La música es un lenguaje universal. Como periodista y jefe musical de la Radio Nacional de Colombia, Jaime Andrés Monsalve ha dedicado su vida a explorar este hermoso idioma a través de los años. Su reciente libro «En surcos de colores» es un tributo no solo a la música colombiana, sino también a la historia y la cultura que la rodean. Pero, ¿qué implica realmente tener una colección de 7.200 discos y la tarea titánica de reducirla a 150 álbumes definitivos?

¿Por qué 150 y no 100?

La respuesta no es tan simple como parece. Al ser cuestionado sobre la selectividad de su lista, Monsalve se ríe y dice que hacer una selección de solo 100 discos sería una «injusticia absoluta». Claro, yo lo entiendo. Intentar elegir entre las joyas musicales de Colombia es como tratar de decidir entre un buen café y una empanada: ¡imposible! La combinación de ritmos y estilos que se entrelazan en el país es tan rica que, al final, no es solo un acto de selección, sino un acto de apreciación de la diversidad.

Al revisar su colección, me viene a la mente un episodio. Recuerdo un verano en el que decidí organizar mi propia colección de discos, que en comparación con Monsalve, era más bien modesta. A medida que clasifiqué, me encontré sopesando con nostalgia cuál disco significaba más para mí. ¿El de Los Latin Brothers que sonaba en las fiestas familiares? ¿O el bolero que coreaba con mi abuelo? Cuesta elegir, ¿verdad?

Un vistazo a «En surcos de colores»

El libro de Monsalve es físicamente pesado—como un buen disco de vinilo que te transporta de inmediato a un lugar familiar. Con sus páginas de papel especial, las vividamente diagramadas te hacen pensar: ¡vaya!, este no es un libro cualquiera. Es un viaje nostálgico diseñado para abrirse en cualquier página y recordar. Como él dice: “Siempre va a abrir en algún lado, y va a decir: ‘Carajo, este disco…’”. Esa simple frase desata una ola de recuerdos.

Pero, ¿qué hay de especial en estos discos seleccionados? Aquí es donde entra en juego la magnificencia de la diversidad musical colombiana. Desde cumbia a vallenato, pasando por estilos tan variados como el rock y el reguetón, esta lista es un caleidoscopio de géneros que narra la historia de un país multicultural.

El impacto de la geografía en la música

Monsalve tiene razón: la geografía de Colombia juega un papel crucial en su música. Imagínate estar en un país donde el calor de los llanos contrasta con la frescura de los Andes. La música es simplemente un reflejo. “La unidad es la diferencia”, dice. En lugar de tener un solo elemento musical que defina al país, tenemos un mosaico sonoro que desafía la categorización.

Esto me hace reflexionar sobre otro momento personal. Durante un viaje a Colombia, bailé el mapalé en la costa caribeña. La energía era contagiosa, muy diferente de la tranquilidad que escuché al bailar carranga en un pueblo campesino. Esta diversidad musical proviene de un país que, en lugar de unificar sus ritmos, los celebra.

La búsqueda de identidad a través de la música

La música en Colombia es más que entretenimiento; es un motor de identidad. Al hablar con Monsalve, me doy cuenta de que cada artista que ha elegido para su libro representa una parte de la historia cultural del país. Aunque él menciona a artistas contemporáneos como Shakira y Karol G, también incluye a nombres menos comerciales que son igualmente cruciales para entender la evolución musical colombiana.

Alerta de spoiler: el clásico “El Caballero Gaucho” no figura en la lista principal, pero Monsalve asegura que todos sus discos tienen un lugar especial en sus recuerdos. En su mente, esos artistas forman parte del tejido que sostiene la cultura colombiana.

Álbumes que cuentan historias

Una de las maravillas de «En surcos de colores» es cómo cada disco tiene una historia que contar. No se trata solamente de álbumes; son portales hacia recuerdos y conexiones profundas. Al revisar la lista de discos, uno podría preguntarse: ¿Qué historias nos traen esos artistas?

Cada reseña está pensada para no solo señalar datos técnicos, sino también para evocar emociones y reflexiones. Hice el ejercicio de abrir algunas páginas al azar y me encontré sumergido en recuerdos que vienen y van como el ritmo de una balada. ¿Acaso existe algo más poderoso que la música que atraviesa nuestras vidas y deja huellas imborrables?

La relevancia del vinilo en la era digital

Vivir en la era digital tiene sus ventajas, pero también sus complicaciones. En una época donde la música se consume en plataformas de streaming, Monsalve plantea una pregunta relevante: “¿Qué sentido tiene hablar de discos?” Él tiene una respuesta: el vinilo está haciendo un regreso. Hay algo especial en poseer un disco físico, en apreciar el arte de la carátula y, sobre todo, en escuchar la música tal como fue concebida.

A menudo bromeo con amigos sobre la sensación de poner un disco de vinilo. Es como preparar café en una cafetería: es un acto ritual que merece ser disfrutado. En mi experiencia, nada se compara a ajustar una aguja y escuchar ese suave crackling antes de que la música fluya. Esta experiencia es aún más válida hoy en día, cuando la música digital tiende a ser efímera e impersonal.

¿Qué nos dice la música sobre nuestra sociedad?

La música resulta ser un poderoso indicador cultural. Nos dice mucho sobre nuestro entorno y nuestras vivencias. Cuando Monsalve habla de la diversidad musical, también subraya la riqueza cultural de Colombia. Lo que puede parecer un simple listado de discos es, en realidad, una exploración profunda de experiencias compartidas, luchas e identidades en un país de contrastes.

Los ritmos de la música llanera podrían contarte historias de vaqueros y llanuras interminables, mientras que una cumbia podría narrar historias de festivales de alegría. ¿Acaso no es eso lo que hace la música tan apasionante? Nos permite conectar con otros niveles de experiencia humana, más allá de las palabras.

Conclusión: un viaje personal

«En surcos de colores» es más que un libro sobre discos; es un registro del viaje vivido por Monsalve, un viaje que resuena en la memoria colectiva de Colombia. Como alguien que ha pasado innumerables horas revisando vinilos y discos, puedo relacionarme con esa lucha constante por encontrar el disco perfecto, el que te hable de tu historia personal.

Recuerda, la próxima vez que escuches un disco, dale un momento para reflexionar sobre las historias que cuenta. A veces, un simple acorde es suficiente para llevarnos a tiempos y lugares que creíamos olvidados.

En la Era Digital, no olvidemos lo que significa escuchar un disco de vinilo. Te invito a descubrir el legado musical que nos presenta Jaime Andrés Monsalve. ¿Acaso el próximo encuentro con la música no será un viaje a los surcos de colores de nuestro pasado?