En los últimos días, el debate sobre el deporte y la inclusión ha cobrado un protagonismo inesperado gracias a una reciente moción aprobada en Toledo. Esta moción, impulsada por el partido Vox y apoyada por el Partido Popular, establece que el “sexo biológico” debe ser el único criterio para clasificar a los deportistas en competiciones. A primera vista, podrías pensar que esto es solo un pleito político más, pero profundizando en el tema, nos damos cuenta de que es un asunto de gran calado que afecta a la vida y los derechos de muchas personas. ¿Estamos ante una defensa legítima de las mujeres o es esto un retroceso para la comunidad LGTBI+?

Contexto del debate: ¿Por qué ahora?

Si te dedicas a leer noticias o a navegar por las redes sociales, es probable que te hayas encontrado con términos como “transfobia” y “inclusión” al menos una vez al día. Pero, ¿realmente comprendemos lo que implican? La moción de Vox ante el ayuntamiento de Toledo ofrece un vistazo a cómo el deporte se convierte en un campo de batalla para la diversidad de géneros.

La postura de Vox se fundamenta en la creencia de que se está defendiendo el «sexo biológico» como la única variable válida en competiciones deportivas. Según Juan Marín, portavoz de Vox, “por mucho que un hombre de nacimiento diga que se siente mujer, ni biológica ni psicológicamente puede asegurarse tal aserto”. Este argumento ignora, intencionadamente o no, la realidad compleja y diversa de la identidad de género, llevando el debate hacia una polarización que muchos de nosotros, como espectadores de la vida pública, apenas logramos manejar.

La respuesta, como era de esperar, no se ha hecho esperar. Asociaciones como Bolo-Bolo Castilla-La Mancha alzan la voz denunciando la moción por considerarla discriminatoria y excluyente. Desde su perspectiva, esta iniciativa no solo contraviene legislaciones existentes que protegen los derechos de las personas LGTBI+, sino que también perpetúa estigmas y prejuicios dañinos.

La defensa de la moción: ¿quién la apoya y por qué?

Como en toda historia que se relacione con temas tan delicados, es natural que hayan voces a favor. Vox ha declarado que su moción se basa en la necesidad de proteger el deporte femenino. Pero, ¿proteger de quién? Según el partido, defender el «modelo de la mujer» implica mantener una división clara en el ámbito deportivo. La noción de que la «ideología de género» es un argumento falaz queda como un eco en sus discursos, pero ¿cuántas realidades viven personas que no se ajustan a la tradicional idea de «hombre» o «mujer»?

Es increíble ver cómo algunas posturas consideradas fundamentalistas se asocian a un “defender” principios que, a su vez, están ahogando la pluralidad. ¿Es que tenemos que elegir entre ser justos o ser «fieles» a la biología? En un mundo donde las ciencias avanzan cada día, parece que algunos prefieren una visión simplista.

¿Qué pasa con las personas trans en el deporte?

El deporte debe ser un espacio de inclusión y celebración de la diversidad. Sin embargo, las propuestas como las de Vox llevan a creer que el deporte debe ser un lugar para reafirmar categorías excluyentes. Desde la perspectiva de Bolo-Bolo, la categoría deportiva no es un juego de palabras, sino una cuestión de vida o muerte, de pertenencia, de identidad.

Imagínate un escenario: un joven deportista trans que ha entrenado toda su vida para competir. Ahora, súmale el agravante de que deba lidiar con las dudas y la incertidumbre que surgen de estas mociones. ¡Menuda locura! ¿No estamos perdiendo de vista lo que debería ser el deporte: un espacio para la camaradería y el ejercicio de las habilidades físicas?

La comunidad científica y deportiva internacional se mueve para buscar la mejor manera de incluir a todos sin distinción. Por ejemplo, la Federación Internacional de Atletismo ha propuesto pruebas genéticas, algo que ha levantado una lluvia de críticas y debates. ¿Es necesario? ¿Qué pasará con el miedo y la angustia que siente un atleta al enfrentarse a esos tests? Muchos pensadores afirman que la ciencia y la normativa deben evolucionar en paralelo, trabajando hacia un equilibrio.

La resistencia: voces en contra de la moción

Como era de esperar, no solo las asociaciones LGTBI+ se han movilizado en contra de esta moción. Activistas, feministas y muchos individuos han salido al paso de la retórica excluyente. La secretaria general de Bolo-Bolo, Leticia Rey, afirma que cada acción en contra de este colectivo vulnerable tiene consecuencias palpables. Y es que, en un mundo donde ya es difícil ser diferentes, ¿por qué complicarlo aún más?

Rey insiste en que el enfoque de Vox es un retroceso en la lucha por los derechos. Al hablar con ella, te das cuenta de que no es solo sobre deportes o categorías, sino sobre vidas reales. «¿Quién decide qué es una mujer?», pregunta. Esta es una cuestión que desafía nuestra comprensión de la identidad y nos invita a reconsiderar lo que realmente significa pertenecer.

Su alegato deja en evidencia una cuestión vital: la verdadera protección de las mujeres no implica levantar muros, sino crear puentes. Y hoy, más que nunca, necesitamos puentes.

¿Y los derechos? La ley siempre de nuestro lado

El marco legal en España, que incluye la Ley de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, proporciona protección a las personas más vulnerables ante propuestas excluyentes. La ley está ahí, pero ¿qué pasa cuando los ideales chocan con el populismo y el jugar a ser “defensores de lo tradicional”?

Como dice el refrán, «donde hay patrón no manda marinero». Pero, en este caso, nosotros somos los patrones de un barco llamado sociedad. El riesgo de que se dé marcha atrás en derechos que ya han sido conquistados es palpable, y la lucha por la inclusión se convierte en una tarea de todos. ¿Estamos dispuestos a quedarnos de brazos cruzados, o vamos a alzar la voz?

Reflexiones finales: ¿hacia dónde nos dirigimos?

Desde mi ventana, puedo ver el distante horizonte de un mundo donde todos viven en armonía, pero también puedo notar los vientos de la discordia. La moción del Partido Popular y Vox en Toledo no es solo un debate político; es una representación gráfica de una batalla que se libra no solo en los pasillos de los municipios, sino en la vida de cada persona.

Así que te pregunto, querido lector: ¿qué tipo de mundo deseas construir? Un mundo que cierre las puertas o uno que las abra. Si realmente creemos que todos merecen un lugar, es momento de actuar. La empatía y la inclusión son más que palabras; son la base sobre la que construimos un futuro más brillante.

Mientras continuo pensando en todo esto, me doy cuenta de lo importante que es nuestra voz en el tejido de esta narrativa. Es el momento de hablar, de alzar la voz. Como dice el viejo refrán: «El que no llora, no mama». Así que, es hora de que lloremos. Pero, preferiblemente, que lo hagamos con una Risa.