La reciente decisión de Claudia Sheinbaum, futura presidenta de México, de no invitar al rey Felipe VI a su toma de posesión ha generado un torbellino de reacciones, tanto en México como en España. A continuación, profundizaremos en la naturaleza de esta controversia, explorando los antecedentes, las implicaciones diplomáticas y sobre todo, el contexto histórico que rodea esta decisión.

¿Qué ha pasado realmente?

Para que todos lo tengamos claro, el pasado 1 de octubre, Sheinbaum se convirtió en la primera mujer en asumir la presidencia de México. Sin embargo, su ceremonia de toma de posesión estuvo marcada por la notable ausencia del monarca español, un gesto que no ha pasado desapercibido y que ha dejado a más de uno rascándose la cabeza. ¿Qué llevó a esta exclusión? En su comunicado en la red social X, Sheinbaum hace referencia a la carta enviada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2019, en la que exigía disculpas al rey por las atrocidades cometidas durante la conquista.

Es casi como si AMLO estuviera jugando al Monopoly y decidiera que se saltaba la casilla de «Salida» porque, al final del día, el rey nunca le había devuelto los 200 dólares que le debía. Y así, tras años de silencio, la falta de respuesta del rey se transforma en una especie de «juego diplomático» donde, aunque nadie quiera perder, sí se demuestra que hay algunas piezas en el tablero que simplemente no encajan.

Una historia de silencios y disculpas

Este tema de las disculpas históricas no es nuevo. Desde que AMLO asumió la presidencia, ha llevado una retórica fuerte en torno a la historia colonial y los derechos de los pueblos indígenas. En 2022, incluso sugirió hacer una pausa en las relaciones con España, dominadas por tensiones relacionadas con la empresa española en México y la demanda de una disculpa. ¿Es este un acto de valentía histórica o un juego político astuto? ¡Eso se lo dejamos a los analistas!

Esto también nos lleva a preguntarnos: ¿Es el silencio del rey Felipe VI una forma de mantener las distancias, o simplemente una falta de interés en un diálogo que ya se antoja vital para las relaciones bilaterales? Hasta el momento, provocó que el Gobierno español se manifestara, expresando que la exclusión del rey era «inaceptable», mientras que Sheinbaum se mantenía firme en su posición. Un enredo típico de la política que podría generar varias risas en una comedia romántica, pero que, en la realidad, es una cuestión muy seria que necesita resolverse.

¿Qué implicaciones tiene esto para México y España?

Los analistas políticos han argumentado que la decisión de Sheinbaum no solo refleja un acto simbólico de justicia histórica, sino que también establece un nuevo estándar para el Gobierno mexicano. Por un lado, se plantea una fuerte reivindicación de los pueblos indígenas que han sido históricamente marginados, y por otro, se señala el deseo de México de restablecer un diálogo basado en el respeto mutuo.

¡Pero esperen! Esto no significa que las relaciones entre ambos países estén condenadas al naufragio. De hecho, Sheinbaum ha enfatizado que ambos países comparten una sólida relación de amistad. “Siempre hemos sido aliados en momentos cruciales”, menciona, haciendo referencia a la historia compartida entre las naciones. ¡Con tantos lunáticos políticos por ahí, suena refrescante escuchar sobre alianzas y amistad!

La perspectiva de las empresas

En esta jugada diplomática, no solo está en juego la imagen del Gobierno; también hay un trasfondo económico considerable. España cuenta con numerosos intereses empresariales en México, que van desde la energía hasta la infraestructura. ¿Qué pasará con estos negocios si las relaciones diplomáticas continúan deteriorándose? Aquí es donde el asunto se vuelve un poco más complicado.

Imagina que eres un inversor español, has estado poniendo tus fichas en el mercado mexicano y de repente un evento inicial, la no-invitación del rey, genera un temblor en la realidad. ¿Seguirías apostando si la posibilidad de una escalada de tensiones es real? El miedo en este caso es el freno a las inversiones y, por ende, a los empleos y a la economía mexicana. Una situación que a muchos no les hace gracia.

Reflexionando sobre la historia

Es interesante observar cómo situaciones del pasado influyen en nuestras decisiones contemporáneas. La colonización española dejó cicatrices en la identidad mexicana que llevan años tratando de sanar. Al pedir disculpas, AMLO no solo busca justicia; también intenta cerrar heridas que han estado abiertas durante siglos. La falta de respuesta del rey Felipe VI es una herida más que sigue sangrando en la historia de México.

La importancia del reconocimiento

La manera en la que las naciones abordan estos temas históricos puede ser un indicador poderoso del futuro. Si bien Sheinbaum tiene buenas intenciones al insistir en el reconocimiento de los pueblos indígenas, también es vital que se maneje el tema con cuidado. Para avanzar en la diplomacia, no se trata solo de exigir disculpas; también implica construir un puente hacia el futuro.

Imagina una fiesta donde todos los presentes son amigos, pero uno de ellos sigue resentido porque no le invitaron a una fiesta anterior. ¿Cómo resuelves eso? Hablando, dialogando y, probablemente, ofreciendo un buen taco al pastor. En el caso diplomático entre México y España, encontrar un camino de entendimiento parece ser el único modo de lograr una reconciliación.

Mirando hacia el futuro

El mensaje de Claudia Sheinbaum, como futura presidenta, es esperanzador. Señaló que “se beneficiaría con una perspectiva renovada”. Posiblemente, en este nuevo rumbo que planea tomar, se pueden encontrar oportunidades para construir una relación mucho más fuerte y abierta entre México y España. Pero, como todo en la vida, eso requerirá esfuerzo y compromiso mutuo.

Más allá de los conflictos históricos y las disputas actuales, las relaciones entre los países deben enfocarse en la solución, y no solo centrarse en las heridas del pasado. Con un enfoque renovado, ambos gobiernos podrían crear un caos constructivo que derive en un bienestar para sus ciudadanos.

Conclusiones

¿Fue un acto calculado o una simple omisión en la lista de invitados para la toma de posesión de Claudia Sheinbaum? No hay dudas de que la exclusión del rey Felipe VI ha generado un cisma en las relaciones entre México y España que demandará atención.

Las palabras de Sheinbaum sobre construir relaciones más fuertes a partir del respeto mutuo son cruciales. En un mundo donde las relaciones internacionales se vuelven cada vez más complejas, la diplomacia auténtica y la respuesta a las heridas históricas son esenciales.

Al final del día, el futuro de estas relaciones puede ser brillante si ambos lados están dispuestos a ceder, a escuchar y, más importante aún, a entender que a veces la historia pesa más que cualquier protocolo diplomático. ¿Estaremos a la espera de una respuesta en forma de disculpas del rey Felipe VI? Solo el tiempo lo dirá, pero no olvidemos que, como espectadores de esta novela política, siempre habrá espacio para el diálogo. ¡Y un buen taco, por supuesto!