El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, siempre nos trae reflexiones profundas, y este año 2023 no ha sido la excepción. En un contexto donde la política española parece moverse entre escándalos, acusaciones y un tira y afloja entre partidos, la situación se vuelve aún más compleja. ¿Qué está sucediendo realmente en el tablero político del país? Aquí te traigo un análisis que, aunque a primera vista puede parecer denso, trata de ir más allá de los titulares sensacionalistas y de desmenuzar lo que hay detrás de cada nota de prensa.

El trasfondo del drama político

El Partido Popular (PP) decidió encarar el 8-M con un lema que resonó con fuerza: «Feminismo, pero de verdad». Este fue más que un simple eslogan, pues encierra una estrategia política bien medida. Según el PP, esto no solo trata de la lucha por la igualdad de género, sino también de desgastar al PSOE, especialmente en tiempos donde la falta de confianza en el gobierno va en aumento. Es un juego de dominó, y cada ficha que se cae puede tener un impacto inesperado.

Recuerdo una vez que trataba de organizar un grupo de lectura. Una simple elección de libro provocó una serie de tensiones que, a primera vista, parecían absurdas. Lo mismo sucede en la política: un comentario aquí, un escándalo allá, y de repente, te encuentras en el medio de una tormenta. Así se siente el ambiente en estos días para los políticos, donde cada palabra y cada relación cuenta.

El caso Koldo: un escándalo que vuelve a marcar la pauta

La reciente declaración de Jéssica R, ex pareja de José Luis Ábalos, en el Tribunal Supremo menciona la prostitución, lo que ha añadido leña al fuego en los discursos entre partidos. Se menciona el caso Koldo, que se ha vuelto uno de esos episodios de la política que marcan un antes y un después. ¿Cuántos escándalos más se necesitan para que la política tome un giro responsable? Cada nuevo escándalo parece una oportunidad para que el PP haga un punchline a su rival en un cruento juego de acusaciones y retórica.

La estrategia del PP se presenta clara: dividir y conquistar. Al vincular la imagen del PSOE a la prostitución y a incidentes como los ERE o el caso ‘Tito Berni’, el PP intenta abrir grietas en el que antes era un sólido bastión socialista. Pero, seamos honestos, este comportamiento desesperado puede resultar contraproducente. En vez de atraer a los votantes, podría generar una repulsión por la manipulación emocional.

Feminismo: la verdadera lucha o un arma política

No me malinterpretes; la lucha por la igualdad de género es de vital importancia. Y aquí entra el dilema: ¿Es el feminismo una cuestión de bandera política o un auténtico interés por la igualdad? El manifiesto del Movimiento Feminista de Madrid se centró en la explotación sexual y el rechazo a prácticas como el sugar dating. «¡Ninguna mujer nace para puta!» resonaba en el aire. Las palabras de las mujeres que marchaban en las calles marcaban la pauta contra cualquier intento de tergiversar su lucha.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, estuvo presente en la manifestación del 8-M. Una presencia que, aunque significativa, no dejó de causar reticencias. ¿Debería la figura de un político associarse a una causa tan cruda y visceral? A veces, parece que ellos están ahí más por lo estratégico que por una verdadera vocación de cambio social.

La lucha antirracista también en el 8-M

Este año, el 8-M también puso en el centro de la manifestación el tema del racismo, lo que añade aún más capas a esta ya turbia sopa política. Con el acuerdo entre el PSOE y Junts para ceder las competencias migratorias a Cataluña, se plantea el gran dilema: ¿la lucha política ha perdido su rumbo al alinearse con partidos que promueven visiones tan restrictivas sobre la inmigración?

El PP ya ha levantado la voz, acusando al PSOE de ser cómplice de una ley “racista”. Como si en vez de buscar soluciones, prefirieran jugar el juego de “quién es más malo”. Y aquí estamos, hablando de votantes que están buscando respuestas reales a sus problemas.

El efecto dominó: consecuencias inesperadas del acordado

¿Qué pasará ahora con el PSOE? Con la presión aumentando y con el PP aprovechando cada desliz, la situación parece estar en un punto crítico. Los votantes socialistas, muchos de ellos feministas de corazón, se preguntan: “¿Es este el camino que queremos seguir?”. Primero fue la falta de consenso respecto a la prostitución, y ahora la delegación de competencias relacionadas con la inmigración, justo en un momento donde hay un foco de atención en el racismo. La ironía es que, mientras el PSOE intenta posicionarse como un firme defensor de la igualdad, sus tratos parecen más un paso hacia atrás que hacia adelante.

Conclusiones y reflexiones

Al final del día, la realidad política es un espejo distorsionado donde cada partido busca reflejarnos sus propias verdades. Todo esto me recuerda a las discusiones que solía tener con amigos sobre «¿cuál es el mejor sabor de helado?». Al final, seamos sinceros, cada uno tiene sus preferencias. Pero, ¿deberíamos dejar que nuestras preferencias nublen nuestro juicio sobre temas tan complejos como la igualdad de género y la inmigración?

No existe una sola verdad en política, sino una serie de narrativas que pueden ser manipuladas para crear realidades alternas. Y, en medio de todo, las voces de las mujeres, quienes realmente han estado luchando por el cambio, no deberían ser silenciadas ni usadas como herramientas en esta batalla política. El ser humano, en su afán de sobrevivir, suele olvidar que a veces lo que se necesita es escuchar a los verdaderos protagonistas y no solo a los que detentan el poder.

La política puede ser un mundo particularmente pesado y a menudo desalentador, pero como en todo en la vida, mantener un poco de humor y perspectiva puede ayudar a soportar el peso de la carga. ¿Dónde nos llevará todo esto? Al parecer, solo el tiempo lo dirá.

Al final, si hay algo que he aprendido en este camino lleno de palabras y promesas vacías, es que la verdadera lucha no es solo política, sino profundamente humana. Y en un mundo donde las relaciones se desgastan con cada escándalo, tal vez lo que realmente necesitamos es más empatía y menos estrategia. ¿No crees?