio, que hace eco de un antiguo manual que pareciera ser parte de una película de los años 30, renueva la retórica xenofóbica en un continente que había luchado por dejarla atrás.

Tomemos, por ejemplo, la palabra “remigration”. Nunca supe que un término tan constructivo podría tener un eco tan negativo, pero aquí estamos. El FPÖ ha puesto esta palabra en el centro de su mensaje, representando deportaciones masivas de inmigrantes y rechazando peticiones de asilo. ¿Podría ser que este término esté destinado a ocupar un lugar de honor en el diccionario de la ultraderecha europea?

La sombra de la «Fortaleza Europa»

Además de la remigration, Kickl ha popularizado la idea de crear una “Fortaleza Europa”. En un momento donde se busca cooperación internacional y respuesta unificada a las crisis migratorias, parece justo lo contrario. Al final, la “Fortaleza” podría terminar siendo un laberinto en el que los valores fundamentales de Europa se pierdan entre los muros.

Un ligero toque de ironía aquí: ¿qué tan alto y resistente serían estos muros, cuando la cooperación y la humanidad son la verdadera fortaleza? Pero bueno, eso no parece ocupar muchos pensamientos en este punto.

Una mirada hacia el futuro: posibles coaliciones

Uno de los temas más intrigantes de esta campaña es la pregunta de quién se sentará en el banco de al lado de Kickl si su partido gana. La idea de un gobierno de coalición con el propio ÖVP (Partido Popular Austríaco) podría parecer un paso lógico, tal como planear unas vacaciones a la playa en pleno invierno.

Pero aquí hay un giro: el actual canciller, Karl Nehammer, aunque no descarta una coalición, no considera a Kickl como un socio adecuado. ¡Lo que se dice tener estándares! Tal vez Nehammer tenga en mente un «cordón sanitario», un término que hace eco de momentos históricos en la lucha contra los extremismos políticos.

Imaginémonos la escena: una mesa de negociaciones, cafés humeantes, miradas acusadoras y, de repente, alguien suelta: «¿Remigration, dices? No, gracias». La tensión tiene que ser palpable.

Alternativas de coalición: una Gran Coalición o un tripartito

Si bien Kickl podría estar soñando con el poder, los demás partidos –ÖVP, soziale democratic, verdens y NEOS– parecen estar en un punto muy diferente. Una Gran Coalición podría ser el camino a seguir, pero eso implicaría abrazar a un rival que hasta hace poco era considerado un paria. Así que imagina lo incómoda que sería esa cena de Navidad, ¿verdad?

Una alternativa de un tripartito, comenzando con los conservadores y socialdemócratas, además de los liberales de NEOS, tampoco suena muy romántica. El amor no está en el aire en este frágil paisaje político donde todos parecen estar mirando a las esquinas.

¿A dónde nos lleva esto?

La posibilidad de que Austria se sumerja en un gobierno ultraderechista no solo afecta a sus ciudadanos, sino que resuena a lo largo de toda Europa.

Imagina que un país conocido por su chocolate amargo se sumerge en una política cremosamente amarga. Las repercusiones podrían ser profundas. Europa ya tiene suficientes desafíos con el cambio climático, las crisis económicas y los conflictos globales. La llegada de un canciller como Kickl podría cambiar la narrativa, centralizando la política en la xenofobia y el desprecio hacia la diversidad.

Una pregunta de valor

Así que, querido lector, mientras nos preparamos para ver cómo se desarrolla esta intriga política, les dejo con una pregunta: ¿Es realmente un “¡Austria primero!” lo que queremos en un continente que ha luchado por construir puentes y no muros?

La historia está escrita con la tinta de nuestras elecciones. Quizás es momento de recordar que, aunque la política pueda ser un escenario intenso y caótico, el verdadero poder reside en la elección de ser humanos antes que políticos. Y en nuestros corazones, en última instancia, puede estar la verdadera «fortaleza».

Conclusión

Lo que se avecina en las elecciones de este domingo en Austria no es solo una elección. Es un reflejo de las tensiones que existen en muchos rincones del mundo actual. Las voces de la ultraderecha, alimentadas por la ansiedad y el miedo, podrían resonar aún más si los votantes no hacen un esfuerzo consciente por recordar lo que está en juego.

Así que, ya sea que estés en Austria o en cualquier parte del mundo, es fundamental mantenerse informado, involucrarse y recordar que cada voto cuenta. En la política, como en muchas historias, el desenlace a menudo depende de las decisiones que tomamos en los momentos decisivos.

¿Listos para el show? La historia de Austria podría ser solo el comienzo de un capítulo muy interesante en el teatro europeo. ¡Que empiece la función!