En el bullicioso mundo de las elecciones estadounidenses, es fácil perderse entre tantos nombres, fechas y acontecimientos. Pero hay un estado que se ha metido en nuestra piel últimamente: Florida. En este rincón soleado de EE. UU., donde las langostas y los cocoteros son tan comunes como los debates sobre quién tiene la mejor música de salsa, la política ha dado un giro inesperado. ¿Cómo ha llegado Florida a ser un bastión republicano tras haber sido un territorio demócrata? Vamos a desmenuzar esta increíble transformación.

El clima político en Florida: un huracán de cambio

Cuando escuchamos la palabra huracán, muchos de nosotros pensamos en poderosas tormentas de viento y agua. Pero en el contexto político de Florida, la palabra adquiere un significado distinto. Este estado, que alguna vez fue un símbolo de esperanza demócrata, ha sido arrastrado a la tempestad republicana bajo la gestión del gobernador Ron DeSantis y el eco de Donald Trump.

Recuerdo una vez que me encontraba en una cafetería en Miami, y, mientras esperaba un café que, por cierto, venía con más espuma que café, escuché a un grupo de conversadores discutir apasionadamente sobre política. Uno de ellos, todo un clásico de la “cultura del café” de Miami, decía: «Aquí en Florida, el único pronóstico que tenemos es que cambiará.» Muy acertado, pensaría yo.

La navegación política: de la victoria a la complacencia

Después de los emblemáticos triunfos de Barack Obama en 2008 y 2012, los demócratas se sentían en la cima del mundo. La población latinoamericana les dio un respaldo considerable, y Florida era parte de su reino. ¡Qué tiempos aquellos! Pero, como decimos en mi país, «se durmieron en los laureles». La falta de estrategia y liderazgo llevó a que el Partido Demócrata de Florida cambiara de presidentes más que de calzado. En los últimos años, han tenido cinco presidentes, mientras que los republicanos construían una maquinaria de movilización electoral engrasada. Y tú, ¿has intentado armar algo en casa sin el manual? Exactamente.

Esa complacencia fue la que les costó el terreno. Mientras los demócratas celebraban en el pastel, los republicanos comenzaban a distribuir folletos como si fueran caramelos en Halloween. Su éxito en el registro de nuevos votantes contrastaba con la aparente desorganización de sus oponentes. Pero, ¿dónde estaban los estrategas demócratas? ¿Desaparecieron bajo el sol de Florida?

La influencia del exilio y el voto latino

La geopolítica es un tema tenso, y Florida es testigo de ello, especialmente entre la diáspora de Cuba y Venezuela. Los republicanos, con un discurso incisivo contra los regímenes de estos países, lograron conectar con un electorado asustado por la idea de que el «socialismo» tocara las puertas estadounidenses. Trump, siempre un maestro del drama, jugó esta carta con habilidad, logrando atraer a votantes que alguna vez estaban del lado demócrata.

Ahora, imagina a un venezolano que, después de huir por su vida y encontrar refugio en el “estado del sol”, escuche a un político decir que «los demócratas son suaves con los comunistas». Esta es una narrativa poderosa que ha dado resultados. Convirtiendo al condado Miami-Dade, antes considerado un bastión azul, en uno completamente rojo. ¡Qué buena adaptación a jugar en el “grande del sur”!

El papel de la pandemia

Si pensabas que la pandemia solo trajo mascarillas y gel desinfectante, piénsalo de nuevo. Entre 2020 y 2022, Florida se vio inundada por casi medio millón de nuevos residentes, en su mayoría conservadores que huían de medidas estrictas en otros estados. Ron DeSantis, con un enfoque relativamente libre sobre las normas de salud, se convirtió en un héroe para muchos, que lo veían como el líder que iba en contra de la corriente.

Esta situación es similar a cuando alguien empieza a contar un chisme y, en vez de detenerse, se convierte en el alma de la fiesta. Antes de que te des cuenta, ya tienes un grupo de seguidores interesados en lo que dice. Así fue con DeSantis, quien dejó a muchos en el Partido Demócrata reflexionando hasta el punto de desánimo.

