A medida que nos acercamos a un hito significativo en la historia reciente, no podemos evitar sentir un torbellino de emociones, reflexiones y, por supuesto, alguna que otra pregunta retórica. ¿Cómo pasaron cinco años desde que nos enteramos de la existencia de un virus que cambiaría nuestras vidas para siempre? ¿Recuerdas ese momento a finales de diciembre de 2019, cuando escuchaste por primera vez la palabra «covid»? Para algunos, es un recuerdo vago, pero para muchos, es un capítulo de sus vidas que todavía duele.

Este 31 de diciembre de 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un llamado a la acción que resuena como un eco del pasado. En un comunicado, la OMS ha reiterado su solicitud a China para que sea más transparente sobre los orígenes del virus que ha causado tantas pérdidas en todo el mundo. Quiero compartir contigo no solo datos, sino también una perspectiva más amplia sobre este tema crucial, porque, después de todo, la historia que estamos viviendo no solo se trata de cifras, sino de vidas.

Recordando el inicio de la pandemia

El 31 de diciembre de 2019, justo en la víspera de un nuevo año, la oficina de la OMS en China recibió un informe sobre un brote de neumonía de origen desconocido en la ciudad de Wuhan. Casi inmediatamente, se activaron los sistemas de emergencia, y el mundo comenzó a prepararse para lo que vendría. Sin embargo, ¿quién podría haber imaginado la enormidad de lo que se avecinaba?

Esa llamada a las 3 a.m. que recibí de un amigo en Wuhan me dejó helado. «Hay algo raro en el aire. La gente no sale, y los hospitales están llenos». Casi suena como el comienzo de una película de terror, ¿verdad? En esos días iniciales, todo parecía surrealista, como si estuviéramos viviendo una novela de ciencia ficción. Pero este era un thriller basado en hechos reales que a todos nos tocó vivir.

Las investigaciones de la OMS en China

Desde ese momento, la OMS no ha escatimado esfuerzos para entender cómo comenzó todo. En dos misiones a China, los expertos de la OMS han tratado de desentrañar las diversas teorías sobre los orígenes de la enfermedad, incluyendo la controvertida posibilidad de una fuga de laboratorio. Sin embargo, la opción más plausiblemente considerada es el salto del virus de algún animal a los humanos.

Pero claro, esto no es solo un debate científico; es un tema lleno de implicaciones internacionales y muchas emociones. ¿Cómo es posible que algo tan devastador ocurriera en un lugar tan específico y que las respuestas fueran tan esquivas? Esa es la pregunta que atormenta tanto a los científicos como a los ciudadanos comunes.

El imperativo moral y científico de la transparencia

En el comunicado emitido por la OMS, hay un punto que atrapa la atención: la transparencia. La OMS pidió a China que comparta datos y proporcione acceso para que podamos comprender los orígenes del covid-19. Este es un «imperativo moral y científico». ¿Cómo vamos a estar preparados para futuras pandemias si no sabemos lo que realmente ocurrió con la primera?

Es fascinante pensar que la respuesta a esta pregunta podría estar en los registros de un laboratorio en algún lugar de Wuhan. Sin embargo, la falta de información ha creado un verdadero laberinto de teorías, especulaciones y, sí, mucho estrés.

Si miras hacia atrás, probablemente te acuerdes de que al principio la información era escasa. Recibimos fragmentos de noticias, y lo que sabíamos parecía cambiar de un día para otro. ¡Incluso hoy, sigo sorprendiendo a mis amigos con nuevas teorías! A veces, preguntar “¿Cabe la posibilidad de que se escapara de un laboratorio?” puede hacer que algunos se pongan a la defensiva. Es como discutir sobre si es mejor la pizza con piña o sin ella… un debate interminable.

Impacto de la pandemia: estadísticas que son más que números

Según la OMS, las cifras de contagios y muertes totales se han disparado en los últimos cinco años, alcanzando 777 millones de contagios y 7 millones de muertes. Pero aquí viene lo más impactante: muchos expertos creen que estos números son bastante conservadores. La realidad podría ser tres veces más, acercándose a los 20 millones de muertes. Eso no son solo cifras; son vidas, amigos, familias, sueños truncados.

El otro día, mientras hablaba con un amigo sobre el tema, lamentamos juntos la pérdida de un ser querido. Es ese tipo de conexión humana que nos recuerda que detrás de cada estadística hay una historia personal, una vida que merece ser recordada. Y así, la OMS nos recuerda no solo que debemos “recordar las vidas perdidas”, sino también a los héroes que trabajaron en la primera línea: los trabajadores sanitarios. ¿Cuántas personas les deben su vida a ellos? Sin duda, son los verdaderos MVPs de esta historia.

Mirando hacia el futuro

La OMS subraya la necesidad de aprender de esta experiencia para estar preparados para posibles futuras epidemias. La pregunta persiste: ¿estamos realmente listos? ¿Hemos aprendido de nuestros errores? Es un dilema psicológico propio del ser humano: a menudo, tardamos en actuar hasta que el peligro se torna inminente. Y, en este caso, ya hemos visto cómo se puede transformar un brote local en una crisis global.

Desde la llegada de la pandemia, hemos observado un aumento en la conciencia sobre la salud pública y la vigilancia epidemiológica. Sin embargo, eso no significa que hayamos resuelto todos los problemas. La verdad es que no existe una solución mágica. Se necesita cooperación internacional, inversión en infraestructura sanitaria y, lo más crucial, transparencia de todas las naciones involucradas.

La lección más grande: la humanidad

A pesar del dolor y las pérdidas, hay algo que me ha dejado pensando: la increíble capacidad de la humanidad para unirse en tiempos de adversidad. Recordemos esas noches donde nos asomábamos a nuestros balcones a aplaudir a los trabajadores de la salud. ¡Qué experiencia más conmovedora! Ese simple gesto de solidaridad nos hizo sentir que, a pesar de la soledad, nadie estaba solo.

Hemos tenido que adaptarnos a la “nueva normalidad”, navegar en aguas inciertas y encontrar formas de conectarnos. Las reuniones virtuales y el trabajo remoto se volvieron fundamentales. Y, aunque algunos extrañamos la interacción cara a cara, encontramos formas únicas de mantenernos en contacto. Recuerdo que una vez, con amigos en diferentes continentes, decidimos hacer una cena virtual. ¡Todo un desastre culinario! Pero fue un momento que guardamos en nuestros corazones.

Reflexiones finales

Cinco años después, la pandemia de covid-19 sigue siendo un recordatorio doloroso de la fragilidad de nuestra salud y de nuestra sociedad. La incertidumbre se cierne sobre nosotros, pero también una oportunidad. ¿Podemos darnos la oportunidad de aprender de los errores del pasado? ¿Podemos ser parte de un mundo más consciente y preparado?

La OMS nos hace un llamado para no olvidar lo que hemos perdido, para agradecer a los que lucharon y, sobre todo, para exigir la transparencia que tanto necesitamos. En un mundo cada vez más interconectado, recordar que la cooperación internacional es esencial para prevenir futuras crisis es fundamental.

Así que, mientras avanzamos hacia el futuro, recordemos que estamos todos en este viaje juntos. Con un poco de humor, empatía y, sobre todo, mucha humanidad, tenemos el poder de guiarnos hacia tiempos mejores. ¡Brindemos por eso!


Este artículo fue un viaje reflexivo por la historia del covid-19. A medida que seguimos adelante, ¿cómo esperas que afecte el pasado a nuestra forma de pensar sobre la salud pública en el futuro? ¡Aquí tienes algunas preguntas para pensar!