¿Alguna vez has mirado al mar y te has perdido en sus profundidades? Predrag Matvejević, un nombre que resuena con fuerza en la literatura y en el debate sobre los derechos humanos, dedicó gran parte de su vida a explorar no solo el mar Adriático, sino el alma misma de Venecia, esa ciudad que parece flotar entre sueños y recuerdos. Hoy, quiero hablarte de él, de su obra y de cómo su perspectiva nos invita a explorar un lugar que todos creemos conocer, pero que, seguramente, pocos realmente entendemos.

En un mundo inundado de viajes instantáneos y fotos perfectas de influencers, el nombre de Matvejević brilla como un faro para aquellos que desean profundizar en la esencia de las cosas. L’altra Venècia, su obra más destacada sobre esta famosa ciudad, se aleja del bullicio turístico y nos ofrece una mirada introspectiva, casi filosófica, sobre el pasado, presente y futuro de Venecia. Pero antes de sumergirnos en los mares literarios que él navega, es importante conocer un poco más sobre su fascinante vida.

Una biografía entre culturas

Matvejević nació en Mostar en 1932, en lo que entonces era Yugoslavia. Un cruce de caminos cultural, donde las influencias croatas y rusas danzaban en el aire. Imagina crecer en un hogar donde el idioma se convierte en un constante juego de perspectivas. Esto lo llevó a estudiar letras francesas en la Universidad de Sarajevo y más tarde en la Sorbona, donde completó su tesis sobre el compromiso social de la poesía. ¡Vaya! Me pregunto si en aquel entonces ya sabía que un día iba a enfrentar un conflicto que pondría a prueba tanto su intelecto como su espíritu.

La guerra estalló en 1991 entre Croacia y Serbia, y aunque muchos se habrían encogido de miedo ante tal perspectiva, Matvejević decidió no rendirse. Volvió a Zagreb y se comprometió, no solo como profesor, sino también como activista por los derechos humanos. La literatura, y sobre todo la poesía, fueron sus armas, aunque a veces a uno le gustaría tener espada y escudo cuando se habla de justicia social, ¿verdad?

La relación entre el mar y Venecia

Cuando Matvejević habla del mar, lo hace desde un lugar de profundo amor y respeto. El mar Adriático no es solo un telón de fondo para la ciudad; es su esencia misma. En L’altra Venècia, no solo nos invita a apreciar la belleza superficial de la ciudad, sino que también plantea preguntas profundas sobre la identidad y el paso del tiempo. Cuando lees su descripción del entorno veneciano, es como si el viento y las olas pudieran hablarte.

Venecia es famosa por su arquitectura impresionante y su arte, pero ¿sabías que su cultura también floreció gracias al comercio marítimo? La fusión de culturas y tradiciones que comenzó en el puerto de Venecia ha dejado una huella indeleble en su carácter. Matvejević lo entiende, y desde su perspectiva única, nos muestra cómo estas influencias se entrelazan en cada rincón de la ciudad.

Una Venecia vacía

Hay algo irónicamente hermoso en que, en medio de su obra, Matvejević nos invite a imaginar una Venecia desierta. En sus páginas, describe un paisaje que se siente triste y melancólico. Un lugar sin turistas, donde los venecianos, en medio de su realidad cotidiana, parecen desvanecerse. Esta imagen nos lleva a reflexionar sobre cómo las grandes masas de turistas pueden hacer que perdamos la esencia de un lugar. ¿Acaso no hemos dejado de ver las pequeñas joyas que existen en cada esquina?

Cuando Matvejević menciona a Vita, un ciego querido por todos, sentimos la fuerza del contraste. A pesar de su ceguera física, su visión de la ciudad y sus relatos llenos de historia lo convierten en un faro de luz en la oscuridad. Nos recuerda que a veces, las verdades más profundas se encuentran donde menos las esperamos.

La nostalgia y el arte de recordar

La prosa de Matvejević es un viaje en sí misma. Es evocadora y nostálgica, invitándonos a explorar una Venecia que quizás nunca hemos conocido. Esta ciudad, que parece estar atrapada en el tiempo, nos plantea muchas preguntas. ¿Qué nos queda por descubrir en nuestros propios lugares? ¿Cuántas historias no hemos escuchado porque estamos demasiado ocupados con nuestros teléfonos?

Y hablando de eso, estaba recordando mi propio viaje a Venecia hace algunos años. Recuerdo que me dejé llevar por la corriente de turistas, pero la verdad es que sentí que había algo más en la ciudad de lo que se podía ver a simple vista. Sin embargo, nunca profundicé tanto como Matvejević. Ahora me pregunto, ¿cuántas experiencias perdemos al no mirar más allá de las imágenes en Instagram?

El mar como personaje

En su libro, el mar, ese vasto e infinito Adriático, se convierte en un personaje más, con su propia historia. Matvejević menciona la vegetación, las aves y los vientos que moldean la vida en la ciudad. Al hacerlo, crea una conexión entre el hombre y la naturaleza que resuena poderosamente.

A veces, me encuentro pensando en cómo nuestras vidas modernas nos han distanciado de la naturaleza. Es como si estuviéramos atrapados en una burbuja, sin darnos cuenta de que, como Matvejević dice, el paisaje y su historia son parte crucial de quienes somos. La importancia de entender y respetar el mar es vital, y tal vez hay una lección aquí para todos nosotros.

Una voz para el futuro

Matvejević no solo escribió sobre el pasado; también se convirtió en un defensor de los derechos humanos y la paz. Como vicepresidente del PEN Internacional, su compromiso con la escritura y su poder transformador se volvió aún más evidente. En un mundo donde las palabras pueden ser un refugio o un grillete, ¿qué sería de nosotros sin aquellos como él?

La literatura tiene el poder de cambiar perspectivas y abrir diálogos. Nos muestra que, aunque nuestras experiencias puedan ser diferentes, todos compartimos un hilo común de humanidad. En sus escritos, la invitación de Matvejević es clara: conectemos con nuestra historia, abramos los ojos y escuchémoslo.

La experiencia de leer a matvejević

Leer L’altra Venècia es una experiencia íntima. Te sumerge en un mundo donde cada palabra tiene peso y cada imagen se dibuja en la mente como un óleo en una galería. Y aunque puede que nunca visitemos la Venecia desierta que él describe, podemos llevar un pedazo de su esencia con nosotros.

La próxima vez que te encuentres frente a un paisaje, ya sea el mar, una montaña o una ciudad bulliciosa, pregúntate: ¿Qué historias ocultan estas vistas? ¿Qué palabras, recuerdos o emociones hay detrás de lo que estamos viendo? Tal vez ahí sea donde el verdadero amor por estos lugares se encuentre.

Conclusión: el legado duradero de un gran pensador

Desde su mirada al mar hasta sus reflexiones sobre la identidad y la memoria, Predrag Matvejević dejó un legado que invita a miles a explorar el mundo que los rodea con atención y cariño. Su obra no solo nos muestra la belleza de Venecia, sino que también nos recuerda que cada lugar tiene una historia que contar, una voz que necesita ser escuchada.

Como la vida en el mar Adriático, nuestra existencia es un constante fluir, lleno de olas de recuerdos, aprendizajes y conexiones. La próxima vez que mires hacia el horizonte, piensa en lo que hay más allá de las olas. Al igual que Matvejević, quizás encuentres una nueva Venecia esperándote en las profundidades.