La nueva era del trumpismo en Florida

La influencia de Trump en Florida es tan palpable que podríamos decir que caminamos sobre una alfombra roja de desesperación demócrata. Desde su icónico Mar-a-Lago, el expresidente ha hecho de Florida su centro de operaciones, ajustando el rumbo de la política estatal en su favor. Leyes como la Stop WOKE Act, que restringe el discurso sobre ciertos temas en las escuelas, demuestran cómo estos cambios se cuelan en la vida cotidiana de los estadounidenses en el estado.

¿Veremos alguna vez una Florida azul nuevamente? Eso depende de cómo manejen los demócratas el desafío actual. Pero, si te soy honesto, la imagen de Trump como el «salvador» en la mente de algunos seguidores es un formidable obstáculo. Imagínate intentando sacar un chicle del cabello de un niño. Así es la situación actual para el electorado demócrata.

Las encuestas: una lotería política

¿Alguna vez has pasado por una montaña rusa? Las encuestas electorales son algo parecido. En tiempo electoral, el centro de atención a menudo se coloca en las encuestas como si fueran la bola mágica de cristal que sabe todo. Sin embargo, el fiasco de las elecciones de 2020 dejó a muchos con sabor amargo. La verdad es que confiar ciegamente en las encuestas es como confiar en un gato para que lleve tu perro a pasear. Spoiler: no terminará bien.

El papel de las redes sociales

Por si necesitas otro frappuccino con espuma de leche en tu café, hay una parte crítica de este juego que no podemos pasar por alto: las redes sociales. Elon Musk, conocido por su estilo provocador, ha puesto todos sus esfuerzos en impulsar a Trump a través de su red social X (anteriormente Twitter). Si Trump vuelve a la presidencia, la influencia de Musk podría desencadenar un caos que haría que el desorden de 2020 pareciera un juego de mesa trivial.

Es como dejar que un niño de cinco años controle tu computadora. Muy divertido en el momento, pero prepárate para limpiar el caos después.

El futuro de la política en Florida

Mientras nos aproximamos a las elecciones de noviembre, la pregunta persiste: ¿podrán los demócratas recuperar el terreno perdido? Las respuestas no son sencillas. Se necesitan más que simples palabras y promesas. Necesitan acciones, una nueva narrativa que conecte con la realidad de los floridanos. Si no, Florida podría convertirse en el ejemplo perfecto de lo que sucede cuando se pierde el interés.

La newsletter de El Confidencial, dedicada a las elecciones de EE. UU., promete mantenernos informados. Con análisis precisos y análisis sobre qué nos espera tras la puerta, es como tener un amigo que siempre tiene la última taza de café lista antes de que llegues a entrevistarte.

Reflexiones finales: ¿qué nos enseña Florida?

El cambio de Florida es una lección para todos los que observamos el panorama político. A veces, la complacencia puede ser un enemigo más feroz que cualquier tormenta. Los votantes son como el agua; pueden fluir de una dirección a otra con facilidad y, si no prestas atención, podrías encontrarte sudando por recuperar lo que perdiste. Tal vez, al final del día, ¡el mejor consejo es que nadie se duerma en los laureles, ni en las arenas de las playas de Miami!

La política no es solo un deporte de equipo; es un mar de variables que se mueven constantemente. Desde la influencia del exilio hasta el impacto de la pandemia, Florida es un caso de estudio fascinante que seguirá brindándonos lecciones. La batalla en este estado no solo dará forma a su futuro; podría determinar el rumbo del país. Y ahora, como seguramente habrás intuido, estoy listo para seguir disfrutando de mi café, mientras el juego político se desarrolla.

¿Qué piensas tú sobre la evolución de Florida? ¿Crees que los demócratas tienen alguna esperanza de volver a superar a los republicanos en este estado? ¡Estoy ansioso por leer tus pensamientos